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Hacia el nuevo protocolo de Internet (Ipv6)

La red Internet se ha convertido en un importante hito en la historia del desarrollo cultural, técnico y científico de la humanidad, revolucionando la forma en la que nos comunicamos, al punto de llenar nuestra cotidianidad de aplicaciones y dispositivos permanentemente conectados. Hoy en día es objeto de análisis de las Ciencias Sociales que estudian nuestro comportamiento ocupando una posición relevante en la agenda de muchos gobiernos del mundo en función de garantizar nuevas, mejores y más equitativas oportunidades de progreso.

El actual Protocolo de Internet (IPv4) es el recurso de numeración que permite la identificación de usuarios y dispositivos en la red global. Quienes participaron de su desarrollo inicial difícilmente habrían podido imaginar la altísima demanda que tendrían estos recursos en la actualidad y, así, la red fue pensada a comienzos de los años setenta con direcciones únicas de 32 bits de longitud que condena el espacio direccionable a tan solo cuatro billones, una importante piedra de tranca que afecta Internet para el acceso de nuevos dispositivos a escala planetaria.

La Organización Mundial para la Asignación de Números y Direcciones de Internet (IANA) agotó en el año 2011 el espacio de direcciones IPv4 que podía delegar a los registros regionales de Internet asignando los últimos de forma equitativa entre los 5 continentes (16 millones de direcciones para cada uno). A pesar de estas circunstancias la red amenaza con un crecimiento vertiginoso y hoy en día se cuentan por millones la cantidad de hosts o computadoras conectadas ofreciendo algún servicio en la red (web, email, etc).

Para combatir el problema del cada vez más escaso número de direcciones se creó el Protocolo de Internet IPv6 que procura un espacio de direcciones de 128 bits, totalmente incompatible con su predecesor y que promete un futuro inacabable en función de uno de los recursos más importantes de la red. La actualización del desgastado protocolo IPv4 no está limitada a la ampliación de las capacidades de direccionamiento, también mejora aspectos importantes relativos a la configuración, seguridad y abre brecha para la era de la Internet de las cosas.

Estos hechos alertan acerca de un importante e inmediato esfuerzo país en función de garantizar lo establecido en el Decreto Nº 825 que declara el acceso y uso de Internet como política prioritaria para

el desarrollo cultural, económico, social y político de nuestro país y en la Ley Orgánica de Telecomunicaciones que establece un marco para el desarrollo y uso de nuevos servicios en condiciones de igualdad y acceso irrestricto a la red global.

EDUARDO MÉNDEZ
MIEMBRO DE LA COMUNIDAD DE SOFTWARE LIBRE


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