Matacuras y descuartizadores

Los jefes opositores no quieren (ni pueden) imaginar una Venezuela diferente a la que perdieron, la única que les conviene, y por eso su único programa es la caída del "régimen" y la eliminación del chavismo. Todo aquel que comparta esta simpleza es bienvenido: no son selectivos. Amas de casa, profesionales, oportunistas, militares en retiro, golpistas, viejos adecos y copeyanos, niñatos fascistas, ONGs gringas, sacerdotes corruptos, veteranos de la represión, defensores de DDHH, terroristas calificados, racistas, misóginos, homofóbicos, delincuentes comunes, paramilitares...un potpurrí de lo peorcito, pagado en dólares, rodeado y apoyado electoralmente por una gran masa de ingenuos cuyo antichavismo elemental es manipulado por los medios de comunicación.

En su estrategia de jugar con dos caras, la democrática y la violenta, esta falta de principios y su absoluta imposibilidad de excluir a nadie, haga lo que haga, los pone en situaciones comprometidas, de las que se libran mediante la negación irracional o la mentira descarada. Todo aquel escuálido capturado infraganti en algún crimen, sin importar el papel que haya tenido en la oposición, es primero declarado víctima de un complot del gobierno y si la evidencia es abrumadora, de "infiltrado chavista".

Nunca les importó la complicidad directa o indirecta (denunciada en Washington) de Leopoldo Castillo en las matanzas de El Salvador, incluyendo la de 6 jesuitas de la Universidad Centroamericana, la violación y ejecución de 4 monjas Maryknoll, el asesinato de Monseñor Romero... lo hicieron su héroe televisivo. Tampoco les quitó el sueño candidatear y elegir como diputado a José Sanchez, alias "Mazuco", imputado por la muerte bajo torturas de un agente de inteligencia militar en el Zulia. Para la MUD todo vale, y así se desvalorizan y desvalorizan a todos sus seguidores.

Al joven estudiante de terrorismo Lorent Saleh lo defendieron hasta que las grabaciones de sus planes macabros, difundidas por el gobierno, lo convirtieron en "chavista infiltrado"... uno de sus primeros defensores, en televisión internacional, fue José Pérez Venta, guarimbero graduado. hoy confeso asesino y descuartizador de una opositora que había sido estafada por otro "líder juvenil" de derecha. Igual que Loren Saleh, este descuartizador se fotografió con los jefes de la MUD, que ahora lo denuncian como "chavista"... La señora Tintori, retratada con el monstruo, que la llama "hermana" en twitter, declara: "Esa persona que sale en esa foto es un patriota cooperante que yo sabía que lo era y se puso la franela de VP y posteriormente se la quitó, es decir son personas que uno ha visto y que además tenemos identificados". ¿Qué se puede esperar de la Tintori que primero agradeció que el gobierno le salvara la vida a su marido, Leopoldo López, y ahora dice que todo era mentira, dejando a López como un idiota que cayó en una treta burda, y no como alguien convencido por las pruebas que se le suministraron.

Al principio, la oposición venezolana tuvo en sus filas algunos destacados pensadores, como el desaparecido Jorge Olavarría, pero la deshonestidad fue ganando a intelectualidad de derecha, y el momento de quiebre llegó con la famosa lista de abajo firmantes que acusaban a Chávez de antisemita, a partir de una denuncia del Centro Simón Wiesenthal de Buenos Aires, incluso después que el Consejo Mundial Judío lo desmintiera y el mismo Centro se retractara. A partir de ese momento, la intelectualidad opositora perdió para siempre toda dignidad y credibilidad. ¿Qué podemos esperar, entonces, de los viejos pícaros y los novatos irresponsables que hoy ocupan la escena mediática, como Chuo Torrealba, Ramón Guillermo Aveledo, la Tintori, y la doña Mitzy de Ledezma?

Durante la Cuarta República unos argentinos ofrecieron su experiencia en desaparecer personas a los servicios de inteligencia venezolanos, y fueron contratados, pero cayeron presos cuando no pudieron desaparecer a una mujer de su grupo, a la que descuartizaron en Parque Central. La chapuza de esta gentuza es la misma que hoy ensucia, aún más, a la oposición venezolana.

Fidel Castro dijo una vez "el asesino define al grupo". Así que, por más altas que sean sus supuestas declaraciones por una democracia ejemplar y los derechos humanos, en la puerta de cada líder opositor hay una bolsa plástica con una pierna, un brazo, un torso de las víctimas de los pítbulls que entrenaron y ahora les extraña que muerdan.



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Eduardo Rothe


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