¿Recuperadas por la OLP? Directo para la Red de Inquilinos

No iba a escribir, no quisiera escribir, incluso para hacerle caso a ese colega de Aporrea Jesús Medina que escribe: no ayuden tanto al Gobierno con sus artículos, o algo así. Pero se me van los dedos, siento urgencia, perentoriedad, deseo de hacerlo a pesar de las conveniencias.

Leí hace poco que la OLP (Operativo de Liberación y Protección del Pueblo) estaba desplegada en Tanagüarena, ayer o anteayer en Nueva Esparta, Carabobo, etc. Yo aplaudo este nuevo proyecto, más bien una necesidad, una urgencia que tenía el Gobierno Bolivariano de poner orden, control, de defendernos de esos nidos que generan delincuencia en una país ya muy violento, desde incluso antes que comenzara la revolución.

E imagino la gran tristeza del Presidente, ni hablar de Chávez si estuviese vivo, la tristeza y horror de toda esa gente de buena voluntad que actúa y cree que hay que ayudar al prójimo necesitado, al pobre, al que han dado por llamar "pueblo" desde que comenzó todo esto, incluyendo en una palabra tan global a la población necesitada de ayuda, a los olvidados por la historia, al objetivo principal del chavismo. Ah! Pero se olvidaron de la naturaleza humana, sus miserias, sus limitaciones, sus lastras producto de tanta desidia, su ignorancia. Y de ahí la imperiosa necesidad de la revolución cultural que ha debido llevarse paralelamente a la entrega de beneficios. ¿Habrá todavía tiempo o se convirtió en un problema irreversible?

Decepción inmensa porque ¡hay tanto malandro ahí mezclado! Delincuentes, aprovechados, extranjeros que ¡si traen sus miserias!, no adornemos con rosas, Mario Silva, una realidad tan espinosa. El Presidente ha señalado que se trata de paramilitares. Sin dudar que existan y están por ahí, metidos en todo, en un plan orquestado, pero ¿son todos? No, para mi entender sobran "simples" malandros venezolanos y colombianos dentro de ese contingente que llamaron pueblo. Y con toda seguridad que son potenciales candidatos y caldo de cultivo para ser captados por las células durmientes, ya sea de paramilitares u otro, que están financiadas para acabar con la revolución.

Y ¿por qué Mario Silva se burla, con su característico tono socarrón, su mirada ladeada, su sonrisa socarrona? Antes de que la OLP llegase a Tanagüarena, en un programa reciente de La Hojilla (ya es el único que veo además de José Vicente), comentaba sobre los propietarios de apartamentos en la zona, tal vez hasta vacacionales, que muchos venezolanos de clase media compraron con sus ahorros, y señalaba que están siendo vendidos ahora apresuradamente. ¡Oh! estimado Sr. Mario Silva, ¿también a éstos los llamaremos oligarcas por tener una segunda propiedad? ¿Vendería usted una propiedad señor lector, si a su lado, codo a codo, donde está su familia y usted mismo, habita una guarida de malandros y delincuentes? Pues las noticias de la OLP dan fe de esto que aquí escribo, y me remito a las informaciones de prensa.

Y ahora, ¿a quién entregarán todas esas viviendas dignas recuperadas? Pues deberían hacerlo, ¡por favor, a la red de inquilinos! Para que dejen de apropiarse de apartamentos ajenos, desalojen y dejen de presionar para que se les vendan los inmuebles que habitan, y a precio de gallina flaca, porque ellos son "pueblo" y son guapos y apoyados, sobre todo cuando se colocan unas franelas rojas rojitas.

Ya hace mucho tiempo me referí por esta página a la "revolucionaria" ley de arrendamiento www.aporrea.org/actualidad/a153394.html. Para ese entonces, 2012, la Misión Vivienda no había construido tantas viviendas como hoy en día. Pues les propongo, con toda seriedad, que las viviendas recuperadas de delincuentes y paramilitares que están siendo purgadas por el eficiente aún si compulsivo, no obstante muy bienvenido operativo de la OLP, se entreguen a estos inquilinos. Deberían actuar de forma prioritaria para aquellos que estén causando un grave perjuicio a los propietarios, igualmente venezolanos que, en algún momento, en un lapsus de ingenuidad, de pronto hasta de solidaridad, y seguramente como negocio, decidieron alquilar esos espacios. Como negocio porque insisto venimos de una cultura capitalista, donde el dinero generado por nuestro trabajo honesto se podía también invertir en propiedades, para que no se convirtiera en cenizas. Por ejemplo. Inversiones que más tarde, en el futuro, podían servir para nuestros hijos, para nuestra vejez, para algún propósito de guardar unos reales que no fuese en el banco. Por si acaso…. ¡Gracias a Dios, yo no estoy a la espera de que me devuelvan alguna vivienda alquilada!

Ahora que Ricardo Molina ya no está al frente de la Gran Misión Vivienda Venezuela, hecho que inexplicablemente pasó sottovoce pues fue un tremendo propulsor del deseo de Chávez, y debe ser reconocido, ¿a quién le propondremos esta idea? Pues que la asuma la Asociación de Propietarios, también ellos organizados en colectivo, venezolanos defendiendo legalmente sus derechos, por la vía justa y civilizada. Aprovechando la oportunidad de las mesas de trabajo que acaba de ordenar el TSJ entre ambas organizaciones. ¿Qué les parece esta idea?



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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