Quiero aclarar, en primer lugar, que no pertenezco al PSUV. Nunca he militado en ningún partido político, aunque sí en numerosas organizaciones y movimientos sociales, particularmente en el campo de las tecnologías libres. Pero nunca me han gustado los partidos, ni tampoco las temporadas electorales. Odio los camiones con grandes bocinas llamando a votar por Fulano usando una canción estúpida. Odio ver a personajes políticos dar regalos, hacer fiestas, mitines y cervezadas para intentar convencernos de votar por él. Entiéndase entonces, que no odio la política, pero sí la politiquería.
Muchos de quienes escogimos las carreras científicas o tecnológicas tenemos en común ese rechazo a la politiquería. En la Facultad de Ciencias de la UCV, donde estudié, casi nunca se hablaba de política. La enorme mayoría de quienes estudiamos estas carreras vemos a la politiquería como un instrumento para manipular a las masas.
Creo fervientemente que el voto tiene que ser algo consciente y serio. Hay que examinar las propuestas de cada candidato y pensar seriamente en cual persona es la que comparte el proyecto de país que tienes en mente. Guarda tus emociones para conquistar a tu pareja, para agradecer a tus padres lo que hacen por ti, para mostrarle a tus hijos que los amas. Pero las decisiones serias no se toman en base a emociones; se tienen que pensar detenidamente.
De hecho, me gustan las elecciones como en Cuba: no hay gastos multimillonarios en llenar paredes con afiches, o en hacer comerciales de televisión costosísimos. Los candidatos realizan reuniones con sus electores, donde presentan sus planes y responden todas las preguntas. No son una suerte de dioses inaccesibles que son paseados en un camión con música a todo volumen, para que todos los veamos de lejos. Cosa que es tan común en la política venezolana, en ambos bandos.
Pero, ¿por qué entonces pienso que sí debemos votar en las primarias del PSUV? ¿Y por qué he votado en el pasado por el proceso revolucionario, a pesar de que las campañas en ambos bandos han estado llenas de politiquería emocional?
Por dos razones:
1) Es imprescindible ganar las elecciones para avanzar en nuestro proyecto de país, a pesar de los problemas culturales que podamos tener.
2) Porque el PSUV está haciendo avances en esa dirección que me agradan.
Veamos:
En el año 2011, el Partido Socialista Unido de Venezuela realizó uno de los retrocesos más lamentables que se pudo haber hecho en la revolución bolivariana: decidieron que sus autoridades serían escogidas por "cooptación". Es decir, la dirección nacional escogería a dedo a las direcciones regionales y otras instancias del partido. Esta decisión se tomó a pesar de que ya se había permitido en dos ocasiones que sus militantes escogieran sus direcciones y candidatos por votación.
Fue un retroceso muy lamentable. Una decisión terrible, que causó que se echara de las direcciones regionales a cuadros jóvenes, a chamos trabajadores, con ideas nuevas y muchas ganas de trabajar, que habían ganado sus puestos gracias a sus méritos y al trabajo con las bases. Fueron sustituidos por personas cuyo mayor mérito, en muchos casos, era ser "fichas de" Fulano, Zutano y Mengano. Se dieron alegatos estúpidos tras esta decisión, como que las elecciones internas "causaban heridas, dolor y resentimientos", y terminaron de convencer a revolucionarios como yo de lo decepcionantes que son los partidos políticos.
No fui el único decepcionado. Cientos, o tal vez miles de artículos circularon por Aporrea rechazando la cooptación, palabra que de pronto se puso de moda.
Han pasado cuatro años desde esa decisión, tal vez los más difíciles de la Revolución Bolivariana. Y esta vez nos encontramos al PSUV dirigiéndose a un panorama distinto: los venezolanos ―incluso los que no estamos inscritos en el PSUV― hemos recuperado la posibilidad de escoger y votar por los candidatos a diputados del partido con más militantes en América Latina. ¡Eso de por sí es un progreso! Igualmente, el presidente Maduro ha dado instrucciones específicas sobre cómo realizar la campaña, ordenando que ningún precandidato tenga ventaja sobre los demás. Aunque esto no se ha cumplido del todo, sí ha sido mejor que en años anteriores.
