Hasta ahora la dirigencia opositora no se ha dado cuenta de la hecatombe que le cayó encima el 7 Oct. y el 16D. les pulverizó. No se percatan que no pesan, que son algo así como menos que cero. Que su prédica del pasado no funciona, que no suma, que defraudaron a sus electores, que no está conectada con el país, que el pueblo mayoritario los rechaza, que no tienen nada que ver con el país que nuestro líder indiscutible, el Comandante Hugo Chávez Frías ha construido con tenacidad y pulso a lo largo de estos catorce años.
Chávez ha diseñado y puesto en práctica una propuesta de inclusión para las grandes mayorías de nuestros compatriotas, sempiternas víctimas de la democracia representativa y de los antivalores del neoliberalismo, que desgobernaron nuestro país y ese pueblo sabio reconoció esa propuesta como suya. La derecha queda varada en el puntofijismo, en el binomio excluyente, que significó la desastrosa IV República y por los vientos que soplan le va a costar mucho salir de ese atolladero.
Coincidimos en que las elecciones del 16D confirman varias realidades. La más importante es la consolidación del chavismo como alternativa válida y vigente con plena aceptación, mayoritaria, por parte del Soberano del modelo Comunal, Socialista. El pueblo venezolano ha escogido un camino, ha tomado para sí la propuesta de la Patrias Grande, del sueño bolivariano y ha decidido emprender esta ruta que nos llevará a la igualdad, a la dignificación de quienes habitamos este generoso e inmenso territorio caribeño pero también andino y sureño.
Otra realidad es el surgimiento de la dirección colectiva nacional teniendo como única referencia el reconocimiento del liderazgo de nuestro Comandante en Jefe, que a su vez nos lleva a la diversificación de los liderazgos regionales, siempre en función de una sola propuesta, el modelo Comunal y Socialista con una hoja de ruta bien trazada que comenzó en 2007 con el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista, PPS, llamado también Desarrollo Económico y Social de la Nación para el período 2007-2013 que se prolonga hoy en Plan de la Patria 2013-2019, concebido de manera oportuna y encajado en nuestro realidad por el Comandante Chávez, siempre bajo el concepto de Unidad, Unidad, Unidad.
La lección del 16D deja bien claro que el pueblo venezolano escogió un modelo apegado a sus exigencias, que está dispuesto a participar en la construcción de veinte potencias regionales, sin descuidar, claro está, los tres estados donde la oposición ganó porque el modelo que Chávez nos ha enseñado es el de la valoración y dignificación de cada uno de nosotros y que la fortalezca para seguir adelante viene del trabajo colectivo, de la construcción del tejido social entre todos. Es una revolución del Amor.
Es pues necesario impulsar y afianzar el PSUV, los aliados del Gran Plan Patriótico, así como también los colectivos, las agrupaciones de diversa índole que la vanguardia revolucionaria ha ido construyendo a los largo de décadas como herramientas de combate y prédica. Son también bienvenidas las recientes agrupaciones que aportan sangre fresca y renovadora al movimiento popular en el entendido que su articulación con los poderes regionales, Comunas, Alcaldías y Gobernaciones, sea un realidad efectiva. Que entendamos la importancia de la Unidad en torno al líder, la Unidad en torno al Plan de la Patria, La Unidad para nuestra dirección colectiva, la Unidad para los liderazgos regionales, la Unidad que envuelva las propuestas cotidianas, por muy pequeñas que sean, porque el socialismo, el modelo Comunal, las transformaciones revolucionarias se sienten en la vida diaria, en la tramitación de un documento público, en recibir servicios de calidad, en el respeto a las normas de convivencia, en el buen desempeño y eficacidad en la función pública.
Es un reto a la altura de la grandeza del pueblo venezolano.
