¡Qué buen aguinaldo!…

Año difícil, “apretao”, sin duda, acercándose bulliciosamente a su final, contrario a como la falsa culebra del no menos farsante aquel.

No queda más remedio que observar a los compañeros circunstanciales de cola, gente de oposición disparándole a todo lo que huela a chavista o no piense como ellos, muy inteligentes y preparados ellos, pero con un lenguaje que haría sonrojar colectivamente a cualquier lupanar que se respete, otros de sectores populares alineados con su verdugo sin saber que aprietan su propia soga, varios empleados públicos rojitos comentando sus hazañas de viejo adeco al obtener su nuevo juguete; bien sea un carro, una computadora o un bien suministrado por el gobierno a precio solidario. Algún profesional de barrio que escaló posiciones y hoy día se siente “clase media” añorando las escapaditas al Caribe para raspar la tarjeta un fin de semana, el de más allá recuerda con nostalgia sus viajes de 15 a 20 horas a Cúcuta para seguir en la misma raspadera.

Otros callados, observando, absortos en sus pensamientos sin dejarse arrastrar a la vorágine de violencia y agresividad verbal. De repente se alegra el corazón y una sonrisa se dibuja en la cara al pensar que el gobierno expulse “a la merda” a cuanto gringo allá en esa embajada y tal vez podría aprovechar para echar en el mismo viaje a tantos apátridas que anhelan una Plaza Maidán en el corazón de la tierra que los vio nacer, ¡Nos merecemos ese aguinaldo Sr. Presidente!

superos56@yahoo.com


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