Debo decir que al comienzo no me agradó la decisión de que el 50% de los candidatos tenían que ser menores de 30 años, y al menos el 50% tenía que ser mujeres. No porque tuviera algo en contra de unos u otros, sino porque yo pensaba que tenía que escogerse a los candidatos por sus méritos, y no porque pertenezcan a determinado grupo o presenten determinada condición.
Por ejemplo, yo soy de quienes piensa que la juventud no es determinada por la edad. Nunca olvidaré cuando, siendo parte de un grupo de militantes de la comunidad de software libre, fuimos recibidos por un grupo de diputados del PCV en 2006 para hablar sobre la Ley de Infogobierno, y fue el camarada Roberto Hernández Wohnsiedler, recientemente fallecido, uno de los que mejor entendió todo lo que le explicamos a pesar de ser el de mayor edad del grupo de parlamentarios. Mientras que, cuando llegamos a diputados del MVR, todos entre 35 y 45 años de edad, ninguno nos entendió ni apoyó.
Volviendo a 2015: Al principio no entendí la propuesta de Maduro. Pero con el tiempo pude comprender que esta idea no tenía otra intención sino renovar al chavismo, haciéndonos escoger a los mejores de entre los experimentados, pero también tendríamos que elegir numerosísimas mujeres y personas jóvenes, frescas y con nuevas ideas, abiertas a los cambios.
Terminé de entender la propuesta de Maduro gracias a un artículo en DesdeLaPlaza.com, publicado el pasado 17 de mayo (http://www.desdelaplaza.com/politica/homofobia-diversidad-sexual-diputados/ ), en el que el diputado Elvis Amoroso daba a conocer que no fue posible que la Asamblea Nacional declarara ese día como el de la Lucha contra la Homofobia, como había sido solicitado por diferentes organizaciones sexo-género-diversas.
Citamos un fragmento del artículo: "El lunes 11 de mayo las organizaciones fueron notificadas que el punto no entraría en la agenda de la sesión del día siguiente. Mollie Aguirre, militante de Diversidad UBV, comenta que entre los argumentos que les dio el Diputado Elvis Amoroso, quien apoyó y sigue apoyando esta propuesta, está que el 50% de las y los diputados no estaba de acuerdo con el proyecto de ley".
¡Oh, vamos! No estamos hablando de temas más polémicos, como aprobar el matrimonio gay o permitir a las parejas homosexuales adoptar un hijo. ¡Sólo se está pidiendo rechazar la homofobia! "¿Algún diputado de izquierda podría apoyar que se odie a los homosexuales?", me preguntaba ingenuamente.
Y, sin embargo, no se pudo aprobar la declaración contra la homofobia. Nuestra Asamblea Nacional actual, con mayoría chavista y de izquierda, no pudo aprobar una simple declaratoria en contra del odio a los homosexuales. ¿Qué clase de carcamanes tenemos en nuestro parlamento?
En estos momentos, el portal Cultura Nuestra está haciendo una consulta a los precandidatos del PSUV para que fijen posición en torno a este tema (ver: http://laculturanuestra.com/?p=887 ). Instamos a tod@s los precandidatos a participar y dar a conocer su posición.
Y allí es adonde quería llegar. De verdad me entusiasma que el PSUV permita a sus militantes (y a quienes no lo somos) elegir a sus candidatos a diputados. Pero también tenemos que entender que todos nosotros, el pueblo chavista y revolucionario, tenemos una RESPONSABILIDAD. Tenemos que CONOCER a nuestros candidatos y negarnos a votar por emotividad (porque llegó alguien a la puerta de nuestra casa con una multitud, con mucha musiquita, lanzando papelillos y entonando canciones). No estamos eligiendo candidatos a un reality, estamos eligiendo diputados: las personas que tienen que redactar nuestras leyes.
Vamos a ver si nos entendemos:
- Cuando te quejas porque un malandro de 17 años asesinó a alguien y le dieron sólo 4 años de cárcel, eso es culpa de aquellos diputados que redactaron la Lopnna.
- Cuando te quejas porque el Código Penal, el Código Orgánico Procesal Penal y otras leyes benefician enormemente a los criminales y dejan desprotegida a la ciudadanía, eso es porque los diputados no han querido actualizarlas en 15 años de gestión revolucionaria.
- Cuando te quejas por el excesivo poder de las empresas y transnacionales en Venezuela, eso es porque no se han redactado leyes que les pongan límites. El Código de Comercio, por ejemplo, data de 1955.
Uno no debería escoger a los diputados porque sean muy simpáticos, alegres, bonchones, porque las muchachas estén buenotas o porque los hombres tengan una sonrisa Pepsodent. O porque tengan mucha labia para discutir con Julio Borges o a Henry Ramos Allup. La Asamblea Nacional no es un reality para ver quien da el mejor discurso político, ¡es el sitio donde se redactan las leyes del país! Y la mayor parte del duro trabajo que hace un diputado no se muestra por ANTV.
Por ello, es nuestro deber sentarnos a buscar cuales son los candidatos por quienes votar en nuestro circuito. En la página web www.psuv.org.ve, del lado derecho, aparece la opción "Dónde votas", en la cual puedes introducir tu cédula de identidad; la página te informará dónde votas y te señalará quienes son los candidatos en tu circuito. Y es deber de cada uno de nosotros investigar quienes son.
Es muy fáciil decir "yo no conozco a nadie de los postulados, por tanto no voy a votar", pero eso sólo demostrará cuán irresponsables políticamente somos. ¡Investiguémoslos y votemos por el mejor! ¿O nos seguiremos quejando cada vez que Maduro haga un enroque en su equipo, diciendo que "siempre escoge a los mismos"? ¡Ayudemos a conseguir nuevas personas que compartan nuestras ideas!
Es nuestro deber escoger a candidatos a diputados bien formados, que tengan experiencia en la lucha, que estén abiertos a los cambios, que estén dispuestos a hacer el duro trabajo que implica redactar una Ley en un país en revolución (lo que implica escuchar a la gente, debatir, tener humildad para reconocer que uno puede estar equivocado, pero la firmeza para defender aquellos principios que son irrenunciables; saber resolver los conflictos entre revolucionarios, tener el olfato para detectar los lobbies enviados por la derecha empresarial, y tener la ética necesaria para rechazar sus ofertas).
Yo, en lo particular, soy defensor del conocimiento libre y el software libre, y lamento que muy pocos precandidatos en el PSUV hablen sobre estos temas. De hecho, la única mancha que veo en todo este proceso electoral es que a Eduardo Samán lo excluyeron una vez más de las postulaciones del PSUV, y yo lo lamento porque él ha sido una de las pocas personas que ha apoyado de palabra y de hecho a las tecnologías libres y el conocimiento libre en sus gestiones dentro del proceso revolucionario. Quisiera escuchar a otros camaradas precandidatos hablar y tocar estos temas.
Cada quien apoya determinadas causas: La lucha campesina, estudiantil u obrera; la democratización del conocimiento y de la cultura; la lucha contra la guerra económica y el empresariado especulador, las reivindicaciones laborales, la profundización del socialismo como sistema económico y político, la defensa de los espacios para la recreación y la cultura, la producción comunal, los derechos de las personas con discapacidad, la mujer, la comunidad sexo-género-diversa, la infancia y adolescencia, el apoyo al pequeño productor e innovador.
Es un deber de todos nosotros investigar quienes apoyan estas causas, y votar por el mejor candidato. Aún queda suficiente tiempo, ¡hagámoslo! Y ayudemos a los líderes honestos y trabajadores del Psuv a tomar mejores decisiones.