Caso CENDITEL: Narrativa en el proceso de emancipación de un trabajador en Ciencia y Tecnología

Ciencia, conciencia, experiencia (I)

A más de un año de que hiciéramos denuncias públicas a través de este medio sobre la direccionalidad política de la Fundación CENDITEL; nuestras ideas, propuestas y proyectos -sobre la necesaria transformación de la institucionalidad pública venezolana(1)- siguen siendo objeto de continuos ataques leguleyos -siguiendo una agenda sistemática de desarticulación-, concretados a la fecha en 5 despidos directos e indirectos. Nuestros compañeros Juan Bastidas y Reinaldo Carrasquero han decidido publicar los informes que la directiva actual del CENDITEL les solicitara y que abarcan sus tres años de trabajo en la institución.

Días después nuestros compañeros recibieron notificación de que su contrato de trabajo no sería renovado. Presentamos a continuación el informe del compañero Juan Bastidas para su valoración:


INFORME por Juan Bastidas


A solicitud hecha por el presidente encargado de la FUNDACIÓN CENDITEL, me avocaré en las siguientes 10 páginas – pido disculpas por excederme en 2 páginas – a dar cuenta, sólo en parte, de un proceso de aprendizaje que lo considero regenerador de la condición humana y que se circunscribe en mi experiencia de vida-trabajo en está fundación durante los últimos 3 años. Me apego a tal propósito como consecuencia de darle un sentido, ambiguo en la solicitud, a la frase: presentar un informe de las actividades desempeñadas por usted; digo ambiguo por la importancia histórica con la que se requiere que asumamos el desarrollo de cualquier actividad en el surgimiento y despliegue permanente del cenditel idea y actitud, y en última instancia institución; es decir, en un marco de regeneración del ser en el hacer, en correspondencia con lo que viene aconteciendo en el país, y en el mundo. Acontecimientos que ponen en evidencia el peligro en que se encuentra la posibilidad de subsistencia de la especie humana, de la vida en general en el planeta, a causa del desarrollo absurdo y globalizante, propio a su lógica, del capitalismo en el mundo de hoy. En ese contexto entiendo el compromiso que he asumido, como proyecto de vida, con este proyecto político al que llamamos Centro Nacional de Desarrollo en Investigación en Tecnologías Libres.

Hacer de las tecnologías un asunto bajo dominio público – bajo dominio del soberano con visión subversiva –, expandir los limites de la democracia para que las ciencias y las tecnologías sean parte de esta, dan cuenta de un propósito político; he allí un propósito para Cenditel, un propósito que se convirtió en motor que impulsó, como muchos otros, el nacimiento de Cenditel en una compleja sociedad dominante, en donde las ciencias y las tecnologías han constituido un engranaje fundamental, a través del cual, se expresa el carácter hegemónico del capital en el pensamiento dominante.

En nuestras sociedades, regidas por el dominio de la cultura del capital, hablamos de un hecho tecnológico asociado al progreso de la humanidad, al desarrollo de ésta; en donde progreso y desarrollo conjugan una realidad en donde se configuran unos modos de hacer y de hacernos, que al final confluyen en la acumulación permanente de riquezas como una forma de ejercer control y, un determinado entendimiento de poder. Todo ello, a la luz de una práctica tecno-científica basada en los fundamentos de la tecnocracia. He aquí un tipo de tecnologías, he aquí un tipo de ciencias que vienen a ser consecuencia de un complejo proceso histórico, en donde la mercantilización de las sociedades, apalancadas en un sometimiento extenuante y sin mesura de la naturaleza, producto de una relación a través de la cual se instrumentaliza a ésta, es la norma. Estamos tratando con una cosmología que nos anega y nos conduce a una situación en donde se estremece la posibilidad de la vida misma en el planeta, como ya lo dije.

