El antichavismo prepotente de los ambientes religiosos

Me sentiría incómodo escribiendo estas cosas si no me estimulara y me llenara de indignación presenciar el espectáculo tan abitrario y prepotente que se observa en nuestros ambientes religiosos católicos en materia de política. El antichavismo se ejerce en estos ambientes violando el más elemental respeto que nos merecemos los que ,haciendo ejercicio de la libertad tenemos, otro tipo de pensamiento. En los ambientes religiosos un formador de una casa de estudios organiza, por ejemplo, encuentros comunitarios invitando a connotados exponentes del antichavismo sin permitirse un segundo para pensar que entre sus formados hay gente que merece el respeto a sus propias ideas. Un obispo o un sacerdote cualquiera aprovecha la oportunidad para lanzarse un mitin antichavista en una celebración sin tener la delicadeza de imaginarse que hay gente entre los feligreses retorciéndose en su asiento teniéndo que escuchar esa caterva de lugares comunes de la oposición más trasnochada o de las actitudes paranoicas más infantiles. Un colectivo religioso lanza un pronunciamiento oficial plagado de tergiversaciones contra el proceso bolivariano,incitando casi al magnicidio, sin tomarse la molestia de consultar otras fuentes. En todo esto hay mucha ingenuidad y, duele decirlo, hay una ligera cuota de perversión.

Existen diferentes antichavismos en los ambientes eclesiásticos. Hay que diferenciarlos por elemental justicia. Uno es un antichavismo ramplón y simplista. Porque, con toda sinceridad hay que admitir que ser antichavista en ciertos ambientes como el religioso, es el síntoma más evidente de la pereza mental. Ser antichavista en ciertos ambientes, como el eclesiástico, te permite el ahorrarte cualquier actividad neuronal y dejarte llevar por la inercia y la complacencia descomprometida con el sector más cortoplacista y egoista de la sociedad que es la clase media emergente, esa clases que ha comprado en el solo año 2006, 450.000 vehículos y coloca a Venezuela en el primer país consumidor de whisky 18 años, "en medio de este desastre de país que se cae a pedazos".

Este antichavismo simplón que hoy tiene sus esperanzas puestas en ese "Movimiento Estudiantil" que funciona "respetando" los tiempos de las "vacaciones en el exterior",ese antichavismo es ya un estado mental irredento y que en el fondo es inocuo porque no será capaz de de protagonizar otra cosa que eso, el "descompromiso".

El antichavismo eclesiástico más doloroso es aquel que mantiene, aunque sea de una manera muy selectiva y curiosa, su respeto y adhesión a las granes causas de los pobres. Ese es el antibolivarianismo más doloroso. Se merecería muchísimo respeto si no fuera porque los grandes representantes de esa tendencia no son todavía capaces de decir una sola palabra contra el golpe de estado ni menos aún contra la agresión más violenta que ha sufrido el pueblo venezolano que fue el paro petrolero. Ellos como que estaban "dormidos" durante esos días. Esos antibolivarianos no han pronunciado una sola frase contra la masacre de Irak, de Afganistán. No pueden , porque ponen en peligro sus "financiamientos del exterior".

Los canales de televisión que frecuentan , los periódicos que leen, no les han permitido ver que mientras ellos se reúnen con los "padres y representantes" de su veintena de colegios y universidades privadas, el país entero se reúne cada noche para organizar los Consejos Comunales, para inscribirse en el PSUV, para hacer contraloría social, para proteger la reforma a la Constitución, que ellos trataron de evitar.

Señores, no hay espacio para las ambiguedades. Preferimos la posibilidad de equivocarnos con el pueblo más marginado, que "acertar" con los "sabios de este mundo".Nos hubiera gustado seguir juntos en la lucha. Ustedes se han dejado empalagar por los que nunca han amado a este pueblo.


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