Una orden de captura inconstitucional y una irreverencia inadmisible según la visión mediática de nuestra realidad

En este mundo al revés fabricado por los medios privados de “incomunicación”, en un pasquín regional de cuyo nombre no quiero acordarme, veía una caricatura que mostraba, gráficamente, su mediocridad y carencias intelectuales. Aparecía un chavista dándole una patada a la Constitución de la República Bolivariana, para poder emitir la orden de captura contra el líder de la ultraderecha más recalcitrante. Según este caricaturista lo que es inconstitucional es el acto de emitir la orden de captura, pero no lo es llamar a tomar las calles para salir del gobierno electo democráticamente por el pueblo, haciendo caso omiso de todas las alternativas democráticas establecidas en el texto constitucional.

Pero no nos extraña este tipo de incoherencias porque en las mentes reaccionarias y de la más radical ultraderecha, la verdadera democracia es aquella que garantiza el poder para las élites económicas, para la oligarquía y los alienados que la siguen. Según esa matemática distorsionada, un cuarenta por ciento cuando mucho, es superior al sesenta por ciento de pueblo-pueblo, trabajadores, campesinos, profesionales comprometidos con la justicia social y el bienestar de todos que han votado por el socialismo bolivariano durante estos quince años. En esos cerebros momificados en el tiempo, las constituciones apropiadas debieran ser como las redactadas en el siglo XIX, donde sólo podían votar los que tuvieran un patrimonio respetable o títulos profesionales que en aquélla época eran exclusivos de esa élite. Eran los que tenían derecho a decidir los destinos políticos de todo un país. La plebe, la chusma estaba inhabilitada para participar en la toma de decisiones.

Esa regulación constitucional decimonónica es parecida al régimen que ha regido nuestras Universidades democráticas, donde el voto del profesorado vale mucho más que el voto de los estudiantes y en el cual empleados y obreros no tienen participación alguna. ¡Muy democrática esa estructura!

No es extraño que los ultraconservadores acepten organizaciones internacionales “ejemplo de democracia”, como la ONU en la que cualquiera de los cinco miembros del Consejo de Seguridad puede vetar decisiones adoptadas mayoritariamente.

Ese es el mundo al revés construido por el pensamiento ultraderechista que se refleja en sus medios, en el cual se debe ver como “natural” la aplicación de la ley del más poderoso, del más fuerte. Por ello que un personaje hijo de la oligarquía llame a la rebelión, al golpe de Estado contra el Presidente electo por las masas populares en un acto de “malacrianza”, es perfectamente “constitucional” y, en este mismo contexto, pretender ponerle las manos encima es completamente inconstitucional por cuanto constituye una irreverencia inadmisible. ¡Cómo se puede justificar que los funcionarios de este gobierno encarcelen a alguno de los miembros de la élite económica y social de un país.

Por ello también se pretenderá justificar su cobardía, al no presentarse ante los organismos competentes para que se le siga el procedimiento penal correspondiente. Porque a un individuo de la aristocracia no se le puede rozar ni con el pétalo de una rosa.

La lucha por enderezar esta visión distorsionada y confusa transmitida y difundida por estos medios decadentes, tiene que ser permanente y constante. Pero la verdad prevalecerá y brillará con el apoyo de un pueblo que procura se redención.


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Manuel Feo La Cruz P.


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