Si quisiéramos validar esta afirmación, se hace apropiado entonces recordar algunos datos suministrados por el documental elaborado por el francés Yann Arthus-Bertrands, para ponernos en contexto de lo que se está tratando, que da cuenta de la situación actual de la humanidad y del planeta bajo un entendimiento de lo que significa desarrollo y progreso. En este oportuno trabajo se nos alerta sobre:


  1. Veinte por ciento de la población del mundo consume el 80% de sus recursos.

  2. El mundo invierte doce veces más en gastos militares que en ayuda a los países en desarrollo.

  3. Cinco mil personas mueren al día por beber agua contaminada, 1.000 millones de personas no tienen acceso a agua potable.

  4. Más del 50% del grano comerciado en el mundo es usado para alimento animal o biocombustibles.

  5. Cerca de mil millones sufren de hambre.

  6. Las especies están muriendo mil veces más rápido que el ritmo natural.

  7. Tres cuartas partes de las zonas pesqueras están agotadas, disminuidas o en descenso peligroso.

  8. La temperatura promedio en los últimos 15 años ha sido la más alta jamás registrada.

  9. La capa de hielo es 40% más delgada que hace 40 años.


Desde sus inicios, entre quienes constituimos la institución, se procuró provocar un despertar de una conciencia colectiva ante el hecho innegable que representa el desarrollo de las ciencias y las tecnologías, como proceso fundamental en el que se sostiene una realidad como la antes expuesta. Se fijo para ello un objetivo central: cultivar una actitud en donde la praxis estuviese condicionada a la pregunta permanente por los modos de hacer ciencias y tecnologías – actitud decaída en la actualidad –, ante la necesidad de desvelar que no cualquier estilo tecnológico se corresponde con cualquier estilo de sociedad. Como consecuencia de esto – y sin duda un producto histórico fundamental de la fundación – hemos comprendido desde Cenditel que, por un lado, en el proceso a través del cual una realidad como la antes expuesta es percibida e internalizada por nosotros, a su vez, se vuelca ante nosotros un estilo de sociedad y una manera de comprender al mundo, una cosmología en particular; por otro lado, en la legítima y democrática decisión de embarcarnos como nación en un proceso de construcción de una sociedad socialista, subyace una respuesta ante el reto histórico de superar los fundamentos de la sociedad dominante – capitalista -, lo que a su vez se traduce para instituciones como Cenditel, en este marco histórico, labrar-nos el camino hacia unos modos de hacer ciencias y tecnologías que nieguen los modos dominantes – tecnócratas –, que eviten su reproducción.

Ante esta realidad, muy brevemente tratada, se enfrenta Cenditel, por lo cual hacer de las tecnologías un asunto bajo dominio público, requiere a su vez, superar la cultura de la tecnocracia. Esto es lo que algunos de nosotros hemos aprendido en Cenditel, y que se ha convertido en fortaleza que sostiene una actitud que es innegociable en cualquier espacio del hacer.

A todas estas, algunos se preguntarán, qué tiene que ver todo esto con la solicitud inicial que se nos hace: dar cuenta de nuestras actividades en 3 años de contrato con la institución. Por un lado, cada actividad tiene una razón de ser; lo anterior, es sustantivo de esa razón de ser que permanentemente nos mueve dentro y fuera de Cenditel-institución; por otro lado, es imposible acudir a la atención de cualquier situación en el actual Cenditel, evadiendo el escenario de crisis general, política, humana, laboral en la que actualmente nos encontramos en dicha institución, sería algo irresponsable de nuestra parte. Y, justo en este punto reafirmamos que, en la cultura de la tecnocracia subyace parte de la crisis que actualmente atraviesa Cenditel.

