El Poder Popular es la alternativa ( I )

Este tema del Poder Popular lo he dividido en dos artículos con el fin de no hacerlo tan extenso. La segunda parte, espero publicarla próximamente.

Para comenzar es necesario hacernos unas cuantas preguntas:

¿Cuándo nos iremos a convencer de que si no nos organizamos y ejercemos el Poder Popular no podremos llevar a cabo ninguna revolución?

¿Cuándo comprenderemos que el Poder Popular es el más grande de todos los poderes?

¿Cuándo decidiremos poner en práctica y fortalecer realmente el Poder Popular?

¿Cuándo nos convenceremos de que si no participamos activamente en las decisiones de nuestra comunidad, no lograremos que nuestros "elegidos" defiendan nuestras inquietudes e intereses?

¿Cuándo entenderemos que "Sólo el pueblo salva al pueblo!" ?

Que quien manda, o debe mandar, es el pueblo?

Ese hombre, esa mujer de a pie, simple, llano, sencillo, que trabaja en las fábricas, que siembra, que recoge los frutos, que trabaja con su moto, con la buseta que se come una arepita durante su faena diaria, aunque sea con pellejo e cochino, que al llegar en la noche a su humilde vivienda come cualquier cosa, recupera fuerzas y al otro día muy temprano se levanta, toma su cafecito y reinicia la jornada similar al día anterior. Pero también es pueblo ese ser humano que trabaja en la oficina, en el banco, en planteles educativos, hospitales, clínicas, universidades, en el comercio, en dependencias del gobierno, en los medios de comunicación, etc. Que en ocasiones no se siente "tan pueblo". Que a veces se siente más cercano a la burguesía; pues ansía sus comodidades y riquezas y no descarta la posibilidad de formar parte de ella algún día; aunque la cruel realidad le demostrará que ese grupo es cada vez más reducido, porque esa es la lógica del capital. Pero insiste, pues piensa que dar el salto a la burguesía es progresar, es tener éxito, es salir del montón!.

Y en eso se le va la vida!.

Pero no pierde las esperanzas!.

No podemos sentarnos cómodamente a esperar en lo que nos prometen los candidatos en campaña electoral. Nos prometen luchar desinteresadamente por nuestros problemas. Que apenas lleguen al poder, estudiarán nuestra situación, dedicarán su tiempo a mejorarla y se sacrificarán por nosotros, mientras disfrutamos tranquilamente de nuestra comodidad, del descanso y el ocio. Pues ellos nacieron con vocación de servicio al pueblo. Eso dicen.

Pero lo cierto es que ellos van por lo suyo y lo suyo no es lo nuestro.

Si no luchamos por lo que nos corresponde, no podremos esperar que los demás luchen por nosotros. Si no controlamos a nuestros gobernantes, ellos gobernarán sin pensar en nosotros. Si no participamos en la construcción del país, tampoco podemos esperar que otros lo hagan por nosotros. En eso consiste la Democracia Participativa y Protagónica. Si mas de 99% de la población mundial está siendo dominada por menos de 1%, es precisamente porque les hemos permitido que "luchen por nosotros", mientras nosotros nos despreocupamos, "abusando de sus buenas intensiones". Y así seguirán haciéndolo mientras nosotros lo sigamos permitiendo.

Le damos una enorme importancia a los procesos electorales, convencidos de que eligiendo a los más honestos y más capaces, a nuestro entender, nos podremos desentender de nuestros problemas; pero la realidad es que ellos, cuando ya están en sus cargos, se dan cuenta de las grandes posibilidades que tienen de "progresar materialmente", de ayudar a sus allegados, familiares, amigos, copartidarios y postergan sus promesas y la solución de nuestros problemas y nuestras necesidades para más tarde. Para cuando se pueda. Mientras tanto nosotros terminamos pensando que tal vez no se ha podido, porque tienen muchas cosas importantes por hacer y resolver. Y eso es verdad, lo de nosotros no es tan importante. Así va pasando el tiempo y nosotros seguimos esperando. Claro, en realidad, lo nuestro ha perdido importancia porque no tenemos manera de obligarlos a cumplir sus promesas electorales. Otro gallo cantaría si pudiéramos hacer valer el Poder Popular, si después de elegirlos y llevarlos a ocupar los cargos en el gobierno tuviésemos la capacidad de controlarlos y obligarlos a cumplir las promesas que nos hicieron en su campaña electoral.

