Del "tal muerto de la guaya" al mulato Bolívar: lo dicho y lo no dicho en el discurso de Ramos Allup

 

 

La desvalorización del discurso del otro

Vale la pena una interpretación del discurso parlamentario de Ramos Allup por el lugar y la circunstancia del acto y sobre todo, no tanto por lo que dice sino por aquello que no dice, lo implícito. Vamos por partes tratando de segmentar el discurso en algunas unidades de sentido que corresponden en cierto modo al mismo orden en el cual fue pronunciado en la asamblea nacional luego de la presentación del presidente Maduro. Apenas tomando la palabra Allup comienza con una ironía que desvaloriza todo del discurso del presidente, una doble ironía: una nota sobre la improvisación y la copia del estilo de Chávez. Como si existiese en todo caso un discurso absolutamente original. El suyo mismo ha sido reconocido como una versión empobrecida de la retórica de Rómulo Betancourt. Este es un rasgo del discurso de la clase política dominante que puede definirse como una política de hechos cumplidos, lo que llamamos ahora realpolitik en donde de antemano hay una postura tomada, una agenda y una non agenda. Allup pone en agenda lo que conviene exponer y excluye lo que no conviene a ciertos fines previstos.

Que nadie se equivoque!

Le sigue una advertencia encubierta sobre la legitimidad del poder: El poder verdadero es el del presidente y el de la asamblea. Todos los otros son derivados de este poder legítimo. Como si el modelo representativo fuese el único en el mundo de la política. En todo caso ¿un poder "derivado" no es poder?. El discurso excluye de antemano la posibilidad, de hecho cumplida históricamente, de otras formas de poder alternativas al poder de los órganos del Estado. Lo no dicho implícito es la deslegitimación del poder popular y del poder moral. Según esto los movimientos antiglobalización no son ni siquiera "poderes derivados". Para Allup el poder procede ( como en Hobbes, en Loocke, en Bentham) del Estado que ejerce la autoridad y la violencia si es necesario para mantener el orden. La frase que nadie se equivoque! es muy clara al respecto y es una expresión verbal amenazante, una advertencia del ejercicio "legitimo" del poder representativo en una república que " ha salido de las reglas del juego".

Un "régimen" que no dialoga

Según el discurso de Allup el gobierno bolivariano ha sido un "régimen" que nunca se ha abierto al diálogo. Pero se trata una idea de dialogo diversa al sentido común y más bien propia del discurso político de las elites: dialogo significa realmente para Allup el hecho de no escuchar y obedecer al otro, de no plegarse a las instrucciones y mandatos, el "empeñarse en seguir un modelo que no funciona" en vez de aceptar volver de nuevo al modelo neoliberal de la cuarta república: es un "régimen que no dialoga y cerrado herméticamente" a las propuestas de la oposición. La realidad desmiente estos enunciados con una breve revisión de los últimos quince años. Las respuestas más evidentes al dialogo abierto por el gobierno han sido sucesivamente: el golpe petrolero, la guarimba , el paramilitarismo terrorista y la guerra económica. Sin mencionar la negativa por parte de grandes empresarios locales a reinvertir parte de sus ganancias en el país. Por esto, por esa política de hechos cumplidos y de posturas tomadas, la "falta de dialogo" remite a una orden encubierta hacia aquel que no quiere obedecer, a la típica prepotencia histórica de buena parte de las elites políticas.

¿Cuál Revolución, cuál Plan de la Patria, cual guerra económica?

Entre líneas "aquí no ha pasado nada". No ha habido ninguna Revolución bolivariana. Todo este proceso ha sido "aterrador", ineficaz. Los planes sociales y culturales han sido un fracaso general y no existe ninguna guerra económica ni enemigos internos o externos. Todo esto es un invento del gobierno. Una "excusa" para encubrir la ineficacia y la corrupción. El chavismo nos ha llevado al colapso nacional. Debemos hacer "borrón y cuenta nueva" para que la historia política del país pueda retomar su "cauce y estabilidad". Toda revolución es puro "nominalismo que se estrella contra la realidad". El discurso de Allup remite a una cancelación total del trabajo de gobierno, de sus planes y proyectos, ¿Cuál Plan de la Patria?, es el sueño de un "megalómano": todo debe ser borrado del mapa, no deben quedar vestigios ni símbolos de un proyecto irrealizable y nefasto.

Estos discursos de limpieza política no son nuevos y pretenden producir una imagen de cambio estructural radical. Es solo una puesta en escena muy calculada. No tiene nada de improvisación. Tras la denuncia de la ineficacia se ubica una decisión ya tomada, una agenda de pasos que forma parte de las garantías que las instituciones de financiamiento internacional necesitan para poder activar los préstamos.

