Piratería como chantaje político

El embajador norteamericano en Buenos Aires acusa a la Argentina por supuestos delitos de piratería. Esta estrategia es empleada por los Estados Unidos como chantaje político, para obligar así a los países del Sur, a modificar las leyes de propiedad intelectual en beneficio de las grandes empresas transnacionales.

 

  De la mano de las reformas neoliberales, planificadas a partir del Consenso de Washington, la arquitectura transnacional erigió como una de las herramientas fundamentales en su estrategia de control de mercados globales, a la Propiedad Intelectual. De este modo, Estados Unidos presionó para que el Comité Preparatorio de la Nueva Rueda de negociaciones del GATT en 1986, incorpore nuevos temas, como el de comercio en inversiones, servicios y propiedad intelectual.

En 1987 se presentaron las primeras propuestas de negociación sobre un acuerdo de Propiedad Intelectual, y en 1991 se presentó un texto de compromiso del proyecto de acuerdo TRIPS o ADPIC, que luego se adoptó en Marrakech, en abril de 1994, como uno de los anexos al acuerdo por el cual se establece la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI). En 1995, en las negociaciones de la llamada Ronda Uruguay del GATT, ésta se convirtió en la Organización Mundial del Comercio.

El ADPIC es el principal tratado internacional sobre derechos de propiedad intelectual que obliga a todos los miembros de la OMC a otorgar a los titulares de patentes, en su mayoría grandes empresas multinacionales, un monopolio por 20 años a partir de la fecha de presentación de la solicitud de patentes. A través del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), Estados Unidos propiciaba la derogación de las normativas que prohíben el patentamiento de plantas y animales. También propone ampliar las exigencias del acuerdo ADPIC dificultando la producción de medicamentos genéricos.

Los Tratados de Libre Comercio (TLC) bilaterales representan una etapa más en la estrategia de imposición de condiciones absolutamente desfavorables para aquellos países más vulnerables a las políticas de mercado. Por último, se intenta relacionar las infracciones a la propiedad intelectual con el crimen organizado empleando el término “piratería” para asociar este tipo de infracciones con delitos susceptibles de penas mayores (delitos navales). En un aumento del grado de manipulación de la opinión pública, se intenta asociar a la “piratería” con el financiamiento del “terrorismo internacional” tal como lo anunció Ballinger: “el dinero procedente del contrabando y la piratería de marcas en la fronteriza Ciudad del Este, a menudo va para financiar el terrorismo” y dijo que “es obvio que en esta área hay financiamiento dirigido al terrorismo” (2002)[1] o como lo ha expresado Gonzales[2] “...y las organizaciones delictivas que se benefician de la sustracción de propiedad intelectual se han vuelto más avanzadas y organizadas. Se esconden en las sombras de la economía clandestina y explotan cualquier debilidad de nuestras acciones para el cumplimiento de la ley, empleando las ganancias de su robo para financiar otras actividades delictivas (2007)”.[3]  

El embajador de los Estados Unidos en Argentina, Earl Anthony Wayne, ha expresado recientemente que la Argentina “genera y consume piratería” y que los ciudadanos con mayores ingresos son los que más consumen. El evento organizado con motivo de celebrarse el día internacional de la propiedad intelectual contó con la asistencia de la Cámara de Comercio Argentina de los Estados Unidos en el país (Amcham), quién presentará en la segunda mitad del presente año al gobierno del presidente Kirchner, un plan para luchar contra la piratería comercial. La iniciativa será una segunda etapa de un programa de acciones de la entidad destinada a crear lobby sobre el gobierno argentino.

Resulta evidente que, la propiedad intelectual bajo sus diversas disciplinas: patentes, derechos de autor y conexos, marcas, etc., se ha transformado, por un lado, en uno de los instrumentos más efectivos y dinámicos de apropiación de riquezas, y por el otro, en instrumento de dominación, control y chantaje por parte de los Estados Unidos Europa, favoreciendo condiciones monopólicas en aquellas actividades con mayor rentabilidad tales como el sector químico y de biotecnología, la industria del software, la industria fonográfica, videojuegos, televisión, televisión por cable, internet, etc.

La escalada en la manipulación mediática por piratería, es una trampa que oculta las verdaderas intenciones de las corporaciones en la conquista de mercados y, del gobierno norteamericano, en condicionar las políticas de autonomía, solidaridad y complementariedad de los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe.



[1]Ballenger, C. (2002) Diputado por Carolina del Norte. Ver http://www.castellanos.com.ar/nuevo/textos.php?id=3457

[2] Gonzales, Alberto. Secretario de Justicia de los Estados Unidos de América

[3]Gonzales, A (2007). EE.UU. propone en Brasil intensificar combate a piratería de propiedad intelectual USINFO.STATE.GOV. Recuperado en Febrero de 2007 de la World Wide Web: https://usinfo.state.gov/xarchives/display.html
?p=washfile-spanish&y=2007&m=February&x=20070213112048liameruoy0.8589899




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