Octubre 28 de 2012.-La Pastora cumple 434 años de su fundación con más problemas que buenas gestiones. Ayer sábado 27, en la plaza José Felix Ribas se celebró su aniversario con un acto familiar para divertir a grandes y chicos.
Sin embargo, más que celebrar con fiestas aniversarias, los pastoreños lo que realmente necesitan son acciones concretas, que les sean solucionados una larga lista de problemas con los que vienen luchando desde hace un buen tiempo, comenzando por el rescate histórico de la Parroquia.
En el caso de las restauraciones, no existe un plan arquitectónico general que incluya a todas las casas que conforman el área del casco histórico, que llega hasta el Mercado Municipal. Muchas viviendas humildes son discriminadas en el plan de refacción, solo las casas más costosas, que pasan por la lupa de los expertos pueden ser restauradas, esto hace que la gente construya de forma anárquica, a veces detrás de los muros, lo que conlleva a perder el estilo colonial de esta parroquia. Hay casas que se están cayendo, muros que sobreviven al tiempo y sitios que tienen su propia historia, como el Bar de Las Flores, en la esquina del mismo nombre el cual es una referencia para la historia de la ciudad.
Por otro lado no existe una política de tránsito, en las vías principales se estacionan los carros y los vendedores informales ponen sus tarantines ocupando las angostas aceras y parte de las estrechas calles, lo que ocasiona grandes trancas, una reubicación de vendedores y automoviles, aliviaría el congestionamiento de estas vías.
La basura es otro de los grandes problemas que asolan a esta parroquia, antes se realizaba la colección casa por casa y ahora solo pasan por las vías principales lo que resulta en botes de desechos sólidos y orgánicos en las calles, frentes de colegios y sitios por donde la gente piense que debe ir, así sea en perjuicio de toda la comunidad.
Otra problemática es la inseguridad , después de las 10 de la noche no se puede transitar por La Pastora y a esa hora no hay servicio de transporte, la vigilancia es bastante escasa y no hay patrullaje policial.
Uno de los grandes reclamos de la comunidad pastoreña es la creación de espacios recreativos, no hay ningún espacio amable para caminar, hacer deportes o donde los niños puedan esparcirse; el único espacio que disfrutaban, el parque Tajamar les fue arrebatado y hoy es un estacionamiento de camiones, hasta ahora sus reclamos han sido depositados en la sordera de la burocracia oficial.
El proyecto de un tranvía, ha quedado como un sueño para los pastoreños que ansían convertir, con ayuda del estado, a esta parroquia en un modelo residencial, por sus características de arquitectura colonial, aun estando dentro de la gran urbe.
La Pastora merece un rescate que la saque de ese menguado olvido. Merece un trato digno, mucho más que una celebración que no ayuda en nada a su estado de abandono. Necesita una detallada y profunda atención que reclama la participación articulada de la comunidad con los entes del estado responsables del bienestar de esta parroquia, uno de los últimos bastiones históricos de la memoria de la ciudad.
