¿Para qué sirve un recién nacido?

Ciencia: Conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas. La ciencia sirve para responder a las preguntas de la humanidad. Es una de las importantes fuentes de búsqueda del conocimiento. La ciencia no solo tiene una función sino más bien múltiples funciones en beneficio de nuestra sociedad. De las cuales podríamos destacar las más reconocidas:

- a) la creación de nuevos conocimientos. 
- b) su capacidad potencial en el desarrollo económico.  
- c) su contribución a la educación. 
- d) su papel como parte de la cultura nacional 
- e) su función como "ventana" que nos permite estar al tanto de los avances

      en el conocimiento a nivel mundial. 
- f) su participación en la toma de decisiones en todas las áreas del quehacer

     nacional sobre bases objetivas y racionales. 
- g) su labor de información a la sociedad para incrementar sus conocimientos

      y elevar la calidad de vida.

 

Hace tiempo escribí dos artículos en el portal Aporrea: (“Los científicos locos venezolanos o, ¿Como pa qué sirve eso?”, 04/05/2011, www.aporrea.org/tecno/a122753.html y “Los científicos locos venezolanos (2): YUUUJUUU, Gobierno Nacional, Auxilio, 23/05/2011, aporrea.org/tecno/a123854.html), sobre por qué es necesaria la investigación en ciencia básica, que aparentemente no tiene una aplicación práctica, o al menos, no parece tenerla de forma inmediata. ¿Para qué sirve la ciencia? Cuando en cualquier sistema de noticias que permita cierta interactividad con los usuarios, aparece alguna noticia relacionada con disciplinas científicas un tanto «alejadas» de la vida cotidiana, como puede ser la cosmología, astronomía, mecánica cuántica o biología molecular, inevitablemente aparecen comentarios críticos con el gasto que supone todo eso, y que antes de perderse en los misterios del universo, más valdría resolver problemas más inmediatos, como el hambre, la pobreza, o la guerra. Dadas las millonarias cifras del coste de la construcción de un acelerador de partículas, o una misión espacial, parece comprensible que haya voces que pregunten por qué no se usa ese dinero para algo con beneficios más tangibles. Pero pensando únicamente en aplicaciones prácticas e inmediatas, en fin, en soluciones a corto plazo, caeremos en un error del que nos previene el dicho popular «pan para hoy y hambre para mañana». Basta con pensar en los adelantos de la medicina actual, en las enfermedades que se han erradicado, y en las vidas que ha salvado. No habríamos llegado hasta aquí sin científicos que se dedicaran única y exclusivamente a «la ciencia por la ciencia».

Se dice que cuando Michael Faraday explicó su descubrimiento de que un imán en movimiento inducía corrientes eléctricas en un conductor, el primer ministro británico de la época, Robert Peel, le preguntó «¿Y esto para qué sirve?», a lo que Faraday respondió «¿Para qué sirve un recién nacido?». Esta ingeniosa respuesta de Faraday tiene una filosofía subyacente.

Un mundo sin este tipo de generadores, sería básicamente un mundo sin electricidad. Un mundo sin teléfono, radio, televisión, ni ningún tipo de comunicación instantánea a distancia. Un mundo sin vehículos eléctricos o de motor de explosión (es necesaria una chispa para la ignición, y ésta proviene de la bujía, que funciona con electricidad). Un mundo sin aviones, sin luz eléctrica, sin aspiradores, sin ascensores. Un mundo sin ecografías, tomografías, marcapasos o desfibriladores. Un mundo como el de principios del siglo XIX, en el que determinadas comodidades que nos parecen básicas, sólo estaban al alcance de personas con alto poder adquisitivo.

