Matadero rescatado por el pueblo impulsa la economía socialista en Yaracuy

Después de años de abandono de las instalaciones del antiguo Matadero Municipal de Aroa, ahora EPSDC Rafael Santiago Torres Vásquez, en manos de sus propietarios (el pueblo organizado).

Después de años de abandono de las instalaciones del antiguo Matadero Municipal de Aroa, ahora EPSDC Rafael Santiago Torres Vásquez, en manos de sus propietarios (el pueblo organizado).

Credito: epsdcrstv.com.ve

San Felipe, 04 Jun. 2016.- En Venezuela, desde 1999, se han dado importantes pasos hacia la integración de una economía socialista, basada en la socialización y administración colectiva de los medios de producción, que sustente el proyecto de justicia e igualdad social que impulsa la Revolución Bolivariana y que hoy se cristaliza en propuestas como la del matadero comunal Rafael Santiago Torres Vásquez, ubicado en el caserío La Luz, Aroa, municipio Bolívar del estado Yaracuy.

Esta empresa de producción social directa se instaló en 2014 en las infraestructuras del abandonado matadero municipal, que se creó en 1994 para atender la creciente producción ganadera de entonces y que con el pasar de los años fue quedando en desuso hasta llegar a su total paralización 20 años después.

Tras años de lucha popular y de un largo y complicado proceso de rescate, trabajadores y comunidades del sector, comprometidos con los cambios sociales establecidos en el proyecto revolucionario, concretaron el mismo año de cierre la toma y adjudicación de los espacios del matadero municipal y establecieron la empresa de producción social directa (EPSD), encargada en la actualidad de la administración.

Félix Torres, vocero ejecutivo de la EPSD y de la comuna 12 de abril, que integra a 23 pequeñas comunidades del sector, comenta que anteriormente en el matadero municipal, las condiciones de trabajo, la prestación del servicio de beneficio de reses y la responsabilidad social de la empresa no eran lo que propone una economía socialista, por lo que trabajadores y vecinos acordaron impulsar una transformación.

“Quienes administraban el matadero municipal, bajo la figura de concesión, siempre lo hicieron con una visión capitalista, sin importarles las condiciones laborales ni sociales de los trabajadores, y menos las necesidades de las comunidades. Por ello, nos organizamos, luchamos y hoy tenemos esta empresa de producción social con la que queremos demostrar que la única vía para lograr el bienestar de todos es el socialismo”, apuntó.

El último concesionario, quien manejó durante nueve años la empresa, abandonó en 2013 las labores de matanza de ganado, debido a que la cantidad de reses que llegaban al recinto bajaron de 100 diarias a nueve semanales, por lo que el matadero dejó de ser rentable.

En ese año, 19 trabajadores, con apoyo de las comunidades circunvecinas y del Ministerio de las Comunas y Movimientos Sociales, se organizaron para tomar las instalaciones, rescatar las maquinarias y poner en operatividad el matadero, al que siempre se le sacaron beneficios, sin invertir para mejorar los servicios.

“Nos formamos, impulsamos la participación colectiva y, con nuestros propios recursos y el apoyo de empresas amigas, adecuamos y recuperamos las instalaciones y hasta construimos infraestructuras nuevas, para poder asumir el compromiso de prestar un servicio con visión social y con total compromiso hacia el pueblo”, subrayó Torres.

Cuando iniciaron labores, beneficiaban nueve reses diarias. Hoy, son más de 150 semanales y van en aumento. La capacidad de la sala de matanza es de 100 animales por día, lo cual esperan alcanzar de manera progresiva.

Carmen Guerra, médica veterinaria encargada de la parte sanitaria de la empresa, apuntó que los controles son estrictos para garantizar que la carne que sale del matadero cumpla con los requerimientos exigidos por las normas sanitarias.

La negociación con el dueño del ganado se concreta en el uso del matadero, a cambio del cuero que deja cada animal. La EPSD comercializa este cuero en la zona y en otros estados para obtener los recursos que le permiten operar y cumplir con la función social para la que fue creada.

Cada ejemplar deja en promedio de 4 kilos de varios cortes de carne que se almacenan y luego se distribuyen a precios justos a las comunidades.

Participación social

La EPSD Rafael Santiago Torres Vásquez cuenta con 32 trabajadores, quienes han mejorado de manera sustancial sus condiciones de vida, porque son propietarios de la empresa y reciben todos los derechos que por ley le corresponden, beneficios laborales que eran negados por el privado que vulneró las reivindicaciones de los trabajadores.

Además, la planta invierte parte de sus excedentes en obras de interés social en las comunidades que integran la comuna a la que pertenecen.

Félix Torres comenta que en dos años se han financiado la ejecución de dos importantes proyectos comunitarios: el techado de la escuela básica La Luz, en el que se invirtieron más de 1.000.000 de bolívares, y la construcción del acueducto de aguas blancas de Barrio Nuevo La Luz, donde se ejecutaron Bs. 1.100.000

Además, la empresa de producción social mantiene pensionados a 10 adultos mayores del sector, hasta que comiencen a recibir ingresos de la Misión En Amor Mayor; para ello, la comuna hace las diligencias.

De igual forma, cubre la beca de una estudiantes universitaria que cursa estudios de Ingeniería en Barqusimieto, estado Lara, y dos jóvenes que cumplen con becas trabajo en la empresa.

El apoyo a las comunidades se evidencia en el respaldo económico que aportan para los colectivos organizados: motitaxistas, clubes deportivos y asociaciones civiles que cumplen con una función social en sus comunidades.

La comuna también percibe anualmente 10% de los excedentes que la empresa registra, por lo que recientemente la empresa le transfirió 400.000 bolívares de manera directa.

Ampliar cobertura y producción

Entre sus proyectos, la EPS plantea la colocación de una línea de desposte con la que podrán despresar las piezas de carne y distribuirlas directamente a la población a través de carnicerías bolivarianas.

Juan Mendoza, habitante del sector, mencionó que ampliar la distribución de carne a toda la población es necesaria, por cuanto el producto se consigue en las carnicerías del mercado capitalista a precios especulativos. “Hasta cuatro mil bolívares cuesta un kilo de carne actualmente, mientras que en este matadero lo conseguimos por menos de la cuarta parte”, subrayó.

También se prevé instalar de una planta de procesamiento de subproductos (sangre, huesos y otros) para generar insumos que sirvan para la elaboración de alimentos balanceados para animales.

“Tenemos un alto potencial para desarrollar un proyecto integral de crecimiento y atención al pueblo, con la venta directa de carne y la elaboración de diversos insumos que pueden contribuir a impulsar el desarrollo agropecuario de nuestro municipio y del estado, y hacia allá vamos”, concluyó Torres.


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La fuente original de este documento es:
Agencia Venezolana de Noticias (AVN) (http://www.avn.info.ve)



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