Golpismo: del Comandante Chávez al obrero Nicolás Maduro

Desde el momento en que el Comandante Hugo Chávez asumió la presidencia de la República, arreció la campaña sostenida y brutal en su contra, en todos los sentidos, con golpes de Estado, conspiraciones, corrupción de funcionarios, paro petrolero, boicots y guerra mediática, nacional e internacional, sustentada en calificativos como: gorila venido de la vieja FAN, arribista marginal y pueblerino con delirios de grandeza, mono pataenelsuelo, entre otros epítetos, sin soslayar la desconfianza que le profesábamos los que veníamos de la vieja izquierda de foros y cafetines, porque hizo lo que muchos no nos atrevimos y si nos atrevimos, lo habíamos hecho en el lugar y momentos equivocados, lo que refrenaba los avances de la revolución, al igual que hoy.

Y no era para menos, tanto ataque. El Comandante Chávez sentó las bases del socialismo bolivariano y trastocó todos los intereses de la burguesía parasitaria, removió todas las instituciones y conciencias, liquidando la vieja República, para abrirnos el horizonte a una nueva, que ha servido de inspiración a otras naciones hermanas. Murió y dejó un incuantificable legado. Y sus ideas prendieron en el Pueblo.

En el caso del Presidente Nicolás Maduro, el ataque ha peor, por cuanto los métodos y técnicas han sido más sofisticados y más brutales, traspasando la línea de la vida y la paz e importando métodos terroristas y paramilitares que nos han costado muchas vidas de inocentes y de cuadros importantes de la revolución bolivariana, socialista y chavista.

La derecha, entre la motolita de la IV, la sodomita fabricada por el Opus Dei en la Secta "Tradición, Familia y Propiedad", la oligarquía criolla nucleada en Venamcham y los arribistas de Fedecámaras, han aprendido y mejorado su efectividad, ayudados por el sionismo fascista y orientados por el Departamento de Estado de EEUU y las ayuditas que le echan los mismos que se voltearon (pseudochavistas, caballos de Troya o quinta columna), el día en que elegimos a Nicolás Maduro, en el 2013.

La razón para "La Salida" del Presidente obrero, Nicolás Maduro, está sustentada en la amenaza de la profundización del chavismo como cultura o forma de vida y el hecho de que sea un obrero, un hombre venido de la clase trabajadora, el que impulse y haga irreversible esta revolución, apoyado en las jóvenes generaciones que con él han venido asumiendo la vanguardia en la conducción de la misma.

Además, se ha acentuado el asco y desprecio contra la persona de Nicolás Maduro, contra los colectivos y contra los chavistas, desde los centros académicos (AVERU y los combos de parásitos pseudointelectuales), el autodenominado sector "productivo" de parásitos de la burguesía y el incienso de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), lo que los ha llevado a delinear a manera de filigrana, el Desabastecimiento Programado (que es mucho más que el inducido), en combinación con otras formas de lucha, que van ganando adeptos y extremistas que se están atreviendo a hacer cosas indecibles, amén de que mantienen una parálisis y una falsa o tensa paz.

Con este panorama golpista y la estupidez de algunos muy sabihondos y pseudochavistas, no aconsejan, sino que le reclaman al Presidente Maduro, que concilie con nuestros verdugos, es decir, con la derecha, que no es más que golpista, parasitaria y solo busca la restauración de los privilegios de la IV República, para los suyos, a costa del Pueblo, al que aborrecen. Pero, no mueven un dedo por atajar la conspiración golpista, en sus múltiples formas de lucha, sino todo lo contrario, la alientan.

Por solo dar un ejemplo, la guerra económica profundizada en el año 2013 contra los venezolanos, no pudo ser atajada por el gobierno nacional, gracias al celestinaje de muchos y la doble moral con la que solo apostaban por cambios gatopardianos, que ayudaron para que no tocaran sus intereses y los de sus mecenas.

Hoy, en el 2014, hemos tenido una inflación que no se corresponde con la producción, ni generación de riqueza nacional, además de los ingresos petroleros, únicamente, porque la guerra económica contra el Pueblo ha sido muy efectiva, ha irritado a la familia venezolana, ha generado irracionalidades que han llevado a más de uno, de la impotencia al oposicionismo y han pretendido con esta inflación provocada, ponerse por encima del salario de los trabajadores, razón por la cual, de manera justa, el Presidente ha decretado otro aumento del 15% a partir del próximo mes de diciembre, para complementar los anteriores del 2014, del 10%, más un 30% sobre el total anterior y ahora el 15% sobre ese total, para dar con un aumento general total del 68.28%, sin descontar los fabulosos aumentos salariales del sector magisterial y el universitario, del 2013 y 2014, producto de los contratos colectivos suscritos, además de otras incidencias y beneficios socioeconómicos.

Ahora bien, a pesar de todas las medidas económicas, la Ley Orgánica de Precios justos(LOPJ), el éxito de la Superintendencia de Precios Justos y los duros golpes contra el contrabando, acaparamiento y especulación, bajo la dirección y esfuerzo de Andrés Eloy Méndez, el sobreprecio, la especulación, usura y desabastecimiento programado, están presentes, en estados, como por ejemplo, Vargas, que es un paraíso para estos sectores parasitarios, porque hay un cómplice silencio, una sordera espantosa y una ceguera deliberada de a quienes compete defender el salario de los trabajadores, en un Estado en donde todos los comercios y servicios son los más caros del país, en una falsa calma y paz, que la pagan los trabajadores y más pobres, en donde además, en esta economía regional de puertos y aduanas privadas, más una incipiente agricultura y cultivo de flores, con una pesca desordenada pero financiada por el Estado, el producto es estrambóticamente caro y exiguo, lo que deviene en otros vicios como narcotráfico, lavado de dinero, negocios-fachada, prostitución (la formal y la simulada), entre otras aberraciones, que en poco tiempo llevarán a otros vicios, que esas mafias que controlan y son dueñas de los medios, pretenden endilgarle como culpa al Estado y al gobierno que preside Nicolás Maduro.

En fin, vale recordar que hasta hace poco sentíamos y suponíamos que no era posible el asesinato selectivo y planes terroristas en Venezuela. Pero, presenciamos los asesinatos cometidos en las guarimbas del 2013 y 2014, que nos mostraron lo contrario, más los asesinatos de Eliécer Otaiza, de dirigentes indígenas revolucionarios, de María Herrera y de Robert Serra, que nos golpearon estrepitosamente, con el añadido de la masacre de miembros de un Colectivo, causada por funcionarios que suponíamos respetaban las leyes, hecho que ha sido motivo de propaganda necrótica de esa oposición golpista, que busca desactivar, arrinconar e inhabilitar a los colectivos que son expresión concreta del Soberano, es decir, del Pueblo.

No miremos con desdén el afán que tiene la derecha oposicionista, ayudada por unos cuantos pseudochavistas, por derrocar al Presidente Nicolás Maduro. O lo apoyamos irrestrictamente, o estamos en su contra. Parece que algunos juegan doble play.



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Luis Alexander Pino Araque


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