Como es sabido por ustedes, señores miembros del consejo directivo – me dirijo a ustedes ya que se me comunicó, por medio de la responsable de la unidad de talento humano, que este informe sería discutido por ustedes –, soy parte de un proceso de denuncia pública que reclamó, en su momento, atención inmediata, nacional y local, a los acontecimientos que en materia de gestión se venían suscitando en Cenditel, que desde nuestro punto de vista, confluían alrededor de una determinada direccionalidad política que no se correspondía con modos de hacer ciencia y tecnología, que paulatinamente, fueran elementos provocadores de condiciones necesarias para la transición hacia una sociedad socialista; el sustento de lo que aquí mencionamos, como todos sabemos, es de carácter público.

Si algo debemos tener claro, quienes padecemos esta crisis, es el hecho de que una vez que se inicia el proceso de denuncia pública, se comenzaron a evidenciar los distintos cenditeles que cada uno de nosotros hemos cultivado en nuestro hacer; razón por la cual se hace necesario comprender esas diversas, y quizás atrofiadas, manifestaciones del ser Cenditel-idea-actitud.

Desde nuestro punto de vista, fundamentado en nuestras experiencias de aprendizaje durante estos 3 años, queremos destacar, como elementos para el debate, que 3 circunstancias históricas han condicionado los modos de hacer tecnologías en los espacios que le son propios a Cenditel-institución, a saber:


  1. Cenditel como un nodo de la Universidad Tradicional

  2. Cenditel como un nodo de la actual Administración Pública Venezolana

  3. Cenditel como un nodo de la Revolución Social


Cenditel como un nodo de la Universidad Tradicional.


Los centros de investigación en ciencias y tecnologías, en gran medida, han estado vinculados de diversas maneras con determinadas universidades; siendo esto, pudiéramos decir, lógico en nuestras sociedades quienes le otorgan a las universidades un papel preponderante en lo que se refiere a la producción, adquisición y socialización de determinados conocimientos; Cenditel no escapa a esta realidad. Sin embargo, el caso Cenditel, en su relación innegable con el ámbito universitario, pudiéramos catalogarlo como atípico, más en sus inicios que ahora, sobre todo porque su concepción emergió – en donde actores universitarios tomaron parte de ello – a partir de un particular entendimiento de lo que debería ser un centro de investigación – influenciado por las condiciones históricas de nuestro tiempo – que no precisamente es el que domina dentro de la Universidad Tradicional.

Para comprender el contexto histórico en el cual se desenvuelve la Universidad Tradicional de nuestro tiempo, nos correspondemos con la siguiente tesis:


“... la universidad constituye una parte singular de lo que denominamos la dimensión institucional de la superestructura(2). Dentro de la función general que cumple la superestructura al posibilitar la reproducción en el tiempo de un modo de producción determinado, y como contribución a esa función general, la universidad cumple funciones definidas y especificas(3).

Desde el punto de vista organizativo, constituye la cúspide del sistema educacional, sistema que tiene ante todo una función socializadora: esto es, preparar a los sujetos – mediante la internalización de normas, valores, imágenes, conceptos, actitudes, pautas de comportamiento, etc. – para el desempeño de roles a los que “la sociedad” los destina: en resumen, adaptándolos a la particular formación social en la que han de vivir(4)... “La función de socialización puede ser interpretada como el desarrollo en los individuos de las lealtades y capacidades que son prerrequisitos esenciales para el futuro cumplimiento de su rol. Las lealtades pueden, a su vez, ser divididas en dos componentes: lealtades hacia la implementación de los valores de la sociedad y lealtades hacia la implementación en el cumplimiento de un rol especifico dentro de la estructura de la sociedad”(5). Estas definiciones de la actividad educativa – como proceso de socialización – contienen sin embargo un tono “de generalidad” que resulta distorsionante con respecto a la apreciación de los efectos del proceso en una formación social específica. Tratemos de indicar algunas correcciones al “modelo abstracto” propuesto por los autores citados. Señalemos, de paso, que el concepto de “la sociedad”, y sobre todo aquél de “la cultura de la sociedad”, corresponde claramente a la esencia de la ideología de la clase burguesa que se estima no como una clase distinta por sus rasgos específicos (v.g. una “nobleza”), sino como representantes en sus intereses más profundos de toda la sociedad cuya realización histórica suprema se daría a través del modo de producción capitalista y del sistema político que le acompaña.

