Yibram, hijo de Tarek William Saab, sigue haciendo videos contra su padre, el Defensor del Pueblo, y lo hace quedar como cómplice de violación de derechos humanos en perjuicio de manifestantes "pacíficos" de la oposición.
Yibram, vinculado a Primero Justicia, se refiere a la ruptura del hilo constitucional y al presunto uso brutal de gases de la GNB contra quienes protestan en la calle; dramáticamente advierte que él mismo pudo ser una víctima fatal porque está participando en esas protestas de la derecha.
Ante estos hechos, sólo me queda una reflexión final desde la sensibilidad que me permite mi doble condición, como hijo de un revolucionario y como padre revolucionario.
Los hijos no siempre tienen que pensar como los padres, en mi caso mi padre nunca me inculcó una ideología, fue su ejemplo de solidaridad infinita con la gente humilde lo que me motivó a descubrir que esa conducta amorosa para él se llamaba comunismo (llámenlo ahora socialismo del siglo XXI, para mi es una misma esencia).
Mi padre Jesús Silva Alfonzo (un maturinés comunista, guerrillero de las FALN y preso político por varios años en el cuartel San Carlos) sembró con el ejemplo un inmenso e irreversible amor en mi que hoy sobrevive a su desaparición física, en el presente yo como padre no inculco doctrinas a mis hijos, solamente doy ejemplo con mi vida pública y privada, y aspiro ver germinar libremente la semilla del humanismo revolucionario en mi descendencia.
¿De dónde nace el desprecio de un hijo a la lealtad que debe brindar a su padre y la decisión de someterlo al escarnio público?
Amor y control, dice una canción de Ruben Blades sobre la manera ideal de criar a nuestros hijos. Cuando yo sea viejo, espero haber hecho méritos suficientes para que mis hijos me recuerde con el amor y la sonrisa con la que yo siempre recuerdo a mi afectuoso padre.
¿En qué falló Tarek William Saab para no ganarse el amor y lealtad de su hijo?
