El arzobispo de Mérida justifica el terrorismo

Por si quedaban dudas respecto a la decadencia de la Iglesia Católica, ciertas declaraciones del arzobispo de Mérida (Venezuela), Baltazar Porras Cardozo, confirman en parte que el catolicismo está plagado de individuos movidos por intereses oscuros, ajenos a los principios originarios del cristianismo. La autoridad en cuestión, confesó públicamente que apoya a las hordas que están ejerciendo terrorismo psicológico y físico contra el pueblo venezolano, específicamente contra todo aquel ciudadano que se oponga a la violencia como estrategia para que la oposición política alcance el poder nacional, sea o no chavista-madurista. Para Porras Cardozo es fundamental que los dizque estudiantes permanezcan en la calle hasta que ocurra el “cambio”, la “salida” a la crisis; y asegura que las barricadas son necesarias contra los llamados colectivos, a quienes califica de manera explícita e implícita como malandros, delincuentes, sujetos peligrosos y armados, grupos violentos al servicio del régimen, y pare de contar.

Es indudable que este arzobispo de m….a es una de esas basuras que cree que debe llevarse a cabo una especie de cacería de brujas y de ‘razzia’ social contra la “chusma chavista” de los barrios, “hordas” de pobres de piel oscura o aindiada que no dejan dormir en paz y han hecho tan “infelices” a la “gente bien” de las clases media-alta y alta, ‘blancos’ descendientes en su mayor parte de inmigrantes europeos de los siglos XIX y XX. Si no es así, que salga a criticar y denunciar a quienes en las redes sociales han hecho llamados a ‘joder’ y matar venezolanos a diestra y siniestra, supuestamente cómplices del “castro-comunismo”.

Seguramente Porras Cardozo es uno de quienes ve en los motorizados de piel ‘negra’ o ‘morena’, potenciales miembros de colectivos, chavistas-maduristas y por ende delincuentes, a los que debe sometérseles restringiendo su derecho al libre tránsito y exponiéndolos de forma permanente al escarnio público. Bien escondido en una sotana, a este sujeto sólo le falta, al igual que a muchos opositores y algunos oportunistas rojo-rojitos y seudorevolucionarios, sinceridad y valor para confesar en público que buscan salir de Maduro a como dé lugar, aunque haya que recurrir al terrorismo mediante el secuestro de comunidades enteras, las intimidaciones, las agresiones, la estigmatización socio-racial y los asesinatos al azar y selectivos. En realidad, el arzobispo de Mérida es uno de esos personajes poderosos que toda su vida pública, ha disimulado con gran astucia y sutilidad su espíritu violento y su idea de ejercer el terrorismo para alcanzar objetivos políticos, económicos y de otra índole. Toda su vida pública no ha hecho más que ver con buenos ojos la violencia de:

-Los colonizadores españoles contra los aborígenes americanos, causante de centenares de miles de muertes.
-El tribunal de la Inquisición contra los acusados de idolatría y brujería.
-El Imperio estadounidense en el planeta entero, en nombre de la democracia y la libertad.
-El Estado terrorista de Israel contra el pueblo palestino, armado, en su mayor parte, con simples piedras y palos.
-Los capitalistas contra el pueblo trabajador y humilde, por medio de la brutal represión ejercida por los Estados burgueses. En este sentido el arzobispo merideño jamás condenó la masacre de miles de venezolanos a manos del ejército durante los sucesos de “El Caracazo” (febrero de 1989).
-El espectáculo deprimente de las corridas de toros, triste legado en América del Imperio español. De hecho, Porras Cardozo es aficionado de la tauromaquia, desconociendo o haciéndose la vista gorda respecto a que la misma Iglesia Católica prohibió en diversas oportunidades la carnicería taurina.


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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

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