La tarea era para ayer

Luego de pasar más de 30 días desde el 6D, esa derrota anunciada, el gobierno aún sigue reaccionando con parsimonia de tortuga. Como si le costara entender. Arrancó mal con eso de que “nos derrotó la guerra económica”. Luego, al paso de los días, Maduro repitió un par de veces la palabra “rectificación”, y semanas después planteó un Plan de emergencia. Todavía no nos dice qué es lo que hay que rectificar y cómo pretende hacerlo. Menos cuál es el plan de emergencia.
Maduro le pidió al nuevo gabinete enfrentar “la crisis económica y la guerra económica”. Al menos puso la palabra “crisis” antes que la palabra “guerra”. Así vamos ubicándonos: poquito a poco.
¿Estamos frente a una película de suspenso, como las de Hitchcock? ¿Es ese el ritmo que exige el momento? Porque parece que la Oposición prefiere actuar como en “Rápido y Furioso”.

Y no es solo por el ritmo de la Oposición. Es que estamos en una profunda crisis económica, y todos los signos señalan que va a agudizarse. En este mismo año, no en el próximo.

El nuevo gabinete es decepcionante. Pocas caras nuevas y con posturas disímiles. Pero, sobre todo, porque no se arma un equipo sin un plan. Eso es de Perogrullo. Primero se diagnostica, se elaboran las líneas maestras, se evalúan los medios, se fijan los objetivos, etc. Y luego se elige a la gente con el perfil adecuado para la tarea.

Maduro debe hablarle claro al país (que creyendo que la Asamblea puede acabar con las colas o que la crisis es producto de la guerra económica vamos ciegos al desastre). Ejecutar decisiones cónsonas con la sequía de dólares que tenemos: aumentar de una buena vez la gasolina; eliminar el dólar a 6,30, que es la primera causa del bachaqueo y es más el daño que hace que el bien que consigue. No es que se implante de golpe y porrazo una tasa única, pero el diferencial cambiario debe ser reducido a un nivel manejable, digamos un 60%, los expertos y la práctica dirán. A un nivel que golpee el bachaqueo y el contrabando de extracción. Con esas decisiones elementales se reduciría el déficit fiscal que alimenta la inflación. Además es la única forma de empezar a controlar la economía, que, seamos realistas, no la controla nadie.

De no actuar ahora en seis meses la situación exigirá medidas más drásticas. Hacerlo ahora es evitar más dolor al pueblo. Si hace un año al menos se hubiese eliminado el perverso subsidio a la gasolina, cuánto se hubiera podido hacer con ese ahorro inmenso en dólares y en bolívares en el 2015, recursos utilizables en forma más eficaz para enfrentar la crisis.

Dejémonos de ilusiones: poco importa que el SENIAT cumpla su meta de recaudación en bolívares en julio o en noviembre, que la inflación es la primera impulsora de ese “triunfo”. En un país donde lo que se consume proviene en más del 95% de los dólares que le entran, lo importante es en qué se gasta cada dólar.

Detrás de medidas como estas hay un pedido simple: el gobierno debe gobernar la economía, que cada día está más desbocada y amenaza con volverse ingobernable.
Es vital que el plan no sea solo económico. Hay que adelantar medidas contra la corrupción. Y enfrentar la ineficacia gigantesca. Por eso se ve tan mal el reciclaje de personajes que, si no son corruptos o ineficaces ellos mismos, por lo menos ya sabemos que han sido incapaces de enfrentar la corrupción y la ineficacia en los cargos que han asumido.

No tengo mucha fe en las burocracias del Estado y de los partidos, creo que son, tal como están planteados hoy en día, intrínsecamente ineficaces y propensas a la corrupción. Pero es como la batalla contra el sucio: hay que limpiar la casa y bañarse todos los días, es una batalla permanente para, al menos, reducirla al mínimo posible. Y solo con la participación popular esa batalla tiene posibilidades de éxito: transparencia, participación popular, contraloría social. Sólo así el pueblo podrá acompañar al gobierno en esta etapa.

La Oposición, criminalmente irresponsable, adelanta la lucha entre los Poderes mientras la crisis económica se profundiza. Y el gobierno debe dejar de hacerle el juego, y asumir como prioridad el enfrentar la crisis económica.

Todo esto era para ayer. Así que apúrense.


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Orlando Zabaleta

Editor, escritor, articulista, publicista y diseñador gráfico.

 orlandojpz@yahoo.com

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