“¿Vas seguir mijito con esta revergación?”, para decir en buen maracucho está joda putrefacta, en la que nos quiere volver a meter el Imperialismo norteamericano, valiéndose de los bribones traidores a la tierra que los vio nacer. La excusa perfecta es la no renovación a esa televisora, antro de difusión de la enseñanza de la criminalidad, la vanidad, el falso orgullo, la pornografía, el egoísmo, la pereza, el consumismo y la adoración al sueño americano (American Weif of Life).
Ya el plan está develado, habiendo ensayo aquí casi todos los libretos del golpismo imperial, ahora vuelven por sus fueros echando mano a una variante de la conflagración que usaron en contra del Pueblo Ucraniano, en lo que se denominó “la revolución naranja”. Allá en las calles de Kiev se desconoció con aquella componenda mediática, unos resultados que favorecieron a Yanukóvich sobre el traidor Yúshenko apoyado por el Imperio norteamericano y por la Unión Europea. Esa variante consiste en endrogar con toda suerte de estupefacientes a los estudiantes de la educación primaria para armar en toda el País una guarimbera loca con el fin de provocar una conmoción nacional que incluya muchos muertos que puedan ser capturados por la cámaras de Globovisión para poder inundar las agencias noticiosas del Mundo, y llamar entonces a la celestina de la OEA para que le aplique a Venezuela su podrida “Carta de la Américas”. En Urania se desconocía con la Guarimba naranja unos resultados que favorecían a la tendencia política que históricamente había salvado a los ucranianos. Acá se pretende desconocer la decisión de la mayoría del pueblo venezolano de no renovar la concesión del espacio radioeléctrico a una televisora golpista y corruptora de nuestra republicana. Ese desconocimiento entraña otro golpe de estado que están tratando de poner en marcha.
Dentro de esta nueva conspiración están metidos hasta los tequeteques los dueños de “colegios” y “Universidades Privadas” muchos de ellos subsidiados por el Estado. Lo que hemos dicho siempre: si la educación es un asunto esencialmente de soberanía, ¿Cómo es que se la entregamos a cualquier mercachifle que se presenta enflusado por ahí, bañado de ignorancia y de perfumitos caros?
Las cartas están descubiertas, las de ellos, los golpistas, y las nuestras, los que no vacilaremos un segundo en defender hasta las últimas consecuencias, esta posibilidad cierta de construir la vía venezolana al socialismo científico en el Siglo XXI.
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