Si introducimos la categoría de clase, como componente estructural básico de toda formación social capitalista, veremos corregirse las definiciones apuntadas de manera harto significativas. En toda sociedad de clases, la dominación es un componente esencial. En una primera aproximación: si la clase dominante aparece como “representante genuino” de toda la sociedad, es porque sus intereses de clase se imponen hegemónicamente a la sociedad global. Su proyecto de clase pasa a ser empíricamente, el proyecto de la sociedad (y en el caso específico de la sociedad burguesa, el de la sociedad nacional, expresado en el estado-nación). De este modo, también la cultura (esto es el conjunto de valores, normas, pautas, conocimientos, etc.) de la clase dominante constituye la cultura de la sociedad. Desde nuestra perspectiva, afirmaremos entonces que esa cultura forma parte de la superestructura ideológica de esa sociedad de clase.


Tomando en cuenta estas observaciones, corregiremos las definiciones precedentes, diciendo que el proceso de socialización en una sociedad de clases constituye el proceso de internalización – a través del sistema educativo – de la cultura (ideología) dominante en la sociedad (es decir de la clase dominante). De este modo la educción funciona como un efectivo instrumento de control social. La clase dominante para mantener el sistema hace uso tanto de la fuerza – mediante los aparatos represivos del Estado (policía, fuerzas armadas) – cuanto de la conquista de consenso – mediante la difusión e imposición (e internalización por los sujetos) de ideologías específicas. Y es a través de la conquista de consenso que la clase dominante legitima su posición. El sistema educativo – y la universidad como parte de él – juega, en este último caso, un papel capital.”(6)

Adicional a lo que aquí sostenemos respecto al contexto histórico en el cual se desenvuelve la universidad de hoy, se reconoce en esta, como un elemento dominante, una característica que le es esencial para consolidarse como un centro de poder, y es su carácter de políticamente neutral.

Hay mucho que discutir en relación a este tema; sin embargo, consideramos que los elementos que se han mencionado nos pueden dar una idea respecto a que intereses responden los modos de hacer que le son propio a la universidad de hoy.

No es nuestro propósito satanizar de ninguna manera el accionar de las universidades, por el contrario, creemos que están llamadas a cumplir un rol fundamental en los procesos de transformación social que se vienen operando en el país; sin embargo, para que eso ocurra debemos tener claro cual es papel que cumple la universidad en una formación social específica como la nuestra, y de como sus modos de reproducción de la cultura del capital pueden operar en centros de investigación como Cenditel, considerando su fuerte vinculación con la universidad.


De acuerdo a esto pudiéramos preguntarnos, ¿es acaso el pensamiento dominante en la universidad de hoy instrumento a través del cual se ha entendido, y pretende solucionar, la crisis política por la que atraviesa Cenditel?, ¿ es acaso el pensamiento dominante en la universidad de hoy instrumento a través del cual se establecen los criterios del hacer propios a Cenditel?

Atendiendo la tesis que defendemos, la universidad de hoy legitima y reproduce a la sociedad dominante; ante esto nos preguntamos, ¿acaso es esta la causa que implosionó la crisis política que actualmente atraviesa Cenditel?. De comprobarse esto, preguntamos, ¿no es acaso legítimo, en el entendido de que estamos llamados hacer revolución en nuestros espacios del hacer, subvertir dicha situación?


Cenditel como un nodo de la actual Administración Pública Venezolana.


Al recordar la tercera característica que define a Cenditel, a su vez, recordamos su adhesión a la actual administración pública venezolana; sin embargo, esto debe ser entendido como una consecuencia, propia a las circunstancias históricas, y no como una razón de ser.


