¿Quién salvará a Maduro?

Nuestro pueblo esta siendo sometido a una operación de guerra psicológica que se apoya en penurias provocadas por la escasez de productos de primera necesidad. Busca esta guerra hacer ver que el culpable de toda esta calamidad es el gobierno de Maduro. Cuenta para tal fin, con un ejercito incrustado en el aparato del estado, que ha venido ejecutando su tarea con suma efectividad.

Efectivamente, hay una arrechera en el seno de nuestro pueblo, dirigida contra el gobierno, por la incomoda situación que ha creado la guerra económica y psicológica en la propia cotidianidad del venezolano.

Porque siente que ha sido por demás negligente y permisivo con los dos actores principales  que ejecutan esta guerra: los empresarios que se apropian de la renta proveniente del petróleo y los funcionarios corruptos que facilitan esta apropiación.

Ciertamente, esta dupla mortal al servicio del imperio norteamericano ha venido actuando a sus anchas contra toda la población venezolana.

Y no es que el autentico chavismo dentro del gobierno haya carecido de las mejores intensiones para derrotar esta guerra.

El problema esta en que hay factores sociales que desde el propio gobierno actúan para obstaculizar y neutralizar las medidas que se impulsan contra esta hostilidad que nos perturba.

Y pueden hacerlo por las posiciones de poder que ocupan. Han acumulado muchas riquezas bajo la sombra del estado. Son los que se benefician con los grandes contratos del estado, con los grandes proveedores de la administración pública, con los que reciben del gobierno cuantiosas asignaciones de dólares preferenciales y que luego multiplican en los procesos de intercambio amañados, con los banqueros que reciben los grandes depósitos de los entes estatales, etc., en fin, son una verdadera representación de la burguesía, formada al calor de esta asociación delictual, incrustada en el gobierno bajo un camuflaje chavista. Se han venido apropiando de forma fraudulenta de un alto porcentaje de nuestra renta petrolera y por eso sus intereses no son los mismos del venezolano de a pie. Por eso conspiran para que al gobierno todo le salga mal y sea repudiado por el pueblo.

Son en esencia lo que se ha identificado como la derecha endógena. Están escondidos dentro del propio estado, pero realmente, encarnan y representan los intereses de la burguesía importadora. Y por esta identificación de clase operan efectivamente como la 5ta. Columna.

Los auténticos chavistas dentro del gobierno vienen perdiendo la batalla contra la guerra económica y psicológica desatada contra Venezuela, entre otras causas, porque las medidas que se toman vienen saboteadas desde sus propios postulados.

Basta con poner un caso para darse cuenta de esto. Un par de zapatos que en los EEUU tiene un precio de $ 45, aquí, en virtud de las trácalas introducidas en los procedimientos, el gobierno permite que el importador lo venda sobre los Bs. 7.000,oo. Con esta extrema candidez se termina siendo un verdadero alcahuete de los desmanes del importador ladrón. Y esto ocurre con casi todos los productos importados y con casi todos los procedimientos que terminan favoreciendo al importador y perjudicando a nuestro pueblo, tal como ocurre con los propios procedimientos que se adoptan para la fiscalización, que la convierten en una tarea casi imposible. Esto explica por qué durante casi todo este año el comerciante especulador manipuló como le dio la gana todos los procedimientos, formulados con la intensión de controlar la especulación. Todo indica que fueron estructurados para que así ocurriera.

Esta guerra que afecta la psiquis de muchos venezolanos puede ser derrotada si nuestro pueblo organizado asume un papel protagónico en la dirección y ejecución de una contraofensiva que nos devuelva la tranquilidad perdida.

Si la dirección de esta lucha continua en las manos de una cúpula penetrada por la 5ta. columna, costara mucho obtener la victoria, porque sus medidas terminaran sirviéndole a quienes buscan a toda costa tumbar el gobierno.

En estos días, la guerra esta arreciando. Muchas empresas que no han cerrado amenazan con hacerlo para agudizar la angustia colectiva y para profundizar las condiciones del caos que vienen generando.

Las ultimas medidas tomadas por el gobierno contra el acaparamiento y la especulación ya están siendo burladas con creces. El alza de los precios de muchos artículos se ha producido ante la mirada inerme de un equipo de gobierno que hace muecas por su incapacidad para revertir toda esta situación.

La guerra económica constituye el meollo de la campaña electoral de la oposición. Esta sabe que ha hecho estragos en las bases que apoyan al gobierno. Pero no se siente del todo ganadora. Aunque algunas encuestas le dan el triunfo. Muchos que antes apoyaron a Chávez, ahora no apoyan a Maduro. La guerra económica ha hecho su trabajo. La cuestión radica en saber la cuantificación de este descontento.

Empero, el chavista auténtico sabe que la oposición representa a la derecha, que defiende solo los intereses de la burguesía importadora venezolana, y que esta clase esta subordinada a los intereses del imperialismo norteamericano. Además sabe perfectamente muy bien quienes son los que están detrás de la guerra económica.

Ahora, pudiera ocurrir, como en aquella contienda, donde el presidente de fedecamaras se autoproclamo dictador de Venezuela, que la guerra psicológica se revierta contra sus promotores. De allí que estos no se hayan atrevido a firmar el acuerdo para respetar los resultados de las próximas elecciones.
No están seguros de su tan anunciada victoria. Porque saben que la conciencia política adquirida en todos estos años de lucha por el pueblo chavista es la verdadera fortaleza que puede salvar a Maduro.

ricardovargas.rv.rv@gmail.com

 



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