Pero por supuesto que sí podemos hacer valer el Poder Popular!

Todo depende de nosotros!

Tenemos el marco jurídico formado por las leyes del Poder Popular que nos dejó nuestro Comandante Eterno. Dicho marco consiste en un conjunto de leyes promulgadas durante su estadía entre nosotros.

Afortunadamente, con su legado nos dejó, entre muchas cosas, un conjunto de Leyes Revolucionarias, que son las Leyes del Poder Popular, las cuales tenemos que consolidarlas y hacerlas cumplir, pues son la base fundamental para la construcción del Socialismo del Siglo XXI.

Podríamos decir que estas leyes del Poder Popular son las armas que el Comandante Eterno nos legó para enfrentar la brutal y desigual lucha que está dando el Incipiente Estado Comunal vs el Estado Burgués en Venezuela.

Tales Leyes Revolucionarias son entre otras las siguientes:

Ley Orgánica del Poder Popular,

Ley Orgánica de las Comunas,

Ley Orgánica de los Consejos Comunales,

Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal,

Ley Orgánica de Contraloría Social,

Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular,

Ley Orgánica de Transferencia Pública y Popular,

Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria,

Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal, Reforma Parcial de la Ley Orgánica del Régimen Municipal,

Reglamento Parcial de la Ley Orgánica de la Economía Comunal,

Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno.

Es nuestra responsabilidad y nuestra misión lograr que estas leyes no queden convertidas en letra muerta, pues de no lograrlo se habrá perdido la Revolución Bolivariana y nuestro deseo de alcanzar el tan anhelado Socialismo del Siglo XXI.

Aunque estas leyes se refieren concretamente al ámbito nacional, es evidente que el Poder Popular y por consiguiente el Socialismo tienen que pretender extenderse de manera universal, pues de no haber una hegemonía total, fácilmente serían neutralizados por el capitalismo.

Definitivamente, debemos empeñarnos en generar nuevas formas de gobierno a nivel mundial, pues el poder en el mundo ha sido usurpado por una minoría muy pequeña, poderosa, egoísta y destructora de la naturaleza. En consecuencia, una nueva forma de gobierno debe ser ejercido por las grandes mayorías a escala planetaria. Es lo que podemos llamar el Poder Popular Mundial, (no es un Poder Popular que gobierna todo el Mundo, sino que en todo el mundo debe existir el Poder Popular). Pero para que ese Poder Popular realmente exista y sea sostenible en el tiempo, el pueblo debe tener conciencia y estar organizado en las más diversas formas de participación, para la toma de decisiones en todos los espacios (políticos, económicos, organizativos, sociales, ambientales, culturales, internacionales, etc.). De otra manera ese poder se resquebrajaría en el momento menos pensado. Esa conciencia y organización pasa por un conocimiento mínimo de nuestros orígenes, de su historia, de sus capacidades, de sus recursos, de su economía.

En la sociedad capitalista la explotación es un hecho objetivo. Sin embargo, no siempre los trabajadores tienen conciencia de dicha explotación, por lo que se hace imprescindible y necesaria una actividad de preparación, de concientización, de organización y de maduración de la clase trabajadora. La conciencia de clase consiste precisamente en darse cuenta, el trabajador y la trabajadora, de la existencia de la alienación económica, política, social y cultural, en la que se vive en la sociedad capitalista; en esas condiciones, la manipulación informativa de los medios de comunicación e información privados juega un papel decisivo, pues son estos medios la más poderosa herramienta de enajenación y transculturización con que cuenta el capitalismo. La conciencia de clase es requisito indispensable para la revolución y la liberación de la explotación del hombre por el hombre.

