La "connotación informática"
de Al Qaeda y el uso mediático del "terrorismo": algunas consideraciones útiles
para trasmitir a nuestros semejantes después del Mundial de Alemania 2006 .
Sin la
"globalización de la imagen" a Washington y a la CIA les hubiera sido
imposible crear la figura de Bin Laden como el mítico "enemigo número uno de la
humanidad" tras la voladura de las Torres Gemelas, iniciando así la era de la
utilización del terrorismo mediatizado como estrategia y sistema avanzado de
manipulación y control social.
Pero otro costado del "terrorismo con
Al Qaeda" tiene su base de operaciones en Internet desde donde las
agencias y cadenas controladas por la CIA recogen los célebres "comunicados"
de Bin Laden y la red Al Qaeda y los distribuyen por todo el planeta.
"Al Qaeda" es la palabra árabe que se
usa para designar las bases de datos de las computadoras: así se la
empezó a utilizar, y así ingresó en la mitología del "terrorismo" creado por la
CIA para controlar y manipular el cerebro alienado y masificado de lo que hoy se
denomina "humanidad".
Cuando se decía, "tal persona
pertenece a Al Qaeda", en realidad lo que se decía era que estaba en la base
de datos de los que la CIA mandaba a combatir a Afganistán contra los
soviéticos, de los cuales Bin Laden, por ser el representante de la dinastía
Saudí que financiaba la operación, tenía una cierta jerarquía superior.
Las grandes empresas de computación
de USA: Microsoft, Intel, Hewlett-Packard, Google están íntimamente vinculadas y
controladas por la CIA y el Departamento de Defensa que las contrata y
financia todos sus desarrollos de tecnología de punta.
Todos los recursos humanos y
tecnológicos de estas empresas, además de los propios de la CIA y las otras
gigantescas agencias de inteligencia de USA están, como es lógico, a disposición
de la administración de turno en Washington, para ser utilizados dónde y cuándo
lo necesite el Imperio.
Como se sabe, el modus operandi en
Internet siempre es el mismo: "Al Qaeda" cuelga un comunicado en la red y
"avisa" a las agencias y cadenas para que lo publiquen, luego la CIA y los
expertos en Washington "certifican" su autenticidad.
De esta manera, el
"mensaje" (estúpido y fundamentalista como todos los mensajes de Al Qaeda)
colgado en una web desconocida se multiplica y repite
infinitamente por todo el planeta dando "credibilidad" a su contenido y haciendo
realidad el axioma de Mac Luhan: el medio es el mensaje.
La prueba de la
complicidad de las grandes cadenas con las operaciones de la CIA con "Al Qaeda"
es precisamente la difusión de esos mensajes como si fuera "información
objetiva", otorgándoles de esa manera verosimilitud y credibilidad.
Los especialistas
saben que cuando el sistema quiere anular y/o neutralizar a un enemigo real, lo
primero que hace es "silenciarlo" en los medios de comunicación. Lo que no
existe en los medios, no existe en la vida real ("el medio es el
mensaje", Mac Luhan).
Por lo tanto, Bin
Laden, un producto "terrorista" salido de los laboratorios de la CIA tomó
consistencia a partir de su difusión masiva y planetaria repetida desde el 11-S
hasta aquí.
La cuestión del "uso mediático del
terrorismo", por lo cíclica y repetitiva revela por sí sola la manipulación,
burda y ridícula, para los expertos, y que se ha convertido en una tarea
burocrática para los periodistas y "analistas" descerebrados que la difunden por
todo el mundo.
En realidad, si la mayoría promedio
estadístico de los periodistas del sistema son alienados e
ignorantes, no sucede lo mismo con los gerenciadores top de las grandes agencias
y cadenas, quienes generalmente son agentes encubiertos captados y utilizados
por la CIA.
No son pocos los expertos y los
estudiosos que sostienen que los grandes holding mundiales de prensa utilizan
una "cara negra de la información" subvencionada por el Pentágono y la
CIA, y que es sólo conocida y negociada por los grandes ejecutivos y
responsables de esos consorcios.
O sea que esa operatoria de
contratar información encubierta de la CIA y el Pentágono, forma parte de
la "política de mercado" de esos consorcios comunicacionales, que no están para
decir la verdad sino para expandir ganancias por medio del comercio de la
información.
Por supuesto que en estas
transacciones con los grandes pulpos de de la información mundial no intervienen
representantes de la CIA o del Pentágono en forma directa, sino que se realizan
con intermediación de las "empresas pantalla" contratadas para ese fin.
Esa operatoria se da tanto con la
"información" de los atentados reales (como os del 11-S, 11-M, 7-J, etc) como con los
comunicados y asesinatos virtuales, como sucede a menudo con los secuestrados en
Irak.
La
más célebre de estas operaciones "cruzadas" en la red fue el video con la
escenificación de la supuesta decapitación de
Nicholas Berg, un ciudadano
estadounidense, a manos de un grupo islámico, que se difundió
originalmente por las cadenas televisivas
Fox News, CNN y BBC,
norteamericanas las dos primeras e inglesa la tercera.
El documento
se conoció el día 12 de mayo de 2004 causando conmoción mundial, y al
día siguiente su "autenticidad"
fue confirmada por la CIA quien señaló que el autor de la
decapitación era el "terrorista" jordano
Abu Musab al-Zarqawi.
En una
metodología calcada de su propio accionar, cada vez que sucede un
caso de "terrorismo", y que se viene repitiendo desde el
11-S hasta acá, la Central de Inteligencia Americana (CIA)
confirmó que Abu Musab al-Zarqawi, un jordano
acusado de tener vínculos con la red Al-Qaeda, fue quien decapitó al
estadounidense Nicholas Berg.
Tras el análisis de la voz y
el video, los funcionarios de la CIA "llegaron a la conclusión" de que
fue Zarqawi el que hablaba y que "la persona que
habla en el video es la misma que empuña el cuchillo", según lo informaron
varias agencias en las últimas horas del jueves 13.
La
existencia de este video -según varias
fuentes- fue dada a conocer por los
corresponsales de la agencia de prensa Reuters,en
Dubai, el día 12 de mayo de 2004.
Supuestamente,
y sin saber quien les avisó, las cadenas Fox, CNN, y BBC
tomaron, una hora más tarde, las imágenes del sitio Web
http://www.al-ansar.biz/, y comenzaron su difusión
masiva por todo el planeta.
Misteriosamente, y después de ser tomadas sus imágenes por las tres grandes
cadenas, el video
"desapareció" del servidor
donde
se encontraba alojado, por lo que el resto de las cadenas -incluidas las árabes-
no pudieron difundir dicho documento.
Esta
situación generó que el
monopolio de la difusión del
video con la supuesta decapitación quedara centralizado en
Fox News,
CNN y BBC, identificadas por los expertos como
tradicionales usinas mediáticas de la CIA.
El sitio
de Internet donde originalmente se
publicó el video estaba albergado en el hosting de
una sociedad ubicada en Malasia. Ante la avalancha
de internautas y el enorme flujo de conexiones, esta última lo retiró del sitio
de Internet de manera que en la actualidad este video no existe más.
El nombre de dominio, o sea la
propiedad de la dirección de Internet pertenecía a la Arab Press House, una
respetada sociedad de prensa con sede en Londres y sin vínculo alguno con los
islamistas.
Posteriormente
en el sitio Web árabe La Voz de Aztlan
http://www.aztlan.net/berg_abu_ghraib_video.htm se publicaron
estudios y evidencias que demostraron, a través
de un análisis de las tomas, que el video que exhibía la decapitación del
rehén estadounidense Nicholas Berg era una falsificación.
Si bien a través del proceso
posterior a la invasión de Irak, las operaciones de la CIA con el "terrorismo
mediático" y el "terrorismo informático" fueron habituales, el caso
de la "decapitación" de Nicholas Berg fue el único en que se demostró (a través de
investigaciones en la red) la falsedad de la ejecución.
Pero, y a pesar del
"descrédito" sembrado por los especialistas y estudiosos, estas operaciones se
siguen repitiendo con cíclica regularidad, tanto en los medios de
comunicación como en la red.
Y esto se explica únicamente
por la complicidad de las grandes agencias y cadenas que las publican y titulan
burocráticamente como si fuera "información objetiva" y sin ningún análisis o
comparación histórica.
La leyenda "Bin Laden y Al Qaeda" fue
construida en laboratorios encubiertos de
comunicación estratégica de la inteligencia norteamericana desde donde se diseñan los planes de Guerra Psicológica a
ser ejecutados por las grandes estructuras mediáticas de comunicación masiva,
infiltradas por la inteligencia de las operaciones psicológicas (OPS).
El nuevo soldado, y su vez
blanco táctico de las operaciones psicológicas, es el individuo-masa
(las mayorías planetarias)
modelado a partir de la ideología consumista y nivelado planetariamente
como estrategia de mercado por las trasnacionales capitalistas.
El alienado programado (AP) no está programado para
pensar (desarrollo reflexivo) sino para consumir productos capitalistas
por medio de consignas (eslóganes) y de imágenes mediáticas sin ninguna relación entre
sí.
Así como el AP (universalizado y
nivelado como un sólo modelo para todo el mundo) compra elecciones, jabones,
mundiales de fútbol, telemarketing, teléfonos celulares, espectáculos, moda
fashion, musica "latina", así también compró -y sigue comprando- "terrorismo" y
adrenalina inducidos por televisión.
Y como "el medio es el mensaje"
(el que certifica la credibilidad en la mente alienada del AP) Bin Laden y Al
Qaeda tienen cuerda para rato.
Todo el proceso de
"terrorismo mediático" con Al Qaeda y Bin Laden, desde el 11-S en adelante, se
desarrolló en los medios de comunicación, principalmente en las cadenas
televisivas, que trasmiten en vivo las imágenes de destrucción que a través de
un ida y vuelta -feed baack- generan masivamente la psicosis terrorista a
escala planetaria.
En casos de
atentados reales (11-S, 11-M, 7-J, etc) el proceso de
"miedo al terrorismo" es alimentado a su vez por las grandes agencias y
cadenas internacionales que se encargan de difundir por todo el planeta, y como
si fuera una novela de espionaje, versiones, trascendidos, comunicados,
cartas, videos con nuevas amenazas, "información secreta" sobre grupos
terroristas, pistas "árabes", etc., etc., cuya usina matriz, en la mayoría de
los casos, se encuentra en los sótanos de planificación de la CIA.
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica, y entre sus últimos trabajos publicados se cuentan, entre otros:
Las "dos caras" del lobby judío: El antes y el después de Bush
Guerra de Cuarta Generación - Parte I
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Guerra de Cuarta Generación - Parte II
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