Profanación y falsificación: el Bolívar "amulatado"

Esta secuencia del discurso de Allup es una de las más interesantes y reveladoras. Usa la palabra esfinge y no imagen. Un vocablo antiguo griego y una "marca culta" que remite etimológicamente a las representaciones funerarias antiguas, símbolo de realeza pero sobre todo como "imagen viviente" y sagrada inviolable. Se habla de esfinge y no de imagen. Hay una verdadera esfinge y falsas imágenes de Bolívar. Por tanto siendo esfinge no puede profanarse. Menos el cuerpo de la cual procede o simboliza. Este punto es uno de los más cruciales para leer lo no dicho. El prócer no debe ser "profanado" y su "imagen verdadera" tampoco. Debe permanecer como una reliquia histórica. En el fondo es una violenta recuperación de la simbología mantuana e hipócritamente religiosa, un código visual colonialista. Tan colonialista ha sido que (entre elegancia e ironía) no puede permitirse profanar la esfinge con un rendering en 3D y mucho menos cuando es "amulatado" y realizado por una "computadora gallega". La palabra mulato remite al discurso de la colonia cuando en forma racista se etiquetaba a aquellas personas "hibridas" cuya apariencia mediaba entre la de una mula y un caballo. El "amulatado rostro del libertador" no debe tener rastros de esclavo. Debe volver a la blanquitud y la debida pose aristocrática que conviene. Como el mismo sentido común nos lo dice: se niega la variedad posible de una imagen en la historia imponiendo aquella que ideológicamente conserva y mantiene "las cosas en su sitio"

¡El tal muerto de la guaya!: borrar la víctima y el victimario.

La secuencia que se refiere a las víctimas de la guarimba es otra secuencia muy importante. En esta fase del discurso podríamos decir que se escapa un "guazapo lingüístico". Eso no importa. Se dijo y en forma enfática y contundente. Lapsus linguae o no es un acto performativo que ubica al locutor a nivel social, político, cultural e ideológico. Allup borra sistemáticamente la palabra asesinado o víctima. No aparecen directamente en su discurso. Decir víctima llevaría el razonamiento y la retórica hacia otros niveles de sentido y de compromiso. En el discurso "solo hay muertos", incluso se pone al interlocutor en una zona de ambigüedad semántica: ¿que fueron por fin? Esta estrategia discursiva ha sido reiterada en las dictaduras militares y en los gobiernos fascistas mundiales. No hay más que recordar el neologismo del desaparecido que introdujo Videla para evadir la justicia o los casos recientes de desaparecidos y asesinados en México donde los voceros del estado se cuidad hasta el último momento de usar palabras tales como crimen, asesinato, victima, torturado etc. En esta secuencia Allup hablaba del proyecto de Ley de Amnistía. En esta lógica encubridora Allup debe neutralizar o evadir palabras comprometedoras para esa misma Ley. El colmo de la enunciación ha sido el temible guazapo: "el tal muerto de la guaya". Terrible y temible pues nos retrotrae a esa figura de poder que oculta, niega y borra del discurso al cuerpo de una víctima : Alli murió un tal, nadie, eso puede que no haya sucedido….

Vivienda y propiedad

En el discurso de Allup , el proyecto para adjudicar títulos de propiedad "es bueno, muy bueno". Es una necesidad y una ventaja para la Misión vivienda y sus beneficiarios. Pero valoriza directamente la propiedad privada y las leyes del mercado. Nada nuevo dentro del liberalismo. Dice "yo no soy liberal" pero el discurso lo es, la manera de ver, la de juzgar y la de proponer lo son. Nada nuevo: podemos leerlo hace cuarenta o cincuenta años y encajaría perfectamente, con algunos cambios, en el contexto.¨ ¿Cómo es eso de propiedad social, comunal, etc.? Aquí lo que vale y siempre valdrá es una sola propiedad, la propiedad privada y la estatal. Allup introduce el término "poseedores precarios", toda una táctica discursiva. No son beneficiarios de un nuevo tipo posible de propiedad

A lo sumo, la gente no está preparada y nunca lo estará para ejercer otra propiedad que no sea la propiedad privada de sus bienes y la libertad no es más que la posibilidad de hacer con sus propiedades lo que más le convenga en un mercado de ofertas y demandas. Lo que finalmente no dice: privatizar un millón de viviendas es abrir un mercado poderoso, es mover capitales, "revitalizar la economía interna", reconvertir una masa enorme de valor de uso en valor de cambio.

