En la competencia por la alcaldía del municipio Libertador de Mérida hay dos candidatos con dotes totalmente diferenciados: por un lado la guerrera bolivariana María Alejandra Castillo y por el otro el chupado muñequito de guiñol Carlos García.
La diferencia entre estos dos seres humanos es abismal, aunque a través del cristal del odio y de la estupidez más ramplante haya quien tozudamente llegue a ver a un guiñapo como un Bismarck.
A este pobre muchacho, de tan esmirriada figura y cacumen, no sé quién lo convenció para que se dedicara temporalmente a la política. A él no le dicen el escuálido sino Carlos el esmi...rriado.
Guiñapo ha sido el alcalde opudeista de Lester Rodríguez, ex rector de la ULA, y quien convirtió a Mérida en un muladar y en un estercolero de escalofriantes dimensiones escatológicas por todas sus calles, plazas y avenidas. El propio Lester ha confesado que él no pudo resolver ese “monumental mierdero”, pero ¿insólito!, viene el alfeñiquillo Carlos García, el candidato a alcalde de Primero Justicia, y dice en su primer discurso al pueblo de Mérida, que él va a continuar la política de Lester.
En mis acumuladas adolescencias, que van como diez, nunca había conocido a una mujer que reuniera condiciones básicas en un político, difíciles por demás de coaligar en un ser de estos tiempos: juventud, dedicación más allá de los humanamente posible: madre, valentía, carácter, bondad suprema y decidido compromiso revolucionario con los más necesitados. Además de poseer un fino olfato para pulsar los resortes humanos que se dan en medio de los avatares de la política nacional. Este singular personaje se llama María Alejandra Castillo, quien nació en Tovar.
La conozco desde siempre. De sonrisa franca, de pródiga generosidad y sencillez auténtica y combativa. Nunca ha rehuido un compromiso revolucionario por más complejo y adverso que se le presente. Antes de llegar a la política ya era una gloria nacional en el deporte, obteniendo preseas en la categoría de Potencia, incluso medalla de oro en una competencia suramericana.
Alternando sus estudios en la Universidad de Los Andes, participaba en estas arduas disciplinas deportivas, al tiempo que seguía con atención y con participación en la calle, los difíciles momentos del año 2001 y 2002.
Su sensibilidad le hace unirse a los grupos de izquierda que en la ULA se embanderan con la posición radical del Presidente Chávez. Logra graduarse de politóloga, y de inmediato pasa a formar parte de un grupo de jóvenes políticos que se incorporan a la formación ideológica del movimiento revolucionario chavista en los barrios. Por sus dotes organizativas pasa a ser en la Gobernación de Mérida, directora del Consejo Local de Políticas Públicas. Posteriormente pasa al trabajo de asesora en la Asamblea Nacional. En Caracas, se inscribe en la Universidad Simón Bolívar, y se dedica a realizar una Maestría en Politología. Y hasta el día de hoy, se venía desempeñando como Secretaria Privada del Gobernador Alexis Ramírez.
No hay duda que será una candidata de elevadas condiciones humanas, culta, sería, luchadora en el terreno más adverso y complejo de la política regional.
Se iniciado esta otra etapa en su vida que la veremos coronada con el triunfo este próximo 8 de diciembre para fortuna y gloria de los merideños.