De protagonista del 11-A a “santo demócrata”

(VIDEO) Mérida: Baltazar Porras se estrena como “escritor” en la cátedra de "democracia"

El comandante Hugo Chávez en Fuerte Tiuna, rodeado de generales, almirantes disidentes, y del presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Baltazar Porras y su secretario general, José Luis Azuaje.

El comandante Hugo Chávez en Fuerte Tiuna, rodeado de generales, almirantes disidentes, y del presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Baltazar Porras y su secretario general, José Luis Azuaje.

Credito: Archivo Web

 

Mérida, 24/06/2016.- (RCM/Aporrea.org / Unidad de Análisis)  El siempre recordado monseñor e ilustre prelado merideño Baltazar Enrique Porras Cardozo,  es nuevamente noticia, ya en el pasado reciente se le conoce por su protagonismo durante el golpe de estado de abril  de 2002; videos que recogen su rostro risueño ante la caida del tirano Chávez, ahora debuta como “escritor” civilista en la cátedra de democracia; recientemente el portal de noticias de Mérida http://actualidadygente.com/  ha publicado un texto de su autoría, bajo el título “La Crónica Menor. Cinismo, Política de Estado” por Baltazar Enrique Porras Cardozo.

Pero recordemos algunas de las  "lecciones de democracia"  que nos ofrecía el referido monseñor Porras, antes de pasar al análisis de su texto. Recordemos que la historia nos narra que la madrugada del día 11 de abril en pleno apogeo del golpe de Estado en contra del presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela  Hugo Chávez Frías. Cuando el reloj marcaba el fin en el calendario de ese día, pero ya en la madrugada del 12-A a las 3:55 a.m,  sale el presidente del Palacio de Miraflores prácticamente detenido o secuestrado por los generales disidentes y golpistas de ese entonces. El Comandante Chávez,  portando su uniforme militar de campaña y su boína roja antes de retirarse le dice a sus ministros, funcionarios  y seguidores presentes, y expresa: “No he renunciado, soy un Presidente prisionero…”, y parte custodiado  rumbo al Fuerte Tiuna.

 

 

Ya en Fuerte Tiuna, esperaban a Chávez, además de generales y almirantes golpistas, se encuentra el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Baltazar Porras y su secretario general, José Luis Azuaje.

Así quedaron plasmados en fotos aquellos personajes que concretaron ante la historia en esa fecha, la ruptura del  hilo constitucional y el Estado de Derecho, que con su presencia convalidaban el golpe de estado en marcha. En la imagen que identifica la presente nota informativa, se observa al referido monseñor Baltazar Porras Cardozo y su secretario general de ese entonces, acompañado de un numeroso grupo de traidores venezolanos; que junto a la representación de la iglesia venezolana mostraban su verdadero rostro golpista. Se recuerda que en ese momoento, el grupo de disidentes intentó infructuosamente hacerle firmar al comandante Chávez un formato de renuncia que tenían ya redactado.

Pero luego de este recordatorio histórico cargado de significativas lecciones de “civismo” y “democracia” por parte de este prelado, analicemos su escrito:

 “Uno de los problemas más serios que vive la sociedad venezolana es la desconfianza y falta de credibilidad en el oficialismo. No es un secreto que existe una crisis profunda que abarca todos los sectores de la sociedad.  La estrategia permanente es culpabilizar a la ciudadanía y echar la culpa de todo lo que pasa a la intervención de factores internos y externos que simplemente atentan contra el país.

Como definir la incredulidad, cuando lo expresa un ser incrédulo que se apartó de sus votos, y responsabilidades como sacerdote para convertirse en un falso actor político.

“Vivimos en un embudo en el que la parte estrecha es para quienes critican o adversan al gobierno, y la parte ancha es para dejar pasar todo lo que conviene a quienes detentan el poder. La indefensión es la percepción que tiene el ciudadano de a pie. Los poderes públicos, los órganos de seguridad no tienen como centro a la persona humana. Esta no cuenta, lo único que cuenta es mantenerse en el poder, a cualquier precio”.

Posiblemente por estos motivos se unió a los conspiradores del 11-A

“La permisividad del gobierno no tiene límites. La represión aumenta a diario, pues la simple disensión o el reclamo de lo más elemental son considerados desestabilizadores; la fuerza es el arma de quien no tiene más razón que el aplicar el garrote para que el miedo y la desesperación se apoderen del pueblo. La publicidad o propaganda gubernamental desfigura la realidad y criminaliza a la población o a las instituciones privadas. Basta visitar cualquier hospital para ver el estado de postración que tiene la salud. Los cortes diarios de energía eléctrica se achacan al fenómeno del Niño y al uso indiscriminado de la misma de parte de la gente. El comportamiento del Consejo Nacional Electoral no puede ser calificado sino de obsceno, ante los obstáculos que pone a un derecho constitucional. La forma como actúan algunos de los colectivos armados, con total impunidad, ataca a la población, destruyen bienes y servicios, y nada pasa”.

Hablar de “juicio” y de “ética” cuando se ha participado directamente en la ruptura del hilo constitucional y de las leyes que rigen a los hombres no tiene sentido. Es un juego de doble moral que pierde fuerza por quien lo expresa.

Desconocer “la voluntad popular” como dice el cura, tampoco tiene sentido cuando en el año 2002 él mismo formó parte de quienes desconocieron a la voluntad popular, de una gran mayoría  de venezolanos que ejercieron su voto en elecciones libres y llevarían a la presidencia de la República de Venezuela para ese entonces al comandante Hugo Chávez.

“¿Qué juicio ético se puede hacer de esta situación? No merece otro calificativo sino el de moralmente inaceptable. No puede calificarse sino de cinismo de estado. El diccionario señala que cinismo es la actitud de la persona que miente con descaro y defiende o practica de forma descarada, impúdica y deshonesta algo que merece general desaprobación. Es lo que los venezolanos están diciendo a gritos desde las elecciones de diciembre 2015 en las elecciones parlamentarias. La reacción gubernamental es desconocer la voluntad popular aprovechándose de la complacencia cómplice del resto de los poderes públicos que desdibujan su razón de ser: servir al bien de la población.”

Prosigue el prelado en su discurso civilista:

“Es urgente que la sensatez, la racionalidad, la búsqueda de soluciones pacíficas, la igualdad de oportunidades se apodere cada vez más de la población que está a mayor altura de quienes nos dirigen, para quienes el cinismo es el norte de su conducta para estar en el poder sin que cuente para nada el bien común.”

Para aclarar aún más las posibles dudas que pueda despertar el presente discurso “civilista” y de “democracia ejemplar”, dejamos el presente video, como evidencia de sus actos paganos:

 

 Video Fuente: 

 



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