Desenmarañando Patrañas

Más verdades a propósito de las alertas y denuncias sobre el proyecto de ley de Acceso al Conocimiento (II)

En el libro ilustrado de los malos argumentos de Ali Almossawi se señala que una de las trampas más frecuentes en la argumentación que induce la fijación en el colectivo de falacias es "apelar al miedo" como una estrategia que juega con los temores de la audiencia al ofrecerle imágenes de un futuro terrible al que se llegaría si una determinada proposición es aceptada.

La característica principal de esta "trampa" caza bobos e incautos, es que en lugar de ofrecer pruebas que muestren que una conclusión, sigue un conjunto de premisas que sustentan legítimamente las causas para dicho temor, tales argumentos descansan en la retórica, en amenazas o en mentiras que no superan un simple examen de evidencias.

Precisamente "apelar al miedo" forma parte de una de las estrategias que los autodenominados expertos en propiedad intelectual de la escuela de Ciencias Jurídicas de la Universidad de los Andes han venido utilizando para alertar y alarmar al país sobre los supuestos peligros que acarrearían la aprobación de una ley para el acceso al conocimiento. De esta estrategia se han hecho eco medios como ULA PRENSA y El Universal resaltando como título de varios de los artículos que han publicado: "Panorama incierto para la Propiedad Intelectual en Venezuela", "Temen mayor subdesarrollo con Ley de Acceso al Conocimiento Libre", en los que pueden leerse, a su juicio, las terribles consecuencias en términos de subdesarrollo y retroceso que traerá la aprobación de este proyecto de ley. Estos argumentos se presentan aderezados con la ya conocida retórica sobre la violación de los derechos humanos a la cual estamos acostumbradas y acostumbrados a leer en los pronunciamientos que, apelando al miedo, realizan quienes políticamente adversan al gobierno revolucionario en Venezuela.

Como acto que por una parte nos despierte del sonambulismo que producen las verdades universales y únicas que por lo general la Academia moderna, colonial y patriarcal le interesa defender y hacer que otros y otras también defiendan, y que por otra parte también deje ver que hay quienes a los que ya no nos sirven los argumentos que para ello utilizan, en esta oportunidad tomamos tiempo para desenmarañar la idea que la implementación de políticas y prácticas de acceso abierto al conocimiento genera subdesarrollo y dependencia de grandes potencias. Para hacerlo, y partiendo del reconocimiento de la cada vez mayor conciencia de las y los venezolanos, haremos uso en esta oportunidad del acto socrático y subversivo del arte de preguntar invitando a que pensemos y demos respuesta a las siguientes interrogantes:

¿Por qué las grandes empresas transnacionales como Ford, BMW, Epson, IBM, Nokia, Sony, Toyota, Google y la Farmacéutica Merck, entre muchas, otras han venido liberando sus patentes para que las mismas sean de dominio público?

¿Por qué muchas de esas empresas se han estado organizando en Consorcios de patentes libres?

¿Por qué los entes encargados de la Propiedad Intelectual (INPI) de Chile y México están aplicando estrategias para hacer visibles las patentes libres y para estimular a su sector industrial a reutilizarlas?

La primera respuesta que de manera absolutamente ingenua podríamos plantearnos es que son actos de buena voluntad de un "capitalismo justo" (como si tal cosa fuera algo con existencia posible) del que recordamos alguna vez haber discutido en una de esas acaloradas pero sabrosos encuentros entre activistas del conocimiento libre. Sin embargo, la realidad es que hoy en día las grandes industrias reconocen que la idea de manejar las innovaciones protegiendo las mismas por la vía de su ocultamiento, no solamente no es el único modelo posible para garantizar la posterior obtención de beneficios, sino que incluso es considerado por éstas el menos idóneo para acelerar los procesos de innovación que les permitan dinamizar la generación de nuevas invenciones, mantenerse en el avasallante mundo del mercado y obtener beneficios permanentes e incrementales.

La respuesta ante ese "darse cuenta", la han encontrado precisamente en los modelos de innovación abierta que les permite buscar buenas y rentables ideas fuera de las "cuatro paredes" de sus laboratorios, incorporando de forma progresiva políticas y prácticas en las que ya no buscan proteger las creaciones a través de patentes y copyright, sino divulgar abiertamente sus invenciones de modo que puedan ser conocidas sin restricciones por agentes externos como centros tecnológicos, universidades, otras empresas y hasta por sus propios competidores, a los que invitan a asumir una cultura colaborativa para el estudio de sus innovaciones esperando con ello la generación de ideas que favorezcan la creación de obras derivadas de las que podrán obtener beneficios. Estas prácticas en las que se aprovecha la inteligencia colectiva de la que escribieran autores como Russell (1983) y Levy (1997), ha hecho que revisiten sus modos de uso de la Propiedad Intelectual, y especialmente el de las patentes, ya no como el medio para la creación de monopolios que generan escasez artificialmente inducida, sino como una oportunidad para propiciar el intercambio de conocimientos que a mediano y largo plazo les puede generar capital.

Ahora bien, en aras de no caer en el error de "apelar a la ignorancia", otra típica trampa de argumentación que se plantea en el libro de los malos argumentos, sustentamos la información que aquí compartimos con los resultados de una interesante investigación realizada en el 2013 por Ziegler y otros cuyo propósito fue conocer las razones por las cuales veintidós grandes empresas liberaron sus patentes, resultados que apuntaron a identificar principalmente razones directas e indirectas de orden económico. Un suscinto resumen de sus hallazgos lo compartimos a continuación.

La primera razón revelada muestra que las empresas consultadas indicaron que el desarrollo de prácticas de innovación abierta que incluyen la liberación de patentes, son impulsadas por la maximización de los beneficios que genera la posibilidad de que la tecnología que se libera, al ser apropiada por muchos, puede convertirse en un estándar de la industria como el caso de la adopción por la industria de telefonía móvil del sistema operativo Android liberado por Google, acto que le genera no sólo a Google, sino a muchas otras empresas y programadores independientes, muy buenos dividendos dado el desarrollo de un servicio complementario como es la creación de aplicaciones para este sistema operativo que sorprendentemente ha facturado millones de dólares. (Ver caso Nick D'aloisio)

La segunda razón refiere que la liberación de patentes genera también un ahorro de costes dado que al involucrar en sus desarrollos no sólo a los esfuerzos internos, sino los externos, ya sea por utilizar patentes liberadas por otros/-as inventores/-as, o por involucrar a otros y otras en expandir las potencialidades de su propia innovación, hay una reducción de costos en tiempo y en dinero tal como lo compartió el ministro de Economía, Fomento y Turismo de Chile, Luis Felipe Céspedes, en la inauguración que se llevó a cabo el año pasado del buscador de patentes de dominio público de ese país, iniciativa que calificó como una solución tecnológica para el "impulso a la innovación y el emprendimiento, que puede representar, además, ganancias relevantes en términos de reducción de tiempo y costos monetarios, tanto para el Estado como para las personas y las empresas"

Estos beneficios de orden económico, a parte de otros de orden tecnológico y social que ampliaremos en otras entregas y que también son identificadas en la investigación liderada por Ziegler, están siendo tomados en cuenta también por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) quienes ya en el 2008 analizaban los efectos rentables de estas prácticas en el Simposio de negocios sobre la innovación abierta en las Redes Globales, realizado en Copenhague, Dinamarca.

Ahora bien la reseña de las grandes empresas que aquí nombramos deliberadamente, y de la misma OCDE, da cuenta que el acceso abierto al conocimiento perfectamente es compatible con el sistema capitalista, planteamiento que sin cortapisas discutimos como activistas y reseñamos en la investigación desarrollada en el 2014 sobre "El sentido del Conocimiento Libre por educadores activistas". Con ello hacemos ver que la concepción de desarrollo a la que parece apostar quienes han satanizado aquí en Venezuela la propuesta de ley para el acceso abierto al conocimiento, no solo no se verá amenazado por la aprobación e implementación de la misma, sino que puede verse enriquecido al ser el acceso abierto un buen semillero para la generación de capital.

Esta realidad nos lleva a pensar nuevamente que la ceguera de la polaridad política, ceguera que imaginamos igual de nefasta en tanto tragedia humana como aquella que nos describió Saramágo en su novela, quizás sea el principal motivo por el cual los expertos en Ciencias Jurídicas de la ULA que rechazan el proyecto de ley, no tengan la posibilidad de distinguir la oportunidad que la industria capitalista ve en la innovación abierta y por ende en políticas de acceso al conocimiento. También creemos en justicia por ellas y ellos, que es posible que esa mirada escindida de la realidad que desde las universidades se nos ha enseñado, haciendo que abogadas y abogados no vean lo económico, las y los economistas no distingan los aspectos sociales y políticos de una inversión que genera innovación, y las y los innovadores no relacionen lo que hacen con el desarrollo de un bien vivir para todos y todas, abone no sólo para no ver, sino para indignarse y alarmarse ante lo que las gafas disciplinares y dicotómicas les hacen creer ver.

Quizás por esos mismos motivos también les sea más difícil que adviertan que las y los activistas por el acceso abierto y la difusión libre del conocimiento que andamos desde esa otra acera en la que caminamos con la idea permanente que nos regaló el comandante Chávez al referirse que en este mundo, y no en otro, es posible otros modos de desarrollo que reivindiquen la justicia y la dignidad de los pueblos, a sabiendas que con la promulgación de la ley por el acceso al conocimiento se reconoce el éxito de la producción colaborativa y la libre difusión de diferentes tipos de bienes inmateriales y por ende otro modo de construcción de la sociedad, creemos que aún, el verdadero reto revolucionario es liberar al conocimiento de los cercos culturales, paradigmáticos, disciplinares y metodológicos que desde la ciencia moderna, como aparato colonizador, y en nombre de un modelo de desarrollo económico y político, se les ha creado. En ese sentido la aprobación de esta ley, no solo no podemos celebrarlo como el máximo logro sino que trae consigo para el activismo y para miles de venezolanas y venezolanos que apuestan a la soberanía y a la independencia de nuestro pueblo, el compromiso de trabajar para superar que el conocimiento que se difunda libremente y sin restricciones, no siga fortaleciendo ese imaginario y la subjetividad rentista, que a nuestro juicio, si nos mantiene como permanentes dependientes de los llamados países potencia, entre otros males.

De cualquier manera ante posiciones como las que tan distinguidos académicos y académicas han asumido y que dan cuenta de una estrategia utilizada en las guerras mediáticas destinada a subrayar y a destacar lo negativo y lo peor que puede ocurrir, es bueno resaltar que leerles no puede dejar de ser una buena noticia para quienes partimos de la idea planteada por Stephen King, en su libro "Mientras escribo" referida a que: "Uno aprende qué no hacer con más claridad cuando lee mala prosa". En ese sentido nos permitimos finalizar esta segunda entrega de "Desenmarañando patrañas", compartiendo que escribir la misma inspirados/-as en los malos argumentos con las que quieren generar alarma en torno a la aprobación de la ley, no puede ser otra cosa sino una excelente oportunidad para seguir aprendiendo, no sin antes aclarar que en ello, en palabras de Armando Manzanero, "No hay nada personal".



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Marianicer Figueroa Agreda / Marx Gómez / María Angela Petrizzo

Ciudadana, mujer, activista del Conocimiento Libre, psicóloga según un papel que me dieron, aprendiente según la vida me recuerda

 marianicer.mppeu@gmail.com

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