Marzo 19 de 2015.- A este medio llegan varias denuncias sobre el Café Venezuela, ubicado en la esquina de Gradillas, pues cada vez que los usuarios preguntan por el baño, les responden que no está en servicio, o que no tiene agua. Lo que significa un maltrato a los que suelen acudir a uno de los pocos sitios en que pueden degustar un buen café acompañado de un postre, pues es una obligación brindar este servicio de primera necesidad. También quieren destacar que este Café, que en su apertura fue una buena opción, ha desmejorado su servicio y trato al cliente. Ya casi no hay mesas ni sillas para sentarse, han bajado las ofertas de productos, no hay la misma variedad de postres, ni helados, ni comida, ni infusiones o te que tenían en un principio.
El Café Venezuela es una de las pocas opciones para el bolsillo popular, por sus precios razonables, a diferencia de los nuevos negocios, Bistró y el Techo de la Ballena, que por sus precios prohibitivos se hacen inalcanzables para la clase trabajadora, a pesar de nacer en tiempos de la revolución. Sin embargo, el hecho de estar concebidos para el consumo popular, no debe significar que baje su nivel de atención así como la falta de servicio sanitario, que es obligatorio en este tipo de negocios.
Este tipo de Café debe mantener su nivel de calidad y atención al cliente, para así contribuir con el mayor bienestar y felicidad posible, como promueve el Presidente de la República. No vaya a suceder lo mismo que con las Areperas y Tiendas Socialistas, que luego pasaron a llamarse Venezuela, las cuales empezaron muy bien, para luego decaer hasta luego desaparecer, como ocurrió con la famosa arepera de Parque Central y la tienda que estaba frente a la Asamblea.
Las y los trabajadores merecen servicios y espacios de calidad donde esparcir sus ratos libres y de descanso.
