Editorial

A mí que me lo expliquen y que me lo expliquen muy bien…!

Los representantes empresariales y del comercio, así como los voceros de la oposición, niegan reiteradamente, la guerra económica, por el contrario, afirman que la escasez de productos, se debe a la falta de producción en el País, debido a las expropiaciones realizadas por el Gobierno y a las políticas de control de precios y de las divisas.

Si bien es cierto, se han cometido errores que se reflejan en el aspecto económico, quisiera que estos señores, le expliquen al País, como es que no hay leche, pero si hay queso, natilla, suero y otros derivados, pero aprecios exorbitantes, que le impiden al trabajador adquirirlos, teniendo que conformarse con mirarlos en los anaqueles.

Tampoco hay harina precocidad, pero si hay maíz, pues el gobierno, pese a la baja en el ingreso de divisas, hace un gran esfuerzo por importar tan importante rubro, que personas inescrupulosas lo comercializan a precios especulativos, llegando a costar un kilo de maíz sacado del muelle en forma ilegal, entre 600 y 1000 bolívares, alegando estos comerciantes, que a ellos les venden el saco hasta en 30.000 bolívares.

Para corroborar esta información, relacionada con la gran importación de maíz, basta con observar la enorme cantidad de gandulas que están esperando por carga en el muelle de Puerto Cabello, ignorando la ciudadanía, a donde va ese producto, pues la harina no se ve por ningún lado, ni la pública, ni la privada.

Igual situación ocurre con el trigo, importado por el gobierno para garantizar el pan a los Venezolanos, pero que personas inescrupulosas comercian a panaderos informales y a bachaqueros en el mercado negro, por un precio de 30.000 bolívares o más por saco, sin que exista una explicación de cómo sale ese producto de la empresa, y quien o quienes se benefician con este negocio ilegal.

Así mismo, aun cuando se surte a las panaderías formales de este producto, base para la elaboración del pan a precio regulado, observamos cómo estos comerciantes, aumentan y aumentan el pan, claro cuando hay, pues generalmente, aducen que no tienen trigo, pero observamos en sus vitrinas otros artículos sumamente costosos, tales como: cachitos, pan dulce, todo un serie de productos que genera la harina de trigo pulverizando el salario del consumidor pero no hay pan.

Por otra parte, la calidad de este ha bajado considerablemente, en tamaño y espesor, pues contiene más aire que otra cosa y cada día es más pequeño.

En relación a la carne, se observa como aumenta de precio, según por falta de producción, pero no deja de estar en las carnicerías ni en las ventas informales, como por ejemplo, los puestos que semanalmente se colocan en la población de Urama en el Estado Carabobo, sin ningún control sanitario y sin pago de ningún tipo de impuestos, pero cuyos precios aumentan semanalmente, no habiendo autoridad alguna que regule estas ventas y que verifique, en qué condiciones se sacrifican los animales y se vende esta carne al consumidor final.

Los huevos también entran en esta fiesta, su precio ya es inalcanzable, se expende en grandes cantidades en puestos informales donde siempre hay y por nada del mundo se ven en los comercios formales, pese a los precios regulados por el gobierno, que según declaraciones de los hueveros, tampoco satisface sus costos de producción. Que de paso es importante hacer un comentario, del acto criminal que cometió el dueño de la planta avícula Avomar dejaron podrir tres millones de huevos y lo tiraron a la basura, eso puede ser calificado como un crimen de lesa humanidad, este empresario presuntamente de nacionalidad española, que la patria le dio la oportunidad de progresar, le paga con esta acción fascista propia de un ser deshumanizado. Dejando en evidencia que esta minoritaria burguesía que tienen en práctica una guerra alimentaria contra el pueblo, un pequeño grupo de europeo que no le perdona a Latinoamérica y sobre todo a Venezuela habernos independizado de esa Europa despiadada que nos odia tanto, que el único delito que ha cometido la patria es darle la oportunidad de prosperar. Ante este acto inmoral los venezolanos queremos ver que el gobierno aplique medidas ejemplarizante, de justicia y de respeto a la población, que es humillada por un sector pudiente que muestra con fiereza sus endemoniadas garras.

Dígame el pollo, alimento que era muy común en la mesa del venezolano, hoy no se puede adquirir, ya que el precio que anuncia el gobierno, no se ve por ningún lado, el que se ve, es el que pone el comerciante a su libre albedrío.

Lo que si se escucha, es el chillar de los polleros, quienes manifiestan, que el costo de un pollo a puerta de corral, es de 1300 bolívares por kilo, por lo que el precio fijado por el gobierno, tampoco llena sus expectativas.

Este es el panorama que vivimos, donde la anarquía está a la orden del día, comerciantes que especulan como les da la gana, bachaqueros que roban al pueblo sin misericordia alguna y funcionarios gubernamentales: policía, militares, burócratas de Sundee, que se hacen de la vista gorda o que participan activamente de este negocio en contra del pueblo, quien de manera paciente, espera que este problema se solucione, pero que sea pronto, porque ya es inaguantable.

Desde el sector empresarial y comercial se plantea reiteradamente, que la única forma de ellos alcanzar su máxima felicidad, será cuando el gobierno decrete la total liberación de precios, la derogación de la Ley Orgánica de Precios Justos, la Ley Orgánica del Trabajo, la liberación del mercado cambiario, donde el estado ponga todas las divisas que se obtengan por la venta del petróleo, a la orden y para poder ellos sacarlas y así aumentar su patrimonio en dólares.

Otra medida que a ellos los hará felices, será cuando se decrete la privatización total de todos los servicios y empresas del Estado, dedicándose éste, solo a la educación, la salud y a cuidarle sus bienes, pues el pueblo que vea a ver quién lo cuida.

Hay que recordarle a este sector egoísta y mezquino, que esta es una lucha de clase, que la riqueza del país, es de todos los venezolanos, está muy bien establecida en la Constitución Nacional Bolivariana, que es la justa distribución de nuestra riqueza, que esta es un patria donde instituye que este es un estado de derecho y de justicia social, esta Carta Magna es la verdadera enemiga de la burguesía, no es Maduro y tampoco lo fue Chávez, nuestro contrato social que fue aprobada por la mayoría de los venezolanos esa están en deber de aceptarla.

Triangulo Socialista Programa Radial de PPT: Conducido por José Peralta, Ángel Navas, Denis Rivero Guevara, por la emisora Soberana por el dial 106.7



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