Agosto 14 de 2016.- Esta nota se hubiese quedado en el archivo de eventos colectivos que acontecen en la ciudad, un cuento más de robos ya común dentro de la realidad venezolana, pero decide salir a la luz pública debido al extraño comportamiento de varios funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana en el urbanismo Juan Vives Suriá de Montalbán.
Y es que la comunidad de Juan Vives Suriá, quedó estupefacta, en horas de la noche de este domingo 14, ante la negación de una comisión de la PNB, que fueron llamados de urgencia por los habitantes de la Torre II de dicho urbanismo quienes capturaron en flagracia a un individuo que trataba de entrar a un apartamento, y quien ya había atracado a un menor de edad en un pasillo del edificio.
Al llegar, al sitio, en un jeep policial, los efectivos se negaron a entrar y llevarse al sujeto, aduciendo que no podían actuar porque no podían entrar al edificio.
Al partir la patrulla, los vecinos, frustrados, deciden dejar suelto al hombre, quien despavorido salió huyendo del sitio, con tan mala suerte para él, que al saltar la reja de la construcción del Cardiológico de Adultos, cayó en un profundo hueco, al otro lado, quedando muy mal herido.
Otra vez fueron llamadas las autoridades, quienes regresaron y como a los veinte minutos llegó una ambulancia, en donde se llevaron al herido.
Y nos llega la preocupación de la comunidad de este urbanismo a la redacción, pues no saben, por qué actuaron de esta manera los PNB. Por qué no ayudaron a la comunidad, por qué les dejaron el sujeto en sus manos. Y se preguntan, si es que acaso existe un procedimiento que prohiba que ellos entren a los edificios (la PNB). Que les informen y expliquen, cuáles son los procedimientos correspondientes, porque la sensación que quedó en los residentes de JVS, fue de desprotección, de que no hay seguridad que valga y que están a la buena de Dios.
Afortunadamente, en esta ocasión, los vecinos de este urbanismo, actuaron con cordura y no fueron más allá de la rabia, pero es el deber de las autoridades presevar y cuidar a la ciudadanía de hechos violentos que se puedan desencadenar en momentos de locura colectiva.