Cátedra Comunal

Educar para hacer ciudadanos

De manera sencilla podemos decir que venezolanos somos los nacidos en nuestro territorio, sin importar quienes sean nuestros padres; así mismo, los hijos de venezolanos nacidos no importa dónde, son nuestros connacionales; del mismo modo aquellos que de sangre extranjera, se radiquen en el país y obtengan legalmente la nacionalidad. Pero no todos los venezolanos son ciudadanos, ya que constitucionalmente lo son aquellos que tienen y ejercen derecho político; en consecuencia, todo menor de 18 años no es ciudadano, ni lo son tampoco aquellos a quienes les haya sido suspendida por inhabilitación política acordada por un tribunal, generalmente como consecuencia de una pena de prisión, o aquellos que hayan sido declarados civilmente interdictos.

No obstante el concepto constitucional que entiende por ciudadano al venezolano que ejerce sus derechos políticos, en realidad el venezolano que no participa, o que sólo lo hace en eventos comiciales (elecciones o referendos) no es un ciudadano completo. Una definición integra sería aquella conforme a la cual, ciudadano es quien participa. La participación requiere capacitación, formación para actuar en la sociedad, con la sociedad y en beneficio común.

Sin educación no hay participación, sin participación no hay Consejos Comunales o, por lo menos, no hay verdaderos Consejos Comunales. De modo que la formación y capacitación marchan de la mano con la participación.

Si no educamos para que los ciudadanos participen, estamos permitiendo que persista la exclusión, las decisiones en manos de pocos. En tal sentido, no basta con que la Constitución y la Ley establezcan mecanismos para participar, es necesario formar al ciudadano para su transformación en sujeto de cambio, para que deje de ser objeto de decisiones de otros. Sólo los educados y capacitados para su inclusión, darán el paso para ser ductores de su propio destino.

Educar es desarrollar las facultades de alguien para algo; por esta vía podemos hablar, por ejemplo, de educación física, de educación para el trabajo, de educación del oído para la música, de educación moral, o también educación para la participación, la que permite hacer de la persona humana un ciudadano, un ser que desarrolla sus facultades, al punto de hacerlo capaz de tomar parte en el gobierno de su comunidad, de su ciudad, de su país.

Educado es el capacitado, quien tiene aptitud para hacer algo. No basta tener disposición de construir o hacer, es necesario saber cómo hacerlo. Educar es formar, enseñar, aleccionar, preparar, adiestrar, instruir, practicar, cultivar, divulgar, poner los conocimientos al alcance de todos.

En los Consejos Comunales son diversas las áreas de la educación y la capacitación; intentemos concretarlas en las más importantes: 1) Educar para la participación, éste es el objetivo máximo, él encierra a los otros. 2) Educar en los principios de los Consejos Comunales, paso fundamental para ver surgir mujeres y hombres para el cambio y la revolución. 3) Educar para cogobernar y coadministrar en la gestión de las políticas públicas. 4) Educar para actuar en la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, ya que todos debemos aprender a comunicar y a comunicarnos, a transmitir nuestras ideas de manera persuasiva. 5) Educar y capacitar para el control social. 6) Educar y capacitar para tareas específicas dentro del Consejo Comunal, para ser, por ejemplo, miembro del Banco Comunal, o de cualquier otra instancia.

Si no hay formación genérica para la participación, y específica para la eficiencia y eficacia, no tendremos Consejos Comunales a la altura de la nueva sociedad que queremos construir. Eduquemos y hagamos ciudadanos.

EL LLANTO DE LOS BARRIOS (En honor a Juan Pipa)

El llanto de hoy es por aquellas comunidades de Guarenas que, de manera periódica, sufren el corte de suministro de agua, que no disponen de un mecanismo que les garantice el vital líquido. Emergencia como la ocurrida hace ya una semana, consecuencia del apagón dominical del pasado 19 de los corrientes, agravó la situación cuando se afectó el suministro de agua de los diques La Churca e Izcaragua, dejando sin agua a numerosas comunidades, entre ellas las de La Carretera Vieja Guarenas-Petare, así como Los Naranjos, Trapichito y 27 de Febrero, entre otras. Guarenas -ciudad que crece de manera constante- requiere se piense grande en ella, para un servicio que garantice agua potable suficiente para todos. Las autoridades no siempre responden. El llanto hoy es por el agua que no llega, que no siempre es limpia y suficiente.

cesar_dorta@hotmail.com


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César Dorta *

Luchador social y municipalista

 cesar.dorta62@gmail.com

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