Hablar de la administración pública es tomar en consideración al brazo ejecutor de lo que conocemos como Estado, que legitima en nuestro tiempo a la sociedad burguesa, y encuentra en esta su razón de ser.


“El Estado presupone un poder público particular, separado del conjunto de los respectivos ciudadanos que lo componen”(7) y se expresa, en lo concerniente a la gestión de lo público, a través de lo que conocemos como administración pública. En lo ideológico, esta última, está fundamentada en el elemento jurídico, que a su vez, determina los modos de hacer; en lo estructural está fundamentada en el elemento institucional, que la compone como su plataforma de despliegue.


Desarrollar el tema de la administración pública, propia al Estado Burgués, con la rigurosidad que exige, se requiere más que un informe de estas características para abocarse a tal empresa; sin embargo queremos destacar dos elementos inherentes a la administración pública que le es propia al Estado Burgués y que pueden dar cuenta de los modos de hacer que actualmente dominan en Cenditel; por un lado, la cosmología dominante que opera a través de esta; por otro lado el entendimiento de que lo público es un asunto que le concierne a las instituciones que la componen.


Recordando lo que inicialmente mencionamos como un propósito político de Cenditel: Hacer de las tecnologías un asunto bajo dominio público – bajo dominio del soberano con visión subversiva – , expandir los limites de la democracia para que las ciencias y las tecnologías sean parte de esta; tal propósito es inconcebible bajo la concepción de lo público que domina en la administración pública de la que es parte Cenditel; ante ello, ¿qué podemos hacer desde Cenditel hoy?.


En esencia, en la idea y la actitud que preñan y hacen posible a Cenditel se evidencia un paso hacia adelante en la construcción de lo nuevo, de un hacer renovador; es por ello que ante la evidente involución de ese caminar hacia la esperanza, nos preguntamos, ¿no es legítimo el reclamo que se manifiesta ante tal situación?, ¿no es acaso nuestra acción de reclamo actitud signataria en el pacto que hemos hecho al hacernos parte del proyecto político Cenditel?, ¿no es acaso nuestra actitud un cultivo propio de Cenditel?


Cenditel como un nodo de la Revolución Social.


El acontecer de nuestro tiempo sin duda reclama una acción conjunta por parte de la humanidad; sin embargo ese acontecer no es fácilmente perceptible, y cuan difícil bandera del hombre para su permanente, y necesaria, transformación. Muchos elementos conspiran a favor de ello, desde la industria del entretenimiento – que condiciona los efímeros fines de la vida de hoy – hasta el exacerbado individualismo, pasando por la progresiva des-politización de las sociedades.

En Venezuela se inició un proceso que se plantea, entre sus objetivos centrales, subvertir tal situación, es decir tomar conciencia de nuestro ser socio-histórico para operar un cambio radical en nuestra sociedad; ello implica, para unos, un sacrificio que no todos estamos dispuestos a realizar; para otros una esperanza de vida.


Sin duda, el proceso de reflexión que le es propio a Cenditel se concibe como la posibilidad de emergencia de nuestro ser socio-histórico, que impregne de sentido a un hacer tecnológico que se corresponda con la construcción de un sociedad socialista. El desarrollo de tal acontecimiento, que ha originado el despertar de una conciencia de clase en el seno de un colectivo que es parte de la masa trabajadora que hace vida en Cenditel, produjo a su vez, el desbordamiento de un hacer que encontró en los límites institucionales barreras diseñadas, y concebidas, para proteger los intereses que responden a la sociedad dominante, al orden establecido, al cual, quienes conformamos Cenditel, estamos llamados a trascender como proyecto de vida a través de modos de hacer tecnológicos que se correspondan con tal propósito. De esta manera comprendemos a un Cenditel como un nodo de la revolución social.


