Hubo un hombre explotado en una siembra, quien, en una noche desencajada, pálida, oscura, casi inconclusa, llevado por su hambre y la de su familia fue a una de las majestuosa panaderías donde comían el sudor de su esclavo trabajo, allí encontró salones alumbrados, elegantes sillas y mesas, tortas, dulces, galletas y tanto pan de todos colores y sabores, pidió lo más sencillos y partió sin pagarlos, apenas pudiendo tocar su rancho de paredes cortas hechas de avisos, pisos de barro, manoseadas por unas latas que hacían un techo oxidado con una sujetada puerta destartalada, apesadumbrado pudo lanzar el trigo hacia su techo, gritando llamo a su familia para que comiesen de lo arrojado, mientras era encarcelado a golpes.
Cuando el Cacique Sabino intento defender el pan que protege sus tierras los espantadizos de la justicia le encarcelaron, cuando su gente salieron a defender La Sierra de Perijá en el Estado Zulia, igual los agredieron y corrieron la suerte de su Cacique, veían como sus hermanos caían asesinados, mientras ellos eran forzaban a callar con armas en sus cabezas.
Primero los agredieron los sicarios de los ganaderos, luego llegaron e hizo lo mismo la Guardia Nacional Bolivariana.
Pero esto es difícil de entender por los hombres de la justicia, los Fiscales del Ministerio Publico, quienes en vez de defenderlos por ser débiles jurídicos, muy al contrario, los imputaron junto con jueces que acordaron un juicio.
La cobardía judicial no sabe lo que se siente ver a grupos de hombres armados persiguiendo a los hermanos de su tribu, nunca lo sabrán, son los indiferentes de las grandes ciudades, donde no sienten amor por un hermano, igual da verlo herido que muerto.
Tras celdas inmundas llevaron a Sabino Romero Izarra, Cacique de la comunidad de Chaktapa de la Sierra de Perijá, Alexander Fernández Fernández, miembro del pueblo Wayúu, y a Olegario Romero, Cacique de la comunidad de Guamo Pamocha.
La comunidad Yukpa esta acechada, sobre ella han triunfado grupos armados financiados por ganaderos zulianos, muy acostumbrados a resolver sus irresponsabilidades en la ley del gatillo.
La situación de la demarcación de las tierras indígenas es el detonante, porque los abusos son exagerados, constantes, reiterados, hubo un gran error por parte del Estado en la demarcación de estos ancestrales sitios, pertenecientes a las diversas comunidades indígenas, es imposible dividir lo que pertenece por siglos a los indígenas.
Esto se origino por la presión de los ganaderos, quienes desean explotar nuevas extensiones para sus ganados, para encontrar nuevos ríos ya que los otros los secaron, para explotar materiales preciosos que duermen en el subsuelo de aquellas tierras.
Ante la indiferencia de los blancos, los Yukpas también existen, son nuestros hermanos y los errores que hoy se cometen contra sus tierras, pueblos y Caciques, ninguno de ellos nunca lo olvidara, los que sigan provocándoles, apenas recibirán los primeros soples de sus respuestas.
venezuela01@gmail.com