Cable de Wikileaks demuestra como los gringos están por tirar la toalla con la oposición

13 de abril 2011.-Según un cable de Wikileaks, recientemente divulgado por el diario El País, el ex embajador estadounidense en Caracas, William Brownfield, alertaba al gobierno de Washington sobre las pugnas internas de la oposición Venezolana.

Desde su arribo a la presidencia de la República, el Presdiente Chávez ha trazado políticas que benefician a la población venezolana y la integración latinoamericana, ninguna de las cuales han sido vistas como positivas por parte de Estados Unidos, porque las mismas han significado una reducción significativa de su influencia en el país suramericano.

Chávez ha obligado a Estados Unidos a pagar por el petróleo venezolano, que hasta 1998 era prácticamente regalado a la nación norteña.

De allí, una guerra de baja intensidad se traza desde Washington, con el apoyo y financiamiento a distintos planes de desestabilización que han abarcado desde golpes de Estado hasta el control total de los medios de comunicación privados y la creación de nuevos medios para transmisiones ilegales hacia Venezuela (VOA).

En el cable, Brownfield indicaba al Departamento de Estado, que la oposición estaba plagada de “luchas internas” y “partidarios desilusionados”, al tiempo que demuestra un absoluta “incapacidad” de enfrentar los planes de Chávez para impulsar un proyecto socialista en la nación suramericana.

Mencionaba que, Acción Democrática, que otrora hubiera alcanzado el poder por luchar contra régimenes democráticos y que defraudó a la población venezolana instaurando décadas de represión y sangre, se hallaba en la actualidad en un continuo estrangulamiento por la falta de visión de su Secretario General Henry Ramos Alllup.

En el cable, Brownfield critica que Manuel Rosales opte por ir de vacaciones mientras que Chávez se queda en Venezuela trabajando y poniendo en marcha diversas iniciativas para el beneficio de la población.

La oposición se mostraba entonces profundamente dividida y con mucha decepción entre sus simpatizantes, según indica el documento, reconociendo que ni siquiera cuando el cese de la concesión a la planta televisiva privada RCTV lograron cohesionar suficientemente a los adversarios de Chávez.

El informe analizó las desventajas de Manuel Rosales como un “líder” que representara a la población porque las élites políticas de derecha lo rechazaban.

El ex embajador expuso su preocupación por las divisiones internas de Primero Justicia y se lamentaba por que Rosales sentía que era víctima de una traición por parte de Julio Borges, quien se abstuvo de fortalecer a UNT para privilegiar a su la tolda amarilla.

Brownfield destacó que la decisión de la oposición de abstenerse de participar en las elecciones legislativas constituía un grave riesgo para las operaciones de desestabilización en el país, porque la legislación venezolana establece que cualquier partido que no participa en dos elecciones consecutivas o reúna el uno por ciento de los votos en dos elecciones consecutivas, en el mismo período constitucional, debe volver a registrarse recogiendo el 0,5% de firmas del total del electorado. Bronwfield dejó entrever su preocupación por AD.

También expresó que Luis Ignacio Planas confesó su intención de crear redes sociales similares a las constituidas por los bolivarianos.

“A pesar de casi 10 años consecutivos de disminución política, muchos en la oposición siguen sin poder hacer grandes sacrificios de sus agendas personales”, se quejaba Brownfield. El ex embajador, extenuado por los caprichos y las peleas de la oposición, concluyó que lo mejor era allanar el camino para encontrar nuevos líderes que restauraran la confianza del electorado opositor.


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