La apropiación colectiva de los medios de producción se evidencia, en la medida en que la ganancia, producto de su explotación, se reparte de forma equitativa, entre todos los que participan en el proceso productivo. Una condición de éste proceso es que los trabajadores, sean dueños, totales o parciales, del medio de producción. Es este tipo de apropiación colectiva, lo que hemos visto últimamente en Venezuela, en la forma de empresas de cogestión, cooperativas, acuerdo marco, etc y se conforman como
los pasos iniciales del socialismo que estamos construyendo.
El resto de la sociedad, que no pertenece al grupo de dueños del medio de producción, se beneficia, pero sólo indiréctamente, ya que los precios de los productos que llegan al consumidor, deberían ser más justos cuando se producen a través de ésta relación laboral. La sociedad no participa diréctamente en la repartición de la ganancia.
Existe actualmente, un bien social, producido y sustentado por la sociedad, que actúa a la vez como producto y como medio de producción, accesible y explotable sin que medien condiciones sociales, raciales o económicas, por la sociedad entera, no
sólo por los miembros de la comunidad que lo produjo. Es un cúmulo de ideas organizadas, ofrecidas de forma colaborativa e incremental, libremente reproducibles y
mejorables. Su precio de venta depende del conocimiento que de él tenga el comprador, de la moral del vendedor y del conocimiento que del producto tenga
la contraloría social. Es el software libre. Hasta ahora, y exceptuando algunos otros productos intelectuales licenciados de forma libre, la sociedad no ha producido un bien más socialista ...
Para sacarle provecho al software libre, se requiere de algunas experticias técnicas, sin embargo, estas se pueden adquirir con un poco de tiempo de estudio por
parte del interesado, ya que toda la información educativa se encuentra disponible de forma libre. Este es un atributo muy importante, porque gran parte de las posibilidades de monopolización, de recursos en el capitalismo, comienzan con el monopolio de la
información, con el monopolio de la tecnología de diversas maneras como secretos industriales, patentes y en el caso del software, a través del licenciamiento
restrictivo que permite el Derecho de Autor; todas estas, expresiones de la propiedad intelectual.
El 99% de bienes como el software libre, se elaboran sin la participación empresarial. Uno de sus mejores exponentes, el kernel de gnu/linux, posee actualmente más de 7 millones de líneas de código, pensadas y ofrecidas por miles de colaboradores en el mundo entero, la mayoría de los cuales trabajaron y siguen
trabajando, sin recibir remuneración alguna por sus aportes, pero que luego de terminado el producto final, han resarcido con creces su trabajo, prestando
servicios técnicos a otras empresas, que lo han querido poner en práctica por su calidad y seguridad y haciéndolo disponible a otros miembros de la sociedad
para que se beneficien también de su explotación y hagan aportes al mismo. Si uno va a hablar del tipo de relación laboral que tienen los trabajadores que hacen software libre, no puede núnca calificarla de explotadora, a menos que quiera hablar del 1% del
software libre, que podría producirse de forma privada por algún empresario u ente, que luego de terminado el producto quiera liberarlo, o quiera referirse a los
pocos programadores que son pagados por grandes empresas y que tiene la única misión de colaborar con proyectos libres. Pero esto, hoy, son realmente excepciones en la producción de software libre y no es algo que lo caracterice. Casi todos los productos de software libre conocidos se elaboran de forma pública y no hay limitaciones para participar en los proyectos de este tipo.
Que pueda haber relaciones de producción del tipo capitalista en el 1% de las empresas que desarrollan software libre, no es algo propio del software libre,
sino del sistema económico-social imperante. En las sociedades capitalistas, generalmente las relaciones de producción de “cualquier bien” que se produzca, son
de explotación, en las que pocos dueños se apropian de la plusvalía de sus trabajadores. En las grandes corporaciones ocurre a menudo, por ejemplo, que las
experticias y mejoras al trabajo que realiza el trabajador, u otros grupos sociales, son “apropiadas” por el dueño de la empresa y convertidas en patentes u otras formas de apropiación del conocimiento. En el software libre, la licencia establece que las mejoras en la producción del mismo sean incorporadas al producto, en los mismas condiciones que tenía el software antes de que estas se añadieran, es decir, las mejoras al producto se hacen libres automáticamente si éste se desea distribuir. Este es un aspecto social de alto valor: que los conocimientos libres formen un piso, que permita seguir construyendo más conocimientos libres, debería ser un deber ciudadano, para agradecer el hecho de vivir en una sociedad que comparte y debe ser facilitado por las organizaciones gubernamentales que van hacia un sistema socialista.
Los más destacado del software libre, es que los conocimientos que lo conforman son libremente accesibles por todos los individuos de una sociedad, y es precisamente esta característica, por lo que se destaca como el bien más socialista que haya producido alguna vez el mundo.
No hay límites para las ganancias derivadas de la explotación de un producto final de software libre, éste es un argumento muy usado por los que dicen que el software libre es capitalista, sin embargo, al ser un bien público, de libre acceso, los especuladores no pueden abusar: “en una sociedad consciente de estos bienes”, porque serían reprendidos moralmente por esta. El problema está, entonces, en que la sociedad se eduque y conozca los bienes “libres” que produce, para que su contraloría social haga el trabajo con efectividad. Un bien, expuesto públicamente, que se automejora con la participación contínua de sus miembros, que produce riquezas, accesible y explotable por cualquier individuo de la sociedad, sin restricciones, y cuyo precio sea autoregulado por la moral social, es un arma socialista de increíbles
dimensiones.
sparrara@yahoo.com