Preguntamos, ¿no es legítimo, en el seno de Cenditel, cultivar un obrar que planifique transcender los límites de la sociedad dominante – de la institucionalidad burguesa como una forma concreta de esta – y de sus modos de hacer?, desde la moral, ¿qué se nos puede reclamar en nuestro obrar?, ¿será la ausencia de argumentos morales causa del por qué se acude al elemento jurídico para reprendernos cual alumno se rebela a la autoridad del profesor?, ¿qué tanto media la cultura del profesor alumno – y de sus formas de dominación – para atender la crisis por la cual atraviesa Cenditel?, ¿qué intereses estamos socavando con nuestra actitud revolucionaria?, o acaso, ¿no entendemos el complejo proceso socio-histórico que actualmente atravesamos como sociedad?, ¿será que no entendemos la actual crisis civilizatoria de la humanidad?


Conclusiones finales.


Acá hemos señalado, por un lado, la razón de ser de nuestro obrar durante estos últimos 3 años, la cual ha sido producto de un proceso de maduración colectiva en el tiempo señalado; por otro lado, 3 posibles modos de hacer que actualmente se manifiestan en Cenditel, de los cuales afirmamos que, los dos primeros destacan, mientras que el tercero ha sido marginado y trivializado, incluso usado como un elemento decorativo con fines publicitarios.

El país, el planeta nos reclama la construcción de un mundo nuevo. El que seamos parte de la cosmología dominante no nos impide que vayamos construyendo el mundo del mañana, el porvenir libre de amenazas a la vida en el planeta; por el contrario nos reclama que asumamos con convicción dicha tarea histórica.

Vivir de acuerdo a principios, convicciones revolucionarias, es un dictamen de nuestra historia que hemos asumido con compromiso y responsabilidad, desprendido de cualquier interés personal, sobreponiendo el bien común.

Si el propósito de este informe es valorar el desarrollo de mi trabajo durante los últimos tres (3) años, que se me valore por lo que hasta aquí he señalado – lo cual es producto de un accionar colectivo – que es la gran actividad en la que he estado inmerso todo este tiempo, lo demás es consecuencia de ello.


“Hasta la victoria siempre”

Juan Bastidas

Freddy Arráez – Hector Colina - María Andreina Espinoza - Hector Lira - Agustín Marcos - Igor Muñoz – Reinaldo Carrasquero - Freddy Toro – Ricardo Viloria - Maria Virginia Espinoza - Leonardo Caballero - Juan Bastidas – Oscar Mogollon

Trabajadores de Apropiación-Investigación-Desarrollo-Reflexión en Tecnologías Libres, por el CENDITEL


Notas:


(1) Caso CENDITEL: Contribución a la construcción de una nueva institucionalidad para el Estado Revolucionario. http://www.aporrea.org/tecno/a100182.html

(2) Las otras “dimensiones” estarían compuestas por lo ideológico, lo jurídico y lo político.

(3) Véase Dependencia y Superestructura, en Cuadernos de Estudios Socioeconómicos, N 14, CESO, Universidad de Chile, 1971

(4) Véase al respecto, P. BOURDIEU, “L'école conservatrice. Les inegalités devant L'ecole et devant la culture”, Revue Francaise de Sociologie, Vol. VII, N 3 (Juillet-Septembre 1966), pp. 325-347, también del mismo autor puede consultarse: Systemes d'enseignement et systemes de pensée, comunicación presentada al congreso Mundial de Sociología de Evian, 1966.

(5) T. PARSONS, “The School Class as a Social System: Some of its Functions in American Society”, en A.H Halsey, J. Floud and C.A. Anderson, Education, Economy and Society, Glencoe, The Free Press, Second printing, 1992, pp. 434-35.

(6) Véase Universidad, Formación Social y Superestructura del trabajo Modernización y Crisis en la Universidad Latinoamericana, Tomás Vasconi, Ines Reca

(7) El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, F. Engels pag. 94


farraez@gmail.com



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