Mientras el gobernador copeyano Cesar Pérez Vivas anda de parranda en parranda y de bonche en bonche ingiriendo cualquier bebida alcohólica y viaja por todo el país ofreciéndose como candidato a la presidencia de la república a las próximas elecciones del año dos mil doce, el Hospital Central de San Cristóbal en el estado Táchira, el cual está bajo su única responsabilidad, se hunde.
Sin ningún pudor ha sacrificado cien (100) niños con apenas días de haber nacido, todas han muerto en los servicios de neonatología, no más los introducen en las incubadoras se contaminan con bacterias que los desahucian hasta fallecer.
Mientras, Pérez Vivas anda con una caravana de escoltas paseando y bebiendo en lujosas camionetas blindadas, compradas con los millonarios recursos que el ministerio del Poder Popular para la Salud, envía a esta gobernación para el funcionamiento de los principales centros asistenciales.
Siendo el negocio de los medicamentos inescrupuloso, sólo compran a dos únicas empresas.
Adquieren medicinas con fechas de vencimiento a quince días. Estas son llevadas a galpones de la gobernación, arrumadas y después sencillamente declaran que el gobierno de Chávez envía medicinas de mala calidad, vencidas y de procedencia cubana.
Aparte, el Consejo legislativo le ha otorgado a esta gobernación más de cuarenta mil bolívares fuertes en lo que va del año para el funcionamiento de este centro asistencial (Hospital Central).
Pero esto es apenas el iceberg del negocio de la salud. Cuando la ministra de salud y el Presidente Chávez anunciaron un control y el establecimiento de un baremo para las clínicas privadas, Pérez Vivas empeoro más aún el Hospital Central, impulsando a desesperados padres a usar clínicas privadas con el desespero de salvar a su hijo.
Igualmente, trata de echar para atrás el gran logro de la revolución en haber reducido la mortalidad neonatal en estos últimos años, así, desde esta gobernación copeyana, tratan de empeorar la imagen del mandatario nacional, mientras Pérez Vivas sale abrogándose la salvación del país.
Los niños contaminados con bacterias que logran salvarse quedan con graves daños en su piel, pues esta les carcome hasta vérsele parte de sus huesos.
Pero el daño es gigantesco en todo el Hospital, recientemente una médica lloraba porque en la Unidad de Quemados, hasta hace un par de años atrás una de las mejores del país, llegaron siete quemados desde la zona de La Fría (municipio de la zona norte del estado) producto de una explosión de gas, todos murieron porque se contaminaron y no habían insumos para salvarlos.
Desde el Ministerio de Salud se han enviado recursos para fortalecer la red tradicional de servicios de salud, compuesta por 233 ambulatorios, 11 hospitales, mas 123 consultorios populares, 25 CDI y 25 salas de rehabilitación y un Centro de Alta Tecnología. En lo que compete al Presidente Chávez se ha conformado una de las mayores redes hospitalarias para este estado, pero, Pérez Vivas se ha esmerado en desconocerla y destruirla.
Más de 394 millones 26.297 bolívares se han transfiriendo de forma permanente para la salud de aquel estado, todo enviado con más de 70 órdenes de pago, dinero depositado por el Ministerio de Salud en las cuentas de la gobernación en lo que va de año.
Aparte, han consignado por parte del MPPS 178.766.863 bolívares fuertes (22 millones mensuales transferidos al gobierno del Táchira) para la atención de los centros de salud de la entidad y la inversión no se ve.
El Ministerio de Salud también han entregado 2.035 equipos médicos desde el 2007, esto suman más de 5 millones de bolívares fuertes y, desde octubre del año 2010 se formaron inspectores de salud para poder suministrar insumos, aparte de lo que llega del presupuesto ordinario. Entonces ¿dónde está el dinero que se está remitiendo a esta gobernación?
Pérez Vivas, desvió los recursos destinados a garantizar la salud de los tachirenses, utilizándolos en su fastuosa, borracha y despampanante campaña presidencial.
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