La filantropía social es en el fondo un interés de mercado. Evidentemente uno de los grandes caminos para "lograr una paz para todos", además de aprobar la "justa ley de amnistía"…

John Locke y la moneda…

Luego de definir la moneda introduce el tema de la devaluación del bolívar y de la "inflación" de los precios y costo de servicios, de la pérdida de poder adquisitivo. Evidentemente no sale de la esfera del modelo de producción y del consumo del capitalismo. Valora y juzga la eficacia económica del gobierno dentro de las leyes del mercado y sus necesidades. Pero toda esta secuencia, al igual que en todo su discurso, las observaciones no hacen ninguna referencia al tema de los juegos y estrategias globales de la economía mundial y regional. Esto se excluye. En forma similar a cuando evaluamos el comportamiento de una persona ateniéndonos solamente a los efectos visibles y no analizamos las causas estructurales más allá de lo que conviene: buscar un victimario político definido, un enemigo claro, visible y si es posible único. Un responsable y unos efectos. El discurso de Allup no tiene por qué estar centrado en lo económico pero se refiere a las "tentaciones que hacen sucumbir" a la moneda y sabemos que el valor de una moneda es relativa a muchos factores, sobre todo externos. Seguramente sabe pero no dice pues esta secuencia tiene como foco un solo aspecto: el hecho de que debemos pagar mucho más dinero que antes para adquirir las cosas. No puede decir que, en realidad la "inflación" es un vocablo ambiguo que no define lo que ocurre realmente cuando compramos a costos más altos: el dinero y el valor se transfieren en realidad a otros niveles de la economía, sea el comerciante, el distribuidor o el productor mismo. Más que inflación hay sobreprecio, especulación y ha habido un acaparamiento brutal, nada espontaneo ni inocente.

Las FANB pero sin la "B"…

Una nueva advertencia esta vez dirigida a las FANB. La letra "B" esta demás y sobra. Nosotros podemos "quitar esa letra" o eliminar todo lenguaje que remita a un proyecto revolucionario. El ejército "no debe tener beligerancia, no puede participar en la política, etc.", el ejército es de "todos los venezolanos y no de un grupo político". El "todos" es ambiguo y conviene. No hay diferencia social ni de clase, "Venezuela somos todos" etc. Allup no usa, por ejemplo, la frase ejército del pueblo, eso está fuera del lenguaje. Es una vuelta al modelo del ejército aparentemente neutral y apolítico. Una hipocresía parlamentaria enorme que no se sostiene en absoluto en la historia latinoamericana desde inicios del siglo XX hasta hoy. El discurso de Allup hace énfasis en este aspecto pues el control político sobre las fuerzas armadas es decisivo en estos momentos además de PDVSA. Lo que no hace es alguna referencia que pueda sustentar esa vuelta a la supuesta neutralidad de un ejército: ¿ha existido y existe en Latinoamérica una fuerza militar realmente neutra al servicio de la democracia? A excepción de la FANB y su proyecto actual ¨ ¿ hay un ejemplo digno realmente de un apoyo o respuesta oportuna a los derechos humanos, a la justicia y a la vida de todos?. Podemos inferir que el modelo militar que Allup indica es semejante al de Chile, Argentina, Uruguay, México, Brasil, la OTAN o al de la escuela de las Américas?

Falsas coincidencias: "Dialoguemos para resolver la crisis"… Las últimas secuencias del discurso fueron un llamado a "resolver juntos la crisis" y buscar "puntos de coincidencia", pero finalmente con un discurso en el cual solo existe un solo responsable, un gobierno que ha sido el propiciador de una crisis y que se ha cerrado herméticamente a todo dialogo en relación las "buenas propuestas" de la MUD. Todos los demás actores políticos y económicos del país han sido unos "ciudadanos correctos y sin fallas" y ninguna institución u organismo no gubernamental han actuado fuera de ley sino siempre "buscando la paz y el bien común. El discurso de Allup excluye radicalmente como negociables todos los aspectos más relevantes del proyecto bolivariano que podrían ser precisamente los puntos de negociación decisivos: mantener las misiones sobre todo la base de las políticas de la misión vivienda, las FANB como ejercito del pueblo, los símbolos, las imágenes y los textos de una historia y de un legado, las funciones del Banco Central, las misiones educativas y las nuevas universidades, los planes fundamentales de este gobierno. No se plantea ningún escenario de negociación, no habría posibilidad de puntos de coincidencia pues sabemos que políticamente la intención es siempre conservar aquellos aspectos esenciales y a los cuales no se puede renunciar sin perder lo fundamental. Las palabras y frases de Allup parecen anunciar un panorama sombrío, de acuerdos aparentes donde existe un solo y único culpable de una crisis. ¿Es este un discurso de dialogo, de negociación con mediaciones ?.

Evidentemente no lo es... Es en buena parte una retórica amenazante y prepotente con algunas ironías y parodias disfrazadas de buen humor. Es un ejemplo del discurso del amo casi absoluto con algunas variantes coloquiales: a ratos parecía escuchar a Rómulo Betancourt pero con menos vehemencia y voluntad de poder.

 

Arquitecto Rocco Mangieri.

Enero 2016



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