La escasez no es de comida, sino de memoria

La escasez, según el diccionario de la lengua española, se puede definir como “…Poquedad o mengua de algo…” o “…Pobreza o falta de algo para subsistir…”. En Venezuela, en los últimos tiempos se ha generado una matriz comunicacional que va más allá de la realidad, planteándose de una manera descarada que hay una crisis humanitaria porque no hay harina de una marca determinada para hacer arepas, cuando se puede comer otro tipo de alimentos o, peor aún, cuando en la ausencia de algún medicamento, tienen los tentáculos adheridos a la necesidad del pueblo las mafias políticas, empresariales y criminales que se trazaron como meta salir de un gobierno a toda costa, incluso quitándole la vida a los venezolanos y las venezolanas.

Sin embargo, nadie duda de los múltiples esfuerzos que ha venido realizando el Gobierno Nacional para palear la arremetida criminal instalada desde lo exógeno con cómplices activos dentro del territorio patrio. En efecto, la acción gubernamental ha ido desde lo formativo-cultural hasta la provisión de insumos a través de una audaz política económica que ha ido mermando el actuar criminal en contra del noble pueblo bolivariano, lo que produce el inmensurable desespero en los y las artífices de un pretendido caos social con fines antidemocráticos.

Ahora bien, lo que si contrasta con el linaje luchador del venezolano y la venezolana, es la escasez de memoria y de vergüenza de quienes en algún momento funesto de la historia de Venezuela, estuvieron en cabeza de los Poderes constitucionales. Tal es el caso de la ex presidenta de la antigua Corte Suprema de Justicia, ahora devenida en política de oficio, olvidando que exige a quienes imparten Justicia su aislamiento partidista, cuando ella es asidua compañera del Secretario General de Acción Democrática, haciendo relucir el partido que la postuló para el cargo que ocupó.

En un foro, presidido por el Secretario General del partido blanco, la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia, acompañada de un aspirante a ocupar una silla en el máximo Tribunal de la República argumentó que las decisiones del TSJ demuestran un desconocimiento al Poder Legislativo, lo que pone en evidencia, según ella, una violación de la Constitución, aunado a que ello se traduce en “desconocimiento de la voluntad popular” (por cierto el nombre de otro partido político afín a la ex magistrada).   

Es allí donde falla la ex presidenta de la otrora Corte Suprema, donde demuestra su escasez de memoria y de producción intelectual y, por ende, de constructos teóricos. Olvida la señora abogada que la Asamblea Nacional (que no ha producido ningún instrumento legal que permita contribuir a solucionar la crisis que ella misma ha venido provocando) en cabeza de su directiva ha pretendido desconocer al Poder Judicial y a los demás Poderes, usando además descalificativos delictuales en contra de mujeres como ella. Ignora “la dama ilustrada” que esa Asamblea Nacional ha pretendido dejar sin efecto la Constitución de la República Bolivariana que se dio el pueblo venezolano, invisibilizado durante finales del siglo pasado, siendo cómplice de los atropellos que provocaron ese aislamiento la Corte Suprema de Justicia que ella presidía.

Entonces, no han entendido los factores colocados como títeres por la cúspide económica que muy a pesar de las dificultades, al pueblo de Bolívar no le escasea la moral para la lucha, el amor por la construcción de un país solidario, en donde prive la igualdad y la Justicia Social. Por el contrario, en su desespero, cada actor del Poder económico abusivo, demuestra escasez de memoria y de vergüenza, por lo que hacen y por lo que hicieron en contra del país.
 

andrearno231@gmail.com



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