Mérida, ¿estrangulada?

Mérida, la otrora ciudad turística y estudiantil de Venezuela, también conocida por su gentilicio como la “Ciudad de los Caballeros”, está hoy en día convertida en un basurero y sitiada por enormes barricadas que sobrepasan los diez (10m) metros de altura, a lo largo y ancho de dos arterias viales (de tres que tiene la ciudad) de entrada y salida de la zona metropolitana. Durante cuarenta y cinco (45) días los pobladores de Mérida hemos estado sometidos a las huestes criminales de los narco-paracos guarimberos, a tal punto que tienen sometido bajo amenaza de muerte a más de mil familias que habitan la zona noroeste de la ciudad. Estos ciudadanos son extorsionados diariamente para poder circular, y aquellos que han intentado revelarse han conseguido la muerte. En casi toda la ciudad pareciera que no hay ley sino aquella que impone esta banda de fascinerosos. La policía y la Guardia Nacional Bolivariana han hecho esfuerzos sobrehumanos para neutralizarlos; sin embargo, en la práctica sus acciones han sido y son ineficaces porque estos grupúsculos extremadamente violentos continúan azotando a buena parte de la comunidad.

Es doloroso escuchar, para quienes somos nativos de esta tierra de profunda raigambre cristiana, que los principales líderes de eso que dan por llamar las “fuerzas vivas de la ciudad”, como el obispo Porras, connotado conspirador y golpista, el rector de la ULA, miembro de la misma grey, y el alcalde del municipio Libertador, un bisoño confabulador, estén protegiendo y alimentando los actos criminales de la violencia guarimbera. Estos tres personajes siniestros, junto con los líderes de las organizaciones políticas de oposición y los conspicuos representantes de la clase media profesional y empresarial, se han convertido en los paladines de las revueltas incendiarias de la urbe; nada se ha hecho ni se hace sin su consentimiento. Hasta ahora lo más lamentable es la pérdida de vidas humanas vilmente asesinadas, sensibles las cuantiosas pérdidas materiales; pero será la pérdida del año escolar de todos los estudiantes de primaria, bachillerato y universitaria, la que constituirá el gran premio que estos sórdidos personajes obtendrán por la misión que les fue encomendada. Es desgarrador e inconcebible la actitud sordomuda y autista del PSUV y los movimientos bolivarianos que hacen vida en Mérida.

Mérida SÍ está estrangulada y en extremo vulnerable, y si no tiene asistencia militar urgente, puede sufrir una desgracia mayor cuando – más pronto que tarde - las ovejas se conviertan en leones. La paz no se negocia bajo el chantaje terrorista. ¡Chávez vive, la revolución sigue!

adolfomore@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1615 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter