Puede resultar risible el título de la cuartilla porque Chávez no es cirujano. Me referiré a una parte de la grave crisis asistencial hospitalaria en el estado Carabobo, que por la magnitud y lo prolongado en el tiempo ya reviste carácter dramático y de emergencia.
Se trata que cuando una persona del pueblo necesita ser operado en un hospital público, esto prácticamente es imposible salvo a que asista con una herida grave por arma de fuego, una cesárea de urgencia y corra con la suerte de no ser sometida a peligrosas esperas, exploraciones extrahospitalarias o a la obligatoria compra de insumos médicos y medicamentos, sin embargo no estará exenta de que sea ruleteada por diversos centros, enviada a otro estado o morir de mengua.
Esta situación está planteada hace varios años pero actualmente es más intensa, lo cual obliga a los pacientes o a sus familias recurrir a las clínicas privadas, luego se ven en la necesidad de vender casas, objetos de valor, liquidar sus ahorros y hasta empeñar el alma para costear estos gastos a fin de salvar la vida de un ser querido, y esto cuando pueden.
En este estado los hospitales del Ministerio del Poder Popular para la Salud (Minsalud) están a cargo de la Gobernación regida por los Salas a través del Insalud, y se puede entender que ellos no quieren, ni tienen, voluntad para que funcionen, además está el Hospital Central de Valencia que se encuentra administrado por el Minsalud, que también es un caos y está inoperante para las cirugías, salvo para las emergencias, como fue descrito más arriba.
Existe otro centro de salud adscrito Minsalud, el Hospital Simón Bolívar de Mariara que funciona con personal venezolano y cubano, el cual en una época reciente sirvió para paliar esta deficiencia asistenciaria, pero actualmente se encuentra virtualmente cerrado.
La otra alternativa para realizar operaciones quirúrgicas sería la utilización de los centros de salud del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) de la región, que se encuentran bajo la administración del Ejecutivo Nacional, pero su situación es patética. Su principal sede, el Hospital Carabobo ubicado en Bárbula, municipio Naguanagua, es igual a la del Hospital Central de Valencia: no hay respuesta quirúrgica para los pobres, sólo malas caras y negativas.
En el municipio Puerto Cabello existe el Hospital Molina Sierra del IVSS, donde hay una sala quirúrgica para cirugías electivas, que está mal dotada y que funciona esporádicamente por continuas fallas y carencias de insumos y medicamentos y está así, semioperativa, sin embargo es poco lo que puede rendir, debido a que es el único quirófano público disponible que puede atender a toda la población de los municipios Puerto Cabello y Mora, las poblaciones de la costa oriental de Falcón y las poblaciones orientales de Yaracuy, para un total de casi un millón de habitantes.
Pero el caso más patético del IVSS es el del Centro Ambulatorio "Dr. Luis Guada Lacau" ubicado en Naguanagua, donde hasta hace un poco mas de dos años era el único centro quirúrgico público en plena actividad donde realizaban hasta 400 intervenciones quirúrgicas mensuales. De pronto decidieron cerrar el quirófano para unas presuntas reparaciones menores y cuando supuestamente se iba a reactivar, fue designada una nueva directora que no le dio continuidad a la mencionada rehabilitación. Debido a la presión de los médicos y trabajadores del centro, la dirección accedió a poner operativa una sala para cirugías menores que poco ayudan para solventar la crisis a que hago referencia.
Ante esta persistente anormalidad, alrededor de 35 consejos comunales, militantes activos luchadores del PSUV de Naguanagua, entre ellos la Dra. Marianela Millán Molina quien es cirujana de ese ambulatorio, acudieron al despacho del Cnel. Rotondaro, Presidente del IVSS, para plantearle esta situación y otras irregularidades del centro. La respuesta de él fue enviar en comisión a un militar, el Cap. Julio Bowen, quien se reunió con la directora del Centro, quien a su vez estuvo acompañada de una gavilla, y uno de esos pandilleros, en la presencia de ellos, amenazó de muerte a una luchadora del PSUV y denunciante del caso, la Sra. Miriam Galea. Cabe destacar que el propio Cnel. Rotondaro ordenó abrir un expediente para destituir a la Dra. Marianela Millán, así como la acometida de otros actos hostiles y amenazas contra los trabajadores que tuvieron la valentía revolucionaria de denunciar las distintas irregularidades que se están perpetrando. Esta es una reacción propia de los líderes de la Cuarta República: matar al mensajero y no atender el mensaje.
Ante esta situación, los denunciantes recurrieron a la Subcomisión de Salud de la Asamblea Nacional, que se pronunció a favor de los trabajadores del centro y a las comunidades de Naguanagua y exhortó al Cnel. Rotondaro para que rectificara. Sin embargo, la respuesta fue cerrar definitivamente la sala quirúrgica de cirugías menores desde el mes de noviembre.
El escenario es extremadamente grave. Casi cuatro millones de venezolanos, sumados los habitantes de Carabobo y sus zonas de influencia en los estados limítrofes, se encuentran desamparados de una asistencia quirúrgica pública idónea.
Comandante Chávez usted con su indiscutible sensibilidad social y sabiduría política es quien puede resolver esta calamidad. La única institución que da la cara en materia de salud idónea en la región es la Misión Barrio Adentro, que da respuestas quirúrgicas electivas pero que no son suficientes para la enorme demanda carabobeña.
La solución tampoco puede ser realizar operativos de cirugía, la salida debe ser una medida de carácter radical. Ésta es una de las razones por la cual salimos derrotados en las elecciones para gobernadores y casi nos vencen en las elecciones parlamentarias. De seguir así, para el 2012 el panorama será más tormentoso. Presidente Chávez no cuente con los líderes regionales del PSUV que apoyan los quintacolumnas infiltrados en la salud del estado Carabobo, ni mucho menos con el Cnel. Rotondaro, ya que en esta coyuntura nos hace recordar al propio Judas Iscariote.
(*) Cirujano Plástico
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