“Aquí me viene una andanada, que soy un traidor, que soy divisionista, que yo soy pagado por la derecha, que la CIA, de todo me van a decir…” adelantó Florencio Porras cuando inscribió su candidatura para gobernador del estado Mérida. De lo de la CIA, no respondo y él sabrá, pero de lo de traidor, divisionista y pagado por la derecha, relevo de pruebas. Pudo también referirse a sus títulos históricos de corrupto, prevaricador, deshonesto, cabecilla de forajidos, desilusionador del pueblo, desleal a su protector…
Pero no es Porras lo que escuece políticamente; de ese bufón se puede esperar todo, por ejemplo, en la misma declaración espeta la siguiente galimatías: “Yo no participé el 4 de febrero siguiendo a Chávez. Yo me alcé el 4 de febrero por mi convicción y por mi compromiso y todo lo que hemos hecho aquí es siguiendo a Chávez, reconociendo el liderazgo de Chávez es un trabajo por este pueblo.” ¡Cría cuervos…! ¡Cría cuervos…!
Lo que abruma políticamente es la participación de partidos, grupos e individualidades “revolucionarios”, en esa traición. Según uno de los pasquines amarillistas financiados por el anterior gobernador, que de paso le da más cobertura a la felonía de Porras que a la inscripción de Alexis Ramírez, se lanzó “apoyado por el partido PCV y los movimientos Redes, Unidad Democrática Bolivariana y Tupamaro,…”. En las fotos colgadas en internet, lo vemos acompañado de un centenar larguito de personas, muchas banderas del PCV y de REDES, ninguna de Tupamaros; igualmente, en los atuendos, franelas del PCV, de las distintas impresas para apoyar a Chávez y hasta una gorra caprilera.
¡Carajo!, esperamos la confirmación o desmentido nacional de la participación del PCV y REDES en la fechoría de Porras. Rápida, inmediatamente, debemos saber si la enajenación política está permitida en esas organizaciones o se trata de una rebelión interna, no sea que tengamos que volver a cantar “Kiquiriki cantaba el gallo – cuando ese gallo sabía cantar – Kocoroko canta ahora – esa gallina conciliadora”, o improvisar “Barreto, Barreto – no meta la pata – que el pueblo la cobra – y no sale barata”. Y comenzar a denunciar su traición ante las comunidades, con nombre, apellido y organización. De los otros tercios, ni hablar, allá ellos. Viudas del poder y la corrupción del gobierno de Porras, dirigentes muy conocidos en sus respectivas casas, militantes obstinados del no cuando sí y del sí cuando no. Allá ellos con su propia historia.
Insistiremos sobre el tema. Vamos a buscar la mano derecha peluda y las manos izquierdas pendejas; las promesas a los apetentes seguidores, la segura participación de Lester Basura y de integrantes de la mafia de la construcción. Mientras tanto, un saludo muy especial a un tal Camarón Mejía que, sin haberlo solicitado, envía a mi correo “materiales revolucionarios”, para recordarle que si bien “sin crítica y autocrítica no hay revolución”, tampoco la puede haber con inconsistencia doctrinaria y traición al pueblo, y para agradecerle el enlace a las fotos de la postulación de Porras, que nos permitió ver la desvergüenza de cuerpo presente.
Espero que con la intervención de todos los dioses, este artículo, a pesar de todos sus errores, llegue a ustedes sin edición de un “corrector” de aporrea.
osoriof@cantv.net
osorioc@gmail.com
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