"Yo seré opositora, pero no pendeja. Ayer llené la solicitud para mi carro": Confesión de un niño que dice que no votaría por Maduro

Cuando el niño me preguntó si yo creía que de verdad Maduro fuera el culpable de que no hubiese leche, ni harina y hubiera que hacer colas para comprar cualquier cosa, mi respuesta automática fue que no era cierto.

Le dije al niño, un chico de unos 11 años, que antes todo era más difícil y que, por ejemplo, él estudiaba en una escuela donde sus padres no pagaban nada y recibía su almuerzo e incluso le daban libros gratuitos. Antes sus padres hubiesen tenido que pagar mucho dinero por esas cosas.

El respondió, sin mayores razonamientos, que igual a él no le gustaba la ensalada que siempre le daban en el comedor. Le pregunté entonces si no había recibido su computadora Canaima, me dijo que se la habían dado hace un tiempo, pero que ahora estaba mala y que igual su mamá siempre lo regañaba porque se la pasaba jugando en ella, a veces a escondidas podía utilizar la de su hermana, por su puesto para jugar, pero la última vez que intentó estaba bloqueada y no sabía la clave.

El niño me dijo que él creía que Chávez si era bueno y que había hecho cosas buenas, pero que Maduro no servía, porque además de que no sabía hablar y siempre decía cosas, por la t.v, de las que todos se terminaban burlaban, Maduro era culpable de tantas colas y de que además la gente no pudiera comprar lo que quisiera, al menos eso repetían en su casa.

Le pregunté si no había oído hablar que el gobierno entrega casas a familias que no poseen dinero para comprar una, me dijo que no entendía porque él y su familia no recibían una casa si ellos vivían apretujados con sus abuelos. Cuando le preguntó a su mamá ella le contestó que “esas casas se la dan es a los chavistas” y que el gobierno a ellos no les dada nada porque no eran chavistas. Me contó que en su salón había una niña que le contó a otra, en secreto por supuesto, que ella y su familia se habían mudado a una casa que les dio el gobierno, pero que no quería que nadie supiera porque su mamá le dijo que era mejor así, para que no le dijeran “chavista” y para que evitara que los demás la señalaran y le hicieran burlas.

Le pregunté si la maestra les hablaba de las políticas sociales del gobierno y sus beneficios para los pobres y me dijo que no, pero además que un día oyó a su maestra conversando con otra de otro grado, en el patio, cuando su maestra le dijo “yo seré opositora amiga, pero no pendeja. Ayer llené la solicitud para mi carro, tengo un primo que trabaja con los chavistas y seguro me lo darán. Pero te digo la verdad, ese Maduro es un loco y este gobierno durará poco. Hay que aprovechar lo que se pueda, te puedo conseguir una planilla, ¿la quieres?”.

Le pregunté al niño, si creía que todas las malas noticias que decían del gobierno eran verdad y me dijo que estaba confundido, pero que si le tocara votar no votaría por Maduro. Además, me dijo “creo que lo único bueno que hace Maduro es que suspende clases y no hay que venir a la escuela. A veces en mi casa, cuando paso la tele y veo a Maduro hablando me pongo a oírlo un rato a ver si dice que mañana no habrá clases, pero siempre termina diciendo cosas que no entiendo y al levantarme le preguntó a mamá si tengo que ir a la escuela de nuevo”.


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Juan González


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