2 sept. 2015 - Amenazas directas de muerte y de activar procedimientos legales en su contra recibió Roberto Lovato para que desistiera de publicar su articulo sobre Leopoldo López, producto de una larga y minuciosa investigación que incluyó al menos dos visitas a Venezuela en 2014, en plena temporada de las violentas protestas impulsadas por el enjuiciado líder del sector más extremista (aunque severamente disminuido) de la oposición venezolana.
La revelación la hizo, con la exigencia de confidencialidad, un vocero del equipo editor de Foreign Policy (una (o la) prestigiosa revista de política exterior con posturas indudablemente de derecha) donde finalmente se publicó el trabajo en la última edición que comenzó a circular el 27 de julio.
Incluso Lovato habría recibido una llamada de un representante del Departamento de Estado exigiéndole el retiro de su historia. El escritor, quien es estadounidense de origen salvadoreño, se negó a hablar del tema y no quiso confirmar las versiones.
Sin embargo sí hay constancia del esfuerzo que debió hacer para disponer de todos los datos y detalles sobre López y sus antecedentes, para poder convencer al editor de la publicación de su reporte.
De hecho, el editor inicial para el cual se había previsto el perfil desistió de su publicación por las presiones, por lo que eso permitió que se despertara el interés de Foreing Policy en el mismo.
En todo caso transcurrió más de un año, desde su última visita a Caracas, para que Lovato pudiera ver su historia impresa y colgada en la web.
La derecha venezolana, a través de Nelson Bocaranda y su página Runrun, descubrió un poco tarde la publicación, y el lunes arremete contra la historia con su más acabada elaboración teórica, la de los "patriotas cooperantes". Es decir, en Foreign Policy, habrían agentes encubiertos del gobiernos de Nicolás Maduro orientando la línea editorial de la publicación. Y conste que se podrá acusarla de lo que sea, pero de izquierdista o chavista, jamás.
Aunque a lo mejor la hipótesis no sea tan absurda en realidad, y que aunque sin ser cooperantes del gobierno, sí lo sean de algún factor menos enloquecido de la oposición. Ya no mucha gente se quiere fotografiar con Leopoldo, excepto el descuartizador de Altagracia.
Lea aquí la historia de Roberto Lovato traducida al español.