Regáleme algo para comer

Las cuatro palabras que titulan este artículo reflejan en buena parte la triste realidad de la Venezuela de hoy, la Venezuela dizque socialista según el Gobierno nacional. Una realidad en la que es bien común que en los mercados "populares" de numerosas poblaciones, se observe a muchos ciudadanos pidiendo alimentos regalados; el elevado desempleo, el altísimo costo de la vida y para rematar la escasez de algunos productos, han incrementado la pobreza y la miseria en los últimos años, y con ello se ha agudizado la acción de suplicar que se regalen unas verduras o unas frutas, o algo de carne, aunque sea los residuos de los costillares para cocinar una sopa medio nutritiva.

Incluso a los niños se les ha escuchado esas cuatro palabras; niños con padres desempleados o con sueldos miserables que van a la escuela sin alimentarse bien, o peor aún, se acuestan en las noches prácticamente con el estómago vacío. Niños que sufren duramente la escasez y la elevada inflación cortesía del Gobierno "revolucionario" en conjunción con perversos intereses económicos locales y foráneos, cuya meta jamás será el bienestar del ser humano, sino el enriquecimiento continuo y la preservación a toda costa de su poder. La Venezuela "socialista" de hoy sufre un repunte de la pobreza, sin nada que envidiar a aquel país de la década de 1980, cuya situación socioeconómica era tan grave, que finalmente se produjo la insurrección conocida como El Caracazo. La Venezuela rentista-extractivista de nuestros días sufre una dura crisis, y es más que obvia una disponibilidad cada vez menor de dinero para la inversión social, incluyendo el subsidio alimentario. Y ante tal crisis, el Gobierno de Maduro, con toda la demagogia que le caracteriza, no ha hecho sino favorecer al gran capital con medidas como la liberación brutal de precios, la devaluación cambiaria, y otras que han beneficiado a todas luces al alto sector empresarial, incluido al boliburgués (burguesía roja-rojita).

De manera que a muchos no les ha quedado más remedio que pedir comida regalada, o en el peor de los casos robarla, incluso a pequeños comerciantes, tan perjudicados como los consumidores por el desastre económico. Y el Gobierno "revolucionario" que tanto se ha jactado de favorecer a las masas, justamente ha hecho lo contrario, aplicando un programa neoliberal paso a paso, como disimulado para evitar una reacción violenta tipo El Caracazo (aunque es más que evidente la ocurrencia casi diaria de protestas y saqueos en diversas partes de Venezuela). En vez de apoyar al gran capital local y foráneo, ¿por qué el gabinete de Maduro no estimuló el surgimiento de empresas de propiedad social, no democratizó la propiedad de la tierra, y no apoyó al pequeño campesinado, por ejemplo, como medidas para reducir el desempleo y la pobreza, y elevar notablemente la productividad?, ¿hasta cuándo tanta dependencia de intereses extranjeros? Simplemente al actual Gobierno venezolano no le importa el bienestar de la mayoría, y continúa otorgando migajas y aplicando paños calientes, tal como la distribución de alimentos mediante los famosos CLAP (fracaso rotundo). Eso sí, para favorecer los intereses politiqueros-electorales, ahí el pueblo humilde si es considerado muy importante.

Mientras tanto, se continuará escuchando en los mercados "populares" de Venezuela, a miles y miles de ciudadanos suplicando: regáleme algo para comer.



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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

 ruhergeohist@yahoo.com

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