Carta a la ministra de Comunicación e Información

Ciudadana

Delcy Rodríguez

Ministra para la Comunicación y la Información

Presente.-

Camarada:

Te remito la presente de manera URGENTE, con la necesidad de informarle sobre un evento indeseable, que me afecta a mí y al equipo de producción y técnicos de televisión que trabajan conmigo, aparte de ser un episodio que agrede directamente al sector de Productores Nacionales Independientes, surgidos a raíz de la democratización del espacio radioeléctrico y de la implementación de la LEY DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EN RADIO,TELEVISIÓN Y MEDIOS ELECTRÓNICOS, en cuya discusión participé de manera activa, como revolucionario y hombre de medios durante más de 30 años.

El caso es que, en este momento, en el que mi programa “Yo estuve allí”, certificado Sapi Clase 38 S034417, Programas de Radio y TV,  PNI MinCI N° 6134, está en la parrilla de Globovisión, contratado por una temporada, la Televisora Social TVES comienza a transmitir los capítulos de “Yo estuve allí”, que fueron producidos para la temporada 2009, por la productora MADE IN PRODUCTION, compitiendo, a veces, casi en la misma franja horaria.

Las implicaciones sobre si TVES tiene o no los derechos sobre la transmisión, y más allá de que no tiene los derechos sobre la marca “Yo estuve allí”, podría generar un litigio legal, el cual yo no estoy en ánimo de emprender, ni tengo ningún proyecto jurídico contra TVES, porque tampoco cuento con los recursos económicos suficientes para realizarlo. De hecho, el lunes 4 de agosto, envié una carta a la presidencia de TVES a manera de rogativa, y en términos concretos de conciliación, para que pueda dirimirse esta controversia, sin que me vea perjudicado, ya que tendría en ciernes una demanda del canal Globovisión, porque consideran que no he cumplido el contrato de EXCLUSIVIDAD que firmé con ellos. Es decir, también mi honestidad está en tela de juicio, pues creen que tengo un contrato vigente con TVES.

Mi carta produjo una reunión con el señor Rodolfo Vílchez, quien me llamó a conversar. Le expuse, más que mis puntos de vista jurídicos, mis argumentos como Productor Nacional Independiente, salido de los concursos del MinCI, y luchador social como soy, en el campo de los derechos de autor en Venezuela.

El martes 5 de agosto, a las 2 de la tarde, fui convocado a otra reunión en TVES, y yo esperé que fuera con la determinación de reivindicar mis derechos y poder seguir contribuyendo con la construcción de nuevos modelos y mejores contenidos en la televisión venezolana, que tanta falta le hace. Esta vez fue peor. El señor Vílchez, me espetó el articulado de un contrato de “explotación y comercialización exclusiva e ilimitada”, supuestamente vigente, según sus palabras, y de una manera grosera procedió a botarnos DE SU OFICINA, abriéndome la puerta, para que saliera con mi abogado, ya que piensa que, con ese contrato, tiene “los derechos exclusivos e ilimitados” sobre el programa. Por cierto, ÚNICO SUSTENTO LEGAL QUE CREE POSEER. En realidad está confundido. Dijo que me puede demandar. En todo caso, le confieso, ciudadana ministra, que más que indignado, estoy abochornado. ¿Cómo se defiende un Productor Nacional Independiente de los atropellos del mismo Estado que lo proveyó de los derechos de inversión y producción de contenidos en la búsqueda de un nuevo modelo comunicacional? ¿Cómo? ¿Yendo a los tribunales a gastar en abogados los pocos realitos ganados con su producción, y además, demostrar que no tiene sentido ser Productor Nacional Independiente en un medio con personas e instituciones públicas, que se arrogan el derecho sobre nuestro trabajo e intelecto, con impune abuso de poder?

Soy un artista, un creador. Creo que he aportado y sigo aportando valores y calidad de contenidos a la cultura y a la televisión venezolana, revise mi currículum, por favor. Lo menos que desearía es que se me maltrate en un sistema como el que estamos construyendo. Que se me trate con términos en que lo haría un canal capitalista, puede desdecir de los atributos que debe tener una televisora social, pues el espíritu de las leyes socialistas que han surgido en la revolución, más bien, amparan, protegen y estimulan a los Productores Nacionales Independientes. Sería lamentable que se me coartara el derecho de poder contratar con otra televisora, solo porque TVES tuvo contratado, alguna vez, mi programa. De hecho, los avances en derechos humanos en  las leyes revolucionarias, tienen el espíritu de  detener los llamados “contratos leoninos”, que esclavizan a los creadores y desestimulan la producción artística en el área comercial; y más allá de que ese contrato sea legal, debe revisarse a la luz del último apartado del artículo 15 de la  LEY DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EN RADIO, TELEVISIÓN Y MEDIOS ELECTRÓNICOS, vigente, el cual le transcribo:

(…) Los contratos que se celebren entre los prestadores de los servicios de radio y televisión y los productores nacionales independientes, de conformidad con este artículo, cumplirán los requisitos  establecidos en la ley, y en ningún caso, podrán vulnerar el principio de igualdad entre las partes, ni  contener cláusulas que establezcan cargas u obligaciones excesivas o desproporcionadas, en detrimento de alguna de las partes, en caso contrario se considerarán nulos de nulidad absoluta. (SUBRAYADO MÍO)

En la actualidad, los contratos por encargo se hacen a término. En concordancia con este artículo de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos, es necesario acudir a nuestra Constitución Bolivariana, que en su  Artículo 54, establece que “Ninguna persona podrá ser sometida a esclavitud o servidumbre”. En Venezuela se abolió la esclavitud desde hace mucho tiempo, y la Bolivariana lo expresa, pendiente de que haya personas que lo olviden. Ese artículo 15 de la Ley Resorte, se inscribe en estos parámetros filosóficos. No hay esclavitud en nuestra nación. No hay cadena perpetua en nuestra legislación. Entonces, por qué debo asumir la condena ad eternum de un contrato que representa la servidumbre. Y nuestro derecho al trabajo, ¿dónde queda?.

 

Revise el contrato firmado con TVES, ciudadana ministra, y verá la desproporción que existe en cuanto a sus alcances “exclusivos e ilimitados”. Por ejemplo, se desprende de este, que yo jamás podría contratar mi programa con otro canal en Venezuela y en el mundo, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, ni mis hijos, ni los hijos de mis hijos, podrán disfrutar jamás de mi legado material, solo porque se me ocurrió, en 2009, y en Revolución, firmar un contrato con TVES. Del cual no me arrepiento, pero que dejaría sin ningún sentido el Certificado de Productor Nacional Independiente que poseo, el Certificado de Marca del programa, y el talento y las ganas de producir contenidos que he mantenido siempre, y que quiero seguir manteniendo.

Revisando su validez legal:

  1. Ese contrato que esgrimió el señor Vílchez, fue firmado por otra persona en esa oportunidad, ya que yo laboraba en VTV y no podía contratar con un ente público, y aunque fue firmado por 12 capítulos del programa, solo se realizaron 3 capítulos, ya que se hizo un finiquito y se canceló el programa, entre otras cosas, por una solicitud mía, en el sentido del alcance del presupuesto.
  2. Hubo otro contrato anterior, al que yo, siendo el titular de la marca “Yo estuve allí”, no tuve participación, por lo tanto, tampoco firmé, pues fue refrendado entre TVES y la Productora Made In Productions, cuyo dueño era el señor Juan Carlos Ojeda. Una empresa ya desaparecida, y en la cual yo fungía como guionista invitado del programa.
  3. Nunca hubo un acuerdo firmado y notariado entre el señor Juan Carlos Ojeda y mi persona para el uso de la marca “Yo estuve allí”, ya que se hizo en términos de buena fe, y a manera privada, y el señor Juan Carlos Ojeda está fallecido. Es decir, la productora Made In Production ya no existe, y el señor Juan Caros Ojeda falleció.

En todo caso, yo jamás he firmado un acuerdo para el uso de la marca “Yo estuve allí”, por parte de terceros, y menos con la televisora TVES, en los términos que pretende hacer ver el señor Vílchez. En Venezuela existe el estado de derecho, y la marca es independiente del objeto material. Y aunque la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA DEL 20 DE DICIEMBRE DE 1999, reza en su artículo 98 “La creación cultural es libre. Esta libertad comprende el derecho a la inversión, producción y divulgación de la obra creativa, científica, tecnológica y humanística, incluyendo la protección legal de los derechos del autor o de la autora sobre sus obras. El Estado reconocerá y protegerá la propiedad intelectual sobre las obras científicas, literarias y artísticas, invenciones, innovaciones, denominaciones, patentes, marcas y lemas de acuerdo con las condiciones y excepciones que establezcan la ley y los tratados internacionales suscritos y ratificados por la República en esta materia(SUBRAYADO MÍO). Aun así, la televisora TVES continúa transmitiendo, de manera temeraria, y sin tener los derechos, los capítulos del programa YO ESTUVE ALLÍ.

Acudo a usted, ciudadana ministra, en el entendido de que pueda subsanar de manera administrativa, este atropello del cual soy objeto, que desmotiva la producción nacional independiente, y por demás, desmerece de la calidad de protección en que ha avanzado el espíritu de la leyes socialistas, solidarias y defensoras de los grupos vulnerables de la sociedad, entre los que se incluyen los artistas y creadores. Por lo tanto, solicito su mediación de buena fe, su aguda sapiencia de abogada, y su irrefrenable condición de luchadora y defensora de los derechos humanos, en los cuales, por cierto, se incluyen, los derechos intelectuales.

Gracias por su atención, quedo de Ud.,

| Atentamente, y en espera de Justicia,

Omer Quiaragua

          PNI MinCI N° 6134

Correo: omerquiaragua@gmail.com

 

Con copias a:

  • Presidencia de la Asamblea Nacional
  • Comisión de Medios Asamblea Nacional
  • Dirección de Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL)
  • Directorio de Responsabilidad Social
  • Consejo de Responsabilidad Social

 

 

 

 

 

 

 

 

omerquiaragua@gmail.com



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