Peeeero, ¡CUIDADO¡ Hay mucha gente que piensa que solo a base de ejemplos se puede llegar a abstraer algunos conceptos. Porque en la actualidad sólo se enseña las bases de la ciencia pero no se enseña nada de la ciencia y tecnología que usamos todos los días y de la cual dependemos. Hoy en día se considera importante tener una buena formación en letras, historia, lengua y otros, lo cual se considera cultura, pero conocer aquello con lo que convives todos los días, no. Y no es difícil, hay muchos libros para niños que explican este tipo de cosas, solo hace falta interés.

Una cosa que deberíamos de explicarle a la población es que la ciencia es útil, cualquier tipo de ciencia. Ya sea por los desarrollos tecnológicos que precisa su existencia como por los propios descubrimientos. Los militares eso lo saben hace mucho, y por eso invierten mucho dinero en ciencia, especialmente en ciencia básica. Pero el uso que harán los militares de esos descubrimientos no sería el mismo que el de si la sociedad civil invirtiese en ellos, ya que la misma tecnología se puede utilizar para producir armas químicas como para producir vacunas.

En general, si se puede hacer, se suele acabar haciendo. Solo hay que procurar que se tenga control sobre ello para que se haga lo mejor para todos. Pero si lo descubre un gobierno irresponsable y el resto de los países no lo hace, podemos encontrarnos como en la 2ª guerra mundial. Alemania usaba misiles y el resto de la humanidad estaba estancada en el avión de hélice. Los gringos aprovecharon, entonces, la inmigración de científicos europeos para desarrollar ellos armas atómicas, basados en la investigación “no útil” de Einstein, Von Braun y Fermi. También fue de enorme influencia el desarrollo de la biología molecular y la genética a partir de las investigaciones nazis, con Mengele a la cabeza, con el fin prioritario de clonar seres “arios, puros y superiores”. Hoy en día la clonación no se ve como un horror nazi, sino como una herramienta muy útil en el desarrollo de tratamientos médicos. Entonces, los militares aprendieron, ¿cuándo aprenderán los políticos y la sociedad?

Creo que en general los científicos conocen muy bien el sistema democrático. No olvidemos que la democracia y la ciencia tal y como la conocemos actualmente nacieron a la vez en Grecia y no por casualidad.

Y no creo que nadie invite a callar a nadie. Lo único en lo que estamos todos de acuerdo por sentido común, es que existe un círculo vicioso, por el cual en una sociedad que no explique cómo funciona la ciencia, estamos condenados a tener políticos que no comprendan la importancia de explicar ésta a la población, simplemente porque ellos tampoco la comprenden. Estamos viviendo actualmente la aplicación errónea del conocimiento científico por gobiernos asesinos: el SIDA, el Ébola, las mutaciones del dengue (como el Chikungunya), la “reaparición” de la viruela y el sarampión, las sequías extremas o las inundaciones (Proyecto Haarp), y muchos ejemplos más, los cuales son formas de controlar política y económicamente, por un  lado, y aniquilar y/o debilitar países enteros, por el otro, para hacerse de territorios y riquezas que según ellos, no deberían ser controladas por seres “inferiores”. 

Por eso desde la ciencia se está haciendo un esfuerzo para que este círculo se rompa. Pero tiene que haber voluntad por ambas partes. Un ciudadano no informado, no sobre ciencia, sino sobre cualquier tema, es muy fácilmente manipulable. Por ello se da una educación básica y obligatoria a toda la población. Aunque por desgracia, en lo que a ciencia se refiere esa educación, a mi modo de ver es deficiente.

La ciencia no puede por definición decir que decisiones debemos tomar. Solo nos puede dar información con cierto grado de fiabilidad y casi por definición, también es el único método para conocer dicha información. El cómo se usa esa información es responsabilidad de la sociedad, ya bien siendo un político u ejerciendo el voto como ciudadano. Pero como personas que decidimos, también es nuestra responsabilidad informarnos. La ciencia SOLO nos puede dar información, nunca qué debemos hacer con ella. Si no comprendemos eso, difícilmente entenderemos cómo funciona la ciencia.

durante.paula@gmail.com

 



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