21 febrero de 2015.- Uno de los dirigentes de la llamada Derecha Maltrecha venezolana, Julio Borges, actual diputado del partido de Ultraderecha Primero Justicia, se ha destacado a lo largo del tiempo por evidenciar su conducta antidemocrática, más ahora cuando oficiales involucrados en el fallido Atentado Golpista, capturados tras develarse el plan de bombardear con aviones a Caracas y otras zonas, han confesado datos interesantes, al señalarlo como uno de los que ordenaron los objetivos a bombardear.
Borges, junto a otros cómplices encubiertos o no, estuvo involucrado también en el Golpe de Carmona Estanga, en abril de 2002, que logró el derrocamiento del Comandante Chávez, hasta que el pueblo en gesta inédita, heroica e histórica salió a la calle y desalojó al usurpador de Miraflores.
A continuación, apenas una muestra de la catadura moral y calaña antidemocrática de Julio Borges:
En un video grabado y difundido por el partido derechista, el 11 de abril de 2002, antes de la autojuramentación de Carmona Estanga (que fue el 12 de abril en horas de la tarde), Borges adelantaría el contenido del texto del infame decreto con el que el breve dictador borraría toda instancia democrática en Venezuela.
"Para destrancar el juego pasa, obligatoriamente, por la renuncia de la directiva de PDVSA, de la renuncia de todo el Gabinete Ejecutivo, de la Asamblea Nacional; también decimos que tiene que renunciar el Contralor, el Fiscal, el Defensor del Pueblo, el Tribunal Supremo de Justicia (…) y, finalmente, tiene que renunciar el presidente de la República", así, textualmente, fueron las palabras de Julio Borges en ese video histórico del golpismo venezolano.
El mismo guión que luego el procurador de facto de Carmona, Daniel Romero, ratificó al leer el muy aplaudido decreto anticonstitucional y golpista unas horas después.
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En el contundente video, Julio Borges está acompañado por Leopoldo López, Armando Briquet, Gerardo Blye y Henrique Capriles Radonski, entre otros, con rostros sombríos y callados, pero avalando con su presencia una conducta anticonstitucional que es prueba pública y comunicacional de su catadura golpista.