Igualmente, debemos tener muy claro el concepto de "soberanía" como poder legítimo que tenemos para poseer pleno derecho de nuestros dominios, y que ejercemos como personas, colectivos, pueblos, gobiernos, estados, etc. Y el de "autodeterminación", que es el de decidir sobre nuestras cuestiones fundamentales, tanto internas como externas.

El derecho de "autodeterminación" fue denunciado por Rousseau en el Siglo XVIII y empleado durante la Revolución Francesa, logrando acabar con la monarquía feudal y dar paso al sistema de Democracia Representativa burguesa.

En pocas palabras, la Democracia Representativa es aquella en la que el pueblo, (titular del poder político), elige a sus representantes para que ejerzan en las distintas instituciones funciones de mando, o dirección (Presidente, Congreso o Asamblea Nacional, Alcaldías, Gobernaciones, etc.), durante un periodo determinado de tiempo. Esta forma es la que ha venido implantándose en la mayoría de los países del mundo a partir del siglo XVIII y podemos decir que no ha sufrido modificaciones importantes en cuanto a la manera en la que el pueblo participa en las decisiones políticas, que no es otra que la de depositar una papeleta, cada cierto tiempo, para elegir a sus representantes, sin volver a intervenir en política hasta una vez transcurrido otro periodo similar.

Esta modalidad, que durante cierto tiempo pudo tener alguna justificación, empieza a dejar de tenerla, especialmente en pleno apogeo del capitalismo, los monopolios, la revolución tecnológica y el progreso de las comunicaciones, pues el pueblo tiene la necesidad de interactuar, sobre muchos ámbitos, siendo la política a todos los niveles uno de ellos.

Lo que actualmente hace inútil a la Democracia Representativa es la sumisión de la política a eso que llamamos "los mercados", es decir, al capitalismo, cuyas leyes han acabado por prevalecer por encima de cualquier otra, incluso de las Constituciones de los países.

El mercado y sus defensores influyen de manera contínua sobre los gobiernos, al igual que lo hace el FMI, el Banco Mundial, BM, la Organización Mundial de Comercio, OMC y otras entidades financieras internacionales. Sin embargo, la participación del pueblo en la política sigue estando limitada a cada cuatro, cinco o seis años, dependiendo del país. Podemos concluir por tanto, que la Democracia Representativa ha perdido validez, ya que el poder real es ejercido por grupos de poder e individuos que no han sido elegidos popularmente para ello, y que por tanto no representan al pueblo.

En el contexto actual, en el que un orden antidemocrático gobierna los asuntos públicos y la vida de cada ciudadano, y lo hace además a través de organismos presuntamente democráticos, pero que ya no tienen ni legitimidad, ni voluntad, ni capacidad para cumplir su función, se torna de nuevo una necesidad histórica la construcción de un Poder que supere el marco político e institucional establecido, que limite a las clases dominantes (la minoría) y que a su vez empodere a las clases populares (la inmensa mayoría), frente al sistema representativo burgués. Ese nuevo poder, no es otro que el Poder Popular.

El Poder Popular es, por tanto, la alternativa mediante la cual se van transfiriendo de manera inmediata o paulatina las funciones de planificación, presupuestos y toma de decisiones, empoderando a la sociedad y transformando la Democracia Representativa burguesa en Democracia Participativa y Protagónica.


Ese Poder Popular es indispensable para la construcción del Socialismo del Siglo XXI, que debe ser construido mediante un modelo de Democracia Participativa y Protagónica. El verdadero socialismo debe atender las expectativas, las aspiraciones y los valores presentes en la sociedad, tales como la solidaridad, la ética, la moral, la tolerancia, la crítica, el respeto a la naturaleza y a los demás, el trabajo digno, la justicia, la libertad con responsabilidad, el humanismo, el internacionalismo, etc.



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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