Guerra Santa contra el pueblo

El comunicado suscrito el pasado martes por los obispos de la  Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) es reflejo de la posición política retrógrada de la jerarquía  católica, de su comunidad de intereses con la burguesía golpista venezolana y de su evidente falta de respeto hacia el Pueblo, el Presidente Nicolás Maduro y los órganos del Estado

Sin detenernos detalladamente en su más que previsible contenido, valga la oportunidad para recordar

Que los únicos responsables por la paz y el destino democrático de Venezuela son el Pueblo en su calidad de poder constituyente protagonista de su propia historia y los órganos del  Estado en su calidad de poderes constituidos sometidos a soberanía popular. No la CEV como se sugiere en el documento.

Que en ejercicio de sus derechos democráticos, el Pueblo aprobó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) vigente para todos, incluidos los burócratas de la CEV.

Que al no utilizar el nombre República Bolivariana de Venezuela en un documento oficial, la CEV está incumpliendo la Constitución y faltándole el respeto al país.

Que apoyar a quienes desprecian, explotan, agreden o asesinan al Pueblo es pecado.

Que los órganos del Estado están obligados  a  utilizar todos los recursos constitucionales para defender la vida y los derechos de todos nosotros así como para sancionar a los autores intelectuales y materiales de los daños causados por las supuestas protestas pacíficas a la población y las instituciones venezolanas.

Que en ejercicio de sus derechos democráticos el Pueblo también aprobó dos veces el proyecto político contenido en el documento popularmente  conocido como Plan de la Patria, ratificado luego por la AN.

Que la actitud golpista y entreguista de quienes están participando en el intento de golpe es absolutamente contraria a los objetivos liberadores del Plan de la Patria.

Que Nicolás Maduro como Presidente electo de la República Bolivariana de Venezuela para el período 2013 – 2019, solo puede ser removido de su cargo por las vías contempladas en la CRBV: la pérdida de un referéndum en su contra a mitad de su mandato o por la elección de otro presidente al final del mismo.

Que Venezuela es un país laico donde hay libertad de religión y de culto y que los integrantes de la CEV, como cualquiera tienen derecho a manifestar sus creencias en público siempre que no traten de engañar al pueblo o de subvertir el orden público.

Que Cristo murió por defender a los pobres del poder, la explotación y los abusos del imperio dominante en ese entonces: el Imperio Romano, cosa que parecen haberlo olvidado las autoridades cristianas que a lo largo de la historia se colocaron y hoy se siguen colocado al lado de los poderosos.



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Mariadela Villanueva

Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular

 mariadelav@gmail.com      @mariadvillanuev

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