Vinieron a ver los niveles de la represa de Guri y pidieron racionamiento, pero no vieron que la mayoría de los postes de luz pública de todo el municipio Caroní permanecen encendidos las 24 horas del día, solo aquellos que no tienen bombillos o están descompuestos permanecen apagados, como muchos saben las luminarias de los postes son en su mayoría incandescentes, de vapor o halógeno, de 300 w unos y 500 w otros, un despilfarro total de electricidad, el costo de las foto-celdas sería fácilmente absorbido como en la mayoría de las ciudades con gobierno del mundo pero para Rangel es harto difícil hacer correctamente su trabajo.
Vinieron a echar un pote de humo en Tumeremo por el caso de la pelea entre bandas, pero el control de las minas ha estado en manos de fuerzas paramilitares desde hace años, con una muy buena logística e incluso con acceso a la red SIPOL, en sus áreas de control prohíben el uso celular y cuando sospechan de alguien consultan en dicho sistema, bien armados y apertrechados, algunos colombianos pero también muchos venezolanos, los mineros pagan para que los dejen trabajar, los molinos también pagan, la GN no paga, mas bien con alguna frecuencia cobra, una alto porcentaje de los que practican la minería son delincuentes con antecedentes penales, en las minas consolidadas no sólo los paramilitares cobran vacuna, también proveen alcohol, drogas y la prostitución en su mayoría de menores de edad producto del tráfico de blancas, las vías troncales e incluso las urbanas en el Estado Bolívar están deterioradas, mal mantenidas y rodeada de basura, pero eso, tampoco lo verán.
Vinieron a certificar nuestras riquezas para ofrecerlas al mejor postor, cuanto diamante, cuanto coltán, cuanto oro, petróleo a patadas... están loquitos por sacar todo el dinerito que puedan del estado bolívar, pero no vieron su grandioso potencial turístico, sus siete puertos que pidieran convertirle en zona libre ni tampoco los importante que es conservar la capa vegetal al rededor de nuestras reservas hídricas, por su mente no les pasó la posibilidad de usar el potencial de sus fértiles tierras, tampoco ver los males que aquejan el estado, las colas enormes para comprar alimentos, la delincuencia desatada a todas horas y los hospitales colapsados los fines de semana y con una ausencia total de especialistas, eso tampoco lo vieron.
Aquí estamos en el Estado Bolívar, el estado más rico de la nación pero también el peor querido de todos, aquí el gobierno no puede ser más corrupto, los aspirantes a gobernarlo más deprimentes y el alto costo de la vida más exorbitante, si la industria metalúrgica del estado Bolívar estuviera a todo dar pudiera tranquilamente aportar una regular cantidad de divisa, pero eso es mucho trabajo al parecer, mejor es correr a Nueva York y ver quien paga la mejor coima por venir a destruir el ecosistema y llevarse el recurso.
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