Por violar normas éticas y vencimiento de patente

Pfizer proyecta pérdidas multi-millonarias para 2011

La transnacional farmacéutica Pfizer, la mayor del mundo, comercializa el remedio contra el colesterol Lipitor (atorvastatina), y ya en 2006 le había generado ingresos por alrededor de 13.600 millones de dólares, convirtiéndose en el medicamento más vendido de la historia.

Aunque la competencia de los genéricos hizo caer las ventas de Lipitor 10% en el segundo trimestre de ese año, aportó un cuarto de los ingresos totales del laboratorio.

En Pfizer están preocupados porque la protección de la patente de Lipitor termina en 2011 y los expertos proyectan que las ventas caerán 55% al año siguiente, aunque tenía esperanzas que Viagra tomara su lugar, esto no sucedió.

La transnacional compró en enero pasado a su competidor Wyeth por 68.000 millones de dólares, en una de las mayores operaciones de los últimos años y la más importante desde el estallido de la crisis financiera mundial.

Pfizer y Wyeth suman 130.000 trabajadores en todo el mundo. Sin embargo, la fusión implicó el recorte de alrededor de un 15% de los puestos de trabajo del nuevo gigante farmacéutico, un 10% de su propia nómina (de 81.900 trabajadores), y la reducción de su número de laboratorios de 46 a 41.

La transnacional norteamericana negocia con el Gobierno de Nigeria un acuerdo extrajudicial para evitar un juicio por la muerte de 11 niños en el país africano en el ensayo clínico de un medicamento llamado Trovan. El diario británico The Independent informó este año que el gigante farmacéutico debe pagar 55 millones de euros en concepto de indemnización a las familias afectadas.

En 1996, Nigeria sufrió una epidemia de meningitis que terminó con la vida de al menos 11.000 personas. En medio de la crisis humanitaria, Pfizer, envió a un grupo de médicos que instaló un centro de operaciones utilizando medicinas cuya fiabilidad estaba aparentemente demostrada.

Los médicos enviados por la farmacéutica captaron a 200 niños y prometieron a sus familias que los curarían. Once de aquellos niños murieron y muchos más sufrieron efectos secundarios graves, incluidos daños cerebrales.

Pese a que la alerta sanitaria persistía, el fracaso de la terapia experimental de Pfizer llevó a la empresa a desmantelar su dispositivo apenas dos semanas después de llegar a la zona, sin ofrecer información sobre los experimentos.

En Estados Unidos, un tribunal de apelación del Estado de Nueva York ha dado vía libre para que el caso pueda ser admitido a trámite en el país donde la empresa está radicada.



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