La evaluación en educación a distancia en tiempos de pandemia

La evaluación de los aprendizajes en educación a distancia (EaD) permite al docente observar, recoger y analizar información significativa, de las posibilidades, necesidades y logros de los estudiantes, con el propósito de reflexionar, emitir juicios de valor y tomar decisiones para el mejoramiento del proceso de enseñanza y aprendizaje. Se caracteriza por ser integral, ya que involucra las dimensiones intelectual, social, afectiva, motriz y axiológica del estudiante, así como las circunstancias del entorno socio-económico y cultural que inciden en el aprendizaje; continua, porque se realiza de manera constante en todos los momentos del aprendizaje de alumno, evitando atropellos, que los resultados se conozcan durante todo el proceso y no solo al final, posibilitando las correcciones necesarias; sistemática, ya que se realiza de manera planificada, como parte del programa instruccional de la asignatura, con previo conocimiento de los estudiantes y el docente, incluyendo la observación sistemática que realiza el docente en cada actividad académica; participativa, mediante la autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación; así como, flexible, teniendo en cuenta las características de cada estudiante, su ritmo de aprendizaje, el lugar, la forma, las técnicas, los instrumentos y los procedimientos utilizados.

La evaluación en EaD cumple una doble función: la pedagógica y la social. La función pedagógica primero, permite reflexionar acerca de cómo se están desarrollando los aprendizajes para corregirlos y adecuarlos constantemente, identificando las capacidades de los alumnos, sus conocimientos y competencias, sus actitudes para aprender significativamente, sus estilos y hábitos de estudio. Segundo, posibilita estimar la evolución de los estudiantes a través de las evidencias obtenidas de sus conocimientos previos, con vistas a fortalecer los aspectos positivos y superar las deficiencias. Tercero, estimula y motiva el logro de nuevos aprendizajes orientados a la solución de problemas de interés del estudiante, fortaleciendo su autonomía y el deseo de aprender. Cuarto, permite seguir continuamente el proceso de enseñanza y aprendizaje, detectando los inconvenientes y las dificultades. Quinto, posibilita reflexionar en torno a los resultados que se van obteniendo con vista a corregir errores y generar conciencia en el estudiante de su autoaprendizaje acompañado de manera oportuna por el docente. La función social, parte del reconocimiento de que la educación es un derecho de todo ser humano que adquiere a nacer y que la sociedad a través de la escuela está obligada a garantizar. A partir de aquí, se centra en determinar qué alumnos han logrado los aprendizajes significativos y si esos aprendizajes se corresponden con el nivel escolar que están cursando, de manera de poder certificarlos y continuar el avance del proceso educativo y formativo.

La evaluación pasa por diferentes etapas que incluyen: planificación, donde se define cómo, cuándo, dónde y de qué manera se va a desarrollar el aprendizaje, qué instrumentos utilizar, así como el grado de personalización sobre la base de las características de los estudiantes; recogida y selección de la información como parte del propio proceso de evaluación y en el momento en que está ocurriendo, incluyendo la observación del docente del comportamiento del estudiante y el tiempo que le demora en concluirla, seleccionando posteriormente la que más se corresponda con el acto educativo celebrado; interpretar y valorar la información obtenida, lo cual depende del nivel establecido para los aprendizajes y si estos se consideran coherentes con los propósitos establecidos; así como, comunicar los resultados y discutirlos con los estudiantes, buscando la reflexión y la corrección de posibles errores, hasta tomar decisiones que permitan aplicar las medidas necesarias para mejorar todo el proceso en su conjunto.

No puede verse la evaluación como un acto aislado del proceso de enseñanza y aprendizaje. Para corregir los posibles resultados negativos arrojados por la evaluación hay que devolverse al inicio del proceso donde comienza la construcción de los conocimientos por parte de los estudiantes y el papel de tutor virtual que guía y se convierte en una ayuda ajustada que brinda al alumno. Por otra parte, por mucho tiempo se ha expresado que la evaluación es formativa y sumativa en cada actividad académica. Lo sumativo queda claro, ya que se realizan evaluaciones de los diferentes temas de la unidad curricular y los resultados obtenidos se suman. Pero, lo formativo ¿cómo se logra?. La evaluación formativa en EaD es un tipo de evaluación donde la tecnología es la mediadora, y requiere que el docente se centre en aspectos como la organización, la estructura, las estrategias y las habilidades. Para ello se requiere: fijar objetivos concretos y alcanzables, motivar a los estudiantes a establecer metas personales y encaminarse el progreso y el logro hacia las mismas, establecer tareas de manera calendaría proporcionando comentarios rápidos y constructivos, ayudar a los estudiantes a establecer rutinas y a controlar su evolución en el aprendizaje, conectar a los estudiantes entre sí para la realización de proyectos colaborativos, preparar al estudiante para el proceso de evaluación, establecer actividades de evaluación individuales y en pequeños grupos, brindar ayuda ajusta y personalizada, dedicar tiempo al diseño de las actividades de evaluación como proceso constante y cíclico, así como diseñar diferentes actividades, recopilar recursos asociados que puedan servir de ayuda, seleccionar las herramientas y aplicaciones más adecuadas para el estudiante.

Ahora bien, la evaluación resulta un proceso complejo ya que de no ejecutarse correctamente por parte del docente puede resultar desordenado, ambiguo, enredado e inextricable, típicos de la complejidad del proceso educativo. Por ello, el docente al realizar la planeación de su asignatura a distancia debe definir y elaborar los instrumentos de evaluación que va a utilizar, construyendo una dinámica de trabajo que le permita dar seguimiento a todos los estudiantes de manera colectiva y personalizada, identificando lo que quiere lograr y cómo lograrlo, así como los aspectos que debe fortalecer. En tal sentido, debe utilizar la evaluación continua bien planificada para detectar a tiempo las debilidades de los estudiantes durante el proceso de aprendizaje, conocer qué y cómo están aprendiendo, cuáles son sus puntos débiles, si se trata de que no poseen suficientes conocimientos previos para comprender el nuevo conocimiento o si es que no le están dedicando suficiente tiempo para el logro de los aprendizajes. Es un problema de falta de conocimiento, de método o de dedicación. Para cada caso debe establecer la forma de brindar la ayuda ajustada y personalizada, teniendo en cuenta las circunstancias actuales de pandemia por COVID-19 donde el plan de evaluación deberá ser diseñado para ser aplicado mediante medios tecnológicos de manera virtual, donde docente y estudiantes se ven y conversan a través del computador de manera síncrona o asíncrona. En tal sentido, nunca deberá convertir un viejo plan presencial en uno virtual, porque las condiciones cambian, los escenarios son distintos, siendo necesario fomentar la autoformación y empezar por convencer al estudiante que debe autoformarse, autoevaluarse y autoeducarse. Por ello, la ayuda ajustada cobra especial importancia, porque ahora se trata de entreayudarnos y entrecolaborar, para entreeducar, utilizando técnicas de grupo y personalizadas.

Si esto es así, se requiere replantear la evaluación para adaptarla a la EaD considerando todos los aspectos del proceso formativo de los alumnos. Para ello, primero, no aplicar un instrumento con determinadas preguntas que intentan comprobar los conocimientos adquiridos por los estudiantes, sino observar de manera sistemática y en línea cómo los estudiantes van construyendo sus conocimientos. Segundo, esa observación que resulta clave para saber cómo ayudar, en qué ayudar y hasta dónde ayudar, requiere de la participación de todos los alumnos y el profesor, basada en el multidimensionamiento y la multidireccionalidad. Tercero, trazar estrategias que contemplen que en el aula virtual no necesariamente se observa lo mismo que en la presencial, por ello las estrategias cambia. Cuarto, antes de plantear una evaluación es necesario que el docente se haga las siguientes preguntas: ¿qué voy a evaluar?, ¿cómo lo voy a evaluar? y mediante ¿qué actividades voy a evaluar? Quinto, considerar que la evaluación no sólo se limita a la aplicación de acciones con el propósito de obtener un número, sino centrar la atención en obtener resultados cualitativos que le permitan al docente conocer las necesidades educativas de los alumnos; sus avances; evaluar si las estrategias, materiales didácticos y demás acciones que se desarrollan en el aula virtual cumplen con los objetivos planteados o si es necesario hacer modificaciones; así como, conocer si los procesos educativos que se están llevando a cabo son adecuados para cumplir con los planes de estudio y los objetivos institucionales.

Es necesario alejarnos de las prácticas tradicionales de la evaluación en el salón de clases presencial, como los exámenes y las asignaciones escritas, hay que asumir prácticas propias del uso de las tecnologías digitales como instrumentos de evaluación como los foros en línea, las intervenciones orientativas de expertos, las ponencias de temas especializados por parte de los estudiantes, las historias de vida, los estudios de casos, la lluvia de ideas, la construcción de portafolios digitales, el diseño de glosarios colaborativos digitales, entre otras. Finalmente, para determinar cómo planear la evaluación una vez respondidas las preguntas ¿qué actividades voy a evaluar y cómo?, es necesario planificar ¿cuándo voy a evaluar? Para ello, es necesario hacer corresponder los objetivos del aprendizaje con el momento en que el profesor establece que el estudiante debe cumplir con ese objetivo. Evaluar en ese momento antecedido de observaciones sistemáticas correctivas, lleva al profesor y al estudiante a saber si el objetivo fue cumplido y si dio como resultado un aprendizaje significativo que el estudiante sabe vincular con los aprendizajes anteriores.

Todo lo anterior puede combinarse con las siguientes claves para la evaluación de los aprendizajes, sobre la base de dedicar todo el tiempo necesario a la planificación. No obviar nada por muy elemental que parezca. No olvidarse de escribir el plan y tenerlo siempre a mano. En tal sentido, las claves son: (1) establecer objetivos concretos y que sean alcanzables en un plazo fijo de tiempo, (2) motivar a los estudiantes a establecer sus metas personales para medir su progreso en el tiempo mediante asignaciones específicas, (3) establecer una ayuda ajustada que propicie la autoformación y autoevaluación del estudiante, regulándola en función del avance del estudiante, (4) estimular el trabajo colaborativo entre estudiantes mediante proyectos conjuntos que favorezcan el trabajo en equipo, así como (5) enseñar al alumno como autoevaluarse de manera personal y con la colaboración del resto de los estudiantes.

Con base a todo lo anterior, las estrategias de evaluación en EaD pueden ser: (1) individual, que permita identificar que cada alumno realiza las actividades de acuerdo a sus capacidades y posibilidades, permitiendo establecer diferencias tanto cognitivas como emocionales que inciden en el desempeño de los estudiantes. Al evaluar de manera individual es posible determinar el avance en tiempo real de cada estudiante y establecer correctivos a tiempo, con el fin de eliminar posibles deficiencias; (2) autoevaluación, cuando el estudiante evalúa sus aprendizajes de manera individual, con el fin de analizarlos, mejorarlos y cambiarlos. Esto genera autocrítica y certeza en los aprendizajes obtenidos. En este caso, la evaluación puede ser guiada por preguntas abiertas formuladas por el docente o aplicando instrumentos cerrados como de selección múltiple o falso-verdadera, que permitan al docente ofrecer realimentación sobre el trabajo realizado por el estudiante, los aprendizajes esperados y el avance obtenido a lo largo de todo el proceso; (3) grupal, donde el docente pueda percatarse de la imparcialidad, credibilidad y legitimidad de la información proporcionada por el grupo evaluado, obteniendo diversas contribuciones y puntos de vista, aportados por cada integrante del grupo lo cual favorece el trabajo colaborativo; así como, (4) coevaluación, donde el alumno participa de su evaluación junto con el docente y el resto de los estudiantes, estableciendo criterios de corrección, mediante la utilización de rúbricas, que contengan un conjunto de criterios y normas regidos por el docente, relacionadas con la evaluación de los objetivos del aprendizaje. La coevaluación es un ejercicio de valoración del trabajo desarrollado por los propios estudiantes del curso, que puede realizarse a partir de actividades individuales o de tipo colaborativo, donde el docente brinda realimentación sobre el trabajo de los alumnos y éstos a su vez realimentan, valoran el trabajo de sus compañeros, involucrándose activamente en el proceso evaluativo, identificando sus fortalezas y debilidades acerca de los temas estudiados, así como comprometiéndose con su propio aprendizaje.

En conclusión, las estrategias de evaluación se comportan como un proceso complejo y muldimensional que puede generar desorden, ambigüedad y falta de claridad, sino se planifica bien. Estas estrategias insertadas en el plan de un curso a distancia deben discutirse con los alumnos desde el propio inicio del curso, buscando claridad y poner orden. No se trata solo de brindarle al estudiante una calificación que le permita aprobar o no, se trata de buscar la cohesión entre los objetivos, contenidos y actividades, de tal forma que no sólo se cumplan, sino que se logren las experiencias de aprendizaje, que permitan la construcción de nuevos conocimientos, que el estudiante pueda incorporar a sus conocimiento previos y aprender significativamente. .



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Sergio Teijero Páez

*Doctor en Educación. Post Doctor en Ciencias Sociales. Profesor e Investigador Titular UCV / UNEXCA

 steijero@gmail.com      @steijero

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