¿Qué quieren los engreídos?

Pudiera uno ignorar el comportamiento de cierta dirigencia política y dedicarse más bien a resaltar los avances de la Revolución Bolivariana, que indudablemente son notorios en estos 16 años. Ocurre que en todos estos años se han suscitado hechos que definen prácticas políticas que son un salto atrás en los avances democráticos mundiales. Igual ocurre a nivel mundial con potencias que insisten en sus planes imperiales y en una carrera armamentista que revive confrontaciones que en algún momento muchos pensaron superada.

En todo este entramado de tiras y encoges de políticas agresivas solapadas o no, y que tienen su centros y laboratorios logísticos principalmente en Estados Unidos y sus filiales, la mayoría mundial observa impotentes y boquiabiertas como estas potencias trazan sus macabros planes que concluyen con descaradas y destructivas invasiones. Así, la mentira sigue siendo el principal soporte de esta agresividad para dominar, destruyendo pueblos. Háblese de Irak, Afganistán, Libia y el rastro de tristeza y desolación que han dejado a su paso en un historial de muertes.

Entonces, hablamos del esfuerzo sobrehumano que ha hecho la Revolución Bolivariana con sus líderes Hugo Chávez y Nicolás Maduro para reivindicar una histórica y penosa deuda social que en medio de la colosal riqueza petrolera llevó a nuestro pueblo a paupérrimos niveles de pobreza.

Así, cada venezolano tiene que preguntarse lo que ha ocurrido en todos estos años con plagas sociales como el analfabetismo, la pobreza extrema en todas sus variantes, el acceso a la educación en todos sus niveles, la vivienda, el empleo, la salud pública, etc.

Está claro que esta reducida dirigencia opositora se resiste a hacer un balance y sincerarse ante todo cuanto ha ocurrido en Venezuela en estos años. Nosotros decimos que han sido años duros, de brega, amor, solidaridad y humanismo. Años de reconstrucción de todo el entramado jurídico y político que ha reivindicado a los más débiles y excluidos por sus gobiernos elitescos y demagogos.

¿Problemas? Muchos. Hay otras plagas. Descuido y errores en el proceso productivo ha sido caldo de cultivo para que surjan nuevos fenómenos y se acentúen algunos que estaban frenados o derrotados. Nos ha penetrado el paramilitarismo y su secuela de violencia. El ataque a la producción y distribución de alimentos nos arrincona y la delincuencia burla los operativos.

En esta declarada guerra contra la Revolución Bolivariana, la respuesta del gobierno ha sido mantener y consolidar los avances de la Revolución que al ser colocados en la balanza pesan más que las malas intenciones opositoras. Nos referimos a una oposición engreída que a pesar de su discurso y práctica antinacional se envalentona para hacer todo tipo de espectáculo con la intención de desacreditar instituciones como el CNE. Para ellos no hay país. Menos patria. Vaya usted a saber qué es lo que quieren.

 



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Juan Azócar


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