María Alejandra Castillo es nuestra candidata, y disciplinadamente, con criterio político, vamos a apoyarla con todo; cualquier desacuerdo se planteará con posterioridad y lo dirimirá la historia inmediata, la que se está construyendo. Sin duda, sufriremos los coletazos de una crítica infame, montada tras el anonimato y sobre argumentos construidos ex profeso. Saldrá cualquier “Alejandro Aguirre” arreciando sus descargas de resentido de elecciones pasadas, pues tras ese anónimo está la sombra de un sector del PCV y de Florencio Porras. Su derrota vergonzosa los dejó envenenados para siempre, los hizo perder la brújula política (¿la tuvieron alguna vez?) y después de traicionar a Chávez en vida, ¿qué reparos tendrán ahora para arremeter contra el chavismo revolucionario? No hablemos de quienes en el PCV quedaron de bajo perfil tras el castigo electoral que sufrieron, y de repente resurgen denunciando el “tratamiento electoral” que dicen sufrir.
¡La suerte está echada! Considerando la disyuntiva planteada en el título de este artículo, planteamos: con el equipo de Comunicación, Propaganda y Agitación –CPyA– existente y la aplicación de unas tácticas electorales genéricas y tradicionales, como corderita para el matadero; con una reformulación de la acción de organismos del gobierno regional y un equipo de CPyA que priorice y aplique las tácticas regionales frente a las genéricas nacionales, candidata triunfadora de una alcaldía muy difícil.
Este es el resumen del destino de la alcaldía del municipio Libertador del estado Mérida, a pesar del pesimismo fundado en análisis estadísticos y comportamientos políticos de las tres últimas elecciones, mantenido por gente a quien le viene preocupando desde temprano y desde la perspectiva de la estrategia revolucionaria, esta elección y las de las demás alcaldías del estado. ¡Nos jugamos a Rosalinda!
Nada de repasar la inactividad y sordera total del CPyA existente, que ahora se “activará” e irá “bajando” las tácticas pautadas desde Caracas; su cadena oxidada chirriará y es mucho el riesgo de que en alguno de los eslabones que conducen a los votantes se traben esas pautas. Toca ignorarlos. Los resultados de las tres últimas elecciones, que van de mal a peor, nos confirman que la aplicación de lo genérico nacional conduce a la derrota y que la estrategia debe ser montada sobre tácticas de generación local, para realidades y necesidades bien específicas.
Pretencioso, pero en el reino de lo irrealizable, que la candidata asumiera los compromisos de cualquier candidato a alcalde presentados en artículos desde poco después del 16 de diciembre hasta que se frustró la selección de candidatos ante el tránsito a la eternidad de nuestro Comandante.
Esto estremecería el panorama electoral municipal. Pretencioso que el gobierno regional le diera el giro de volante a organismos como Cormetur, según lo planteado en artículos recientes. Urgente, que se atienda a ambas cosas, porque de hacerse, hay posibilidad de ganar el municipio Libertador.El viraje necesario de Cormetur, entre otros organismos de gobierno, para apuntalar los votos necesarios, viene siendo planteado en los pasados artículos. Hoy, como se prometió en el último, haremos un análisis de la posibilidad real de, a pesar de los pesares, desbancar a la oposición del municipio emblemático y más poblado del estado Mérida.
¿A quien se enfrenta en estas elecciones locales? ¡Pues a Coproles!... y a la derecha y el fascismo merideño, que es redundar. El saltimbanqui mirandino tiene una fijación especial con este estado, y no quiero emitir ninguna teoría freudiana de ello; pero de que la tiene, la tiene. El carajito a quien Primero Justicia le compró la candidatura a la MUD, parece el clon de Coproles; de no ser de familia reconocida y de no conocérsele esas debilidades a Coproles, pudiéramos decir que es su hijo. Hasta físicamente se parecen; y en el tamaño del cerebrito, creencia en el destino político y habilidades discursivas, son idénticos. ¡Flojo el candidato! y eso es una ventaja para María Alejandra.
La situación política de la oposición, en este momento revuelta, se normalizará pronto, dejando pocas brasa detrás. Los vejados por PJ revirarán y olvidarán sus derechos pateados ante la oferta de cargos en la alcaldía. Y es que PJ fagocitó todos los partidos merideños, expuestos por su debilidad ante los exagerados recursos que PJ ha aplicado en todas las campañas; las últimas campañas de Mérida no han sido de la oposición, sino de PJ… ¡Hay muchos Mardos por aquí!
AD es una entelequia que a pesar de demostrar ser de los primeros en votación, políticamente depende de William Dávila, más fantasmagórico que Ledezma.
Cuando aparece en “su circuito”, da pena ajena; siempre trae problemas intranscendentes o pasados de moda. COPEI, dividido hasta los tuétanos, y Léster, su mascarón de proa, debió decidir que PJ es más moderno que el Partido Popular y le está haciendo el juego a la hegemonía de PJ. UNT, da lástima; los “dirigentes” saben que son las última elección donde participarán, pues perdido el único baluarte importante que retienen, la alcaldía de Maracaibo, comenzará su mengua definitiva. Andan como bobo sin mama. Voluntad Popular, ni huele ni hiede y no se diferencia en casi nada a PJ. El MAS rompió con la MUD, pero no tiene con qué llevar la sangre al río y prevalecerá su principio fundacional de “agarrando manque sea fallo”. Pura mengua la oposición merideña distinta a PJ, que de recibir una derrota electoral dejará a Mérida sin oposición valedera.
Un ejemplo del drama de la oposición merideña es lo que AD le hizo a Gerardo Molina, sempiterno aspirante a alcalde pero condenado a ser segundón. Fue el concejal más chillón, el que no perdía ocasión para coger unos centímetros en la prensa y segundos en la radio y TV regionales; era como la guacharaca de la oposición. Pues bien, no entró en la “maqueta de concejales” y quedó como la guayabera. Por allí anda rumiando su resentimiento, hasta que le digan, no se preocupe, este carguito de la alcaldía te caería muy bien. Otra víctima de AD, Román Soto, expulsado sumariamente por unos comentarios en Tuiter que interpretamos como la protesta por la venta de AD a PJ, aún cuando él afirma que fue “por defender el ideario de Rómulo Betancourt y alzar mi voz para proteger a los más débiles”.
El candidato de PJ puede ser raquítico políticamente, pero su chequera siempre ha estado muy saludable. Está en campaña desde que fue designado, y como , alcalde en ejercicio, acondiciona espacios y canchas en Mérida, reparte regalos y juguetes, realiza fiestas, … sin que nadie se haya preocupado por el origen de los millones que ha gastado. Sabemos que el alcalde Léster B le poncha, de los ahorros que la acción de Cormetur le permite hacer (es como estar financiado por este organismo), pero es evidente que la corrupción de PJ y la presencia de Mardos también está presente en Mérida.
Interrumpo por hoy, sabiendo que si bien se me alargó el artículo, lo que se dijo debía ser dicho. Bien pronto volveré para analizar las posibilidades reales de María Alejandra, en los escenarios de la campaña tradicional y la del todo por el todo. Chao, mis amigos.