Muchas veces hemos advertido sobre venideros complots contra Venezuela, de hecho sucedieron, pero no pudieron tumbar al gobierno. Esto no quiere decir que estuvimos equivocados. Somos científicos y filósofos, no profetas. Más bien hubiese sido un error no advertir sobre eventos, cuyas raíces y razones históricamente y a nivel global están claros como un cristal.
Nos guste o no, pero el régimen de Bush, junto a sus aliados europeos e israelíes nos han declarado como parte del ‘eje del mal’, como ‘terroristas internacionales’, que merecen el tratamiento militar humano de la invasión violenta y del genocidio, agarrando nuestras riquezas, petróleo, gas, biodiversidad, agua, minerales estratégicos, metales y oxígeno.
Esto indica, que la Revolución Bolivariana nunca fue pacífica ni lo será, simplemente porque los EE.UU. tienen que tratar permanentemente de tumbar el Presidente Chávez, hecho que está en su interés geopolítico y económico yanqui. Claro, la reforma constitucional y la fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, tienen que ver en primer lugar con la defensa física y teórica de la Revolución Bolivariana. Esto es la razón de por qué tenemos que apurarnos y hacer todo dentro de sólo semanas, porque sabemos lo qué nos espera en cualquier momento de aquí en adelante.
El problema no es local y no es un asunto de que si el imperialismo nos atacará ahora, el año que viene o nunca. El problema ya se presenta a escala mundial y todos los pueblos del planeta se encuentran en peligro. Es el sistema mundial, el cual, a raíz del hecho que ya se globalizó y se realizó, está en severo peligro, en crisis apocalíptica. Este sistema ahora muestra su verdadera mueca capitalista, muestra lo que es la verdadera democracia de la clase dominante: el fascismo.
Bajo esta perspectiva hay que darse cuenta, que últimamente pasan cosas raras en Venezuela. En todo el país se eligieron los futuros delegados del PSUV por el voto popular. Sin embargo, después de todo, muchos observadores críticos no encontraron este proceso tan limpio, porque es obvio, que el partido en embrión una vez más está siendo infiltrado por los oponentes del socialismo, es decir, por los miembros de los viejos partidos políticos y por los ‘chavistas sin Chávez’.
Por cierto, hay algunas cosas que parecen pura casualidad y nada de qué realmente preocuparse: escasez de leche líquida, de leche en polvo, de azúcar y de otros productos de la cesta básica. Los camiones que suministran la gasolina de El Vigía hasta Mérida, están de huelga. En Caracas, los transportistas tienen planificado la suspensión de sus actividades desde la medianoche de hoy hasta mañana en la mañana; el Presidente Chávez se engripó en Cuba y tuvo que suspender su programa ‘Aló Presidente’ de ayer, domingo. ¿Qué es lo que pasa?
Además, tanto aquí en Mérida como en otras partes del país, mañana los estudiantes vuelven a comenzar con sus guarimbas y sus disturbios programados. La Iglesia Católica, o sea, su jerarquía oligárquica se opone 100% a la Revolución Bolivariana.
Mañana, martes, la ‘oposición’, que ya está protestando salvajemente contra la reforma constitucional, tiene planeada una marcha hacia el parlamento, para supuestamente entregarle un documento a la asamblea. Para las próximas semanas, todas las señas del clima político en nuestro país indican posibles terremotos, derrumbes y huracanes sociales.
Los verdaderos enemigos se encuentran dentro de la revolución, y es precisamente allí, donde también tienen que ser aniquilados. Esto es el proceso revolucionario de la radicalización, del cual Chávez habló hace poco. Esto es la radix, la raíz del actual peligro. Radicalizar la Revolución Bolivariana significa atacar el problema golpista por sus propias raíces, desde adentro, por sus contradicciones de clase, por su lucha de clase. Mientras aquí en Venezuela preservamos el capitalismo, siempre y eternamente fomentamos la explotación económica, generamos dominación política, producimos discriminación social y racismo, organizamos el genocidio militar y fomentamos la alienación humana universal.
La verdadera Revolución Socialista Bolivariana comienza sólo cuando nosotros como trabajadores le damos nuestro NO definitivo a cada uno de estos puntos y a lo que Simón Bolívar nombró la ‘plaga’ de las Américas.
Sólo una negación dialéctica categórica como esta se puede llamar socialismo, cualquier otra cosa es simplemente otra caricatura más de la emancipación humana. Venezuela eligió el camino hacia el socialismo, ahora crucemos el Rubicón y digámosle adiós para siempre al capitalismo globalizado.
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