El tipo estaba loco por sentirse a sus anchas en Globovisión y hacerle sentir gozos indecibles al Matacuras, a la Párraga y la bobita Alejandra Otero. Cómo se chanceaban, qué feliz se sentía el Matacuras, se daban la mano, se reían, mentaban los trucos y minucias del juego de dominó, de que había que descubrir quién tenía la cochina, definir las reglas y que los mirones no debían ser de palo.
Ya vemos cuál fue la orden que se te dio. ¿Tú crees que somos pendejos? Tu plan es muy claro: Debes atacar la reforma poniendo por delante el hecho de que no se debe apresurar el debate, de que hay que llevarlo con calma, no forzar nada. Ir despacio, y si es posible hasta echarnos dos años. Eso en tu concepto nos iría muy bien porque nos retrasaríamos tal cual como lo desea la Iglesia y Fedecámaras, y el que te paga: el imperio.
Cómo te despepitaste en complacencias infinitas con ese Matacuras, diciendo que tú no tenías nada que ver con imperialismo alguno ni con la CIA y que no crees en esas cosas. Ay, Ismael, qué bien y qué decentes te estás portando. Ya sabemos por dónde vas Ismael, porque sin que el Matacuras te lo estuviera preguntando comenzaste a defender la posición de Yon Goicochea y de Stalin González, y tú muy bien sabes lo que este par de tipos se traen entre manos para septiembre. Tú sabes cómo se está batiendo la manteca. Tú sabes que el agite de las universidades privadas, de los liceos es el elemento clave y la carta decisiva que la derecha tiene para tratar de crear horribles disturbios. Ayer Goicochea asomó lo que dispone en sus batallones. De modo que tú estás hasta más allá de los calcañales metido en la conspiración. Qué pobres eres, no aguantaste un solo cañonazo y te entregaste con todo y cuerpo defensivo de tu partidito. No dabas para más.
¿Cuánto te están pagando Ismael? ¿Ya cobraste o estar por cobrar? Ismael, eres tan inmoral como el don